𝐃 𝐄 𝐒 𝐈 𝐑 𝐄 | 𝙍.𝘾 [𝗣𝗔𝗨𝗦𝗔𝗗𝗔]

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒

MEMORIES
Monster
†

—Eres un monstruo.

—No lo soy.

—Lo eres.

—Cierra la boca, Evan.

—Sabes que digo la verdad, Eira. Pero, aún tienes tiempo de mejorar.

La mayor miro al pelirrojo de reojo para luego seguir jugando con sus dedos.

—¿Tú quieres mejorar, verdad?

La castaña no respondió la pregunta del menor, no tenía ganas de hablar de eso.

—Eira...

—Evan, detente.

—Eres una asesina.— La mayos abrio los ojos como platos al oírlo.

El intento del pelirrojo para llamar su atención había funcionado.

—Cierra la puta boca. Tú no sabes nada.

—Estaba ahí. Lo ví todo.

La castaña pudo sentir sus ojos cristalizarse.

—Pero esta bien. Estoy bien, lo superé.— La temblorosa voz del pelirrojo era un claro indicio de que mentía, pero Eira no supo notarlo.

Grave error.

—La que aún no lo supera eres tú. Puedo oírte decir su nombre todas las noches.

La primera lágrima cae por la mejilla de la mayor logrando que aquella la limpié con brusquedad, para luego arrodillarse frente al menor y tomar su cara con ambas manos.

—No soy un monstruo, Evan. No lo soy.

El cuerpo del pelirrojo se tensó por completo al sentir el firme agarre de la castaña.

—E-Eira.— Dice como puede ya que la mayor apretaba sus cachetes con firmeza.

—Si hice lo que hice fue por instinto, me estaba defendiendo, ¡te estaba defendiendo a ti, maldita sea!— La voz de la castaña se rompe.

Las manos de Evan se posan sobre las de Eira logrando que la mayor afloje su agarre.

—Siento tanto que tuvieras que verlo.— La cataña no podía para de llorar y eso logro hacer que su hermano la envolviera en un firme abrazo.—Han pasado dos años, y en todo lo que pienso desde aquel día es en ti.

Ahora era el pelirrojo quién lloraba.

—Tu secreto esta a salvo conmigo, siempre.— La castaña sintió un gran alivio al escucharlo.

Pero si tan solo supiera que ese alivio no iba a durarle mucho.

†

Algo que tendrá sentido más adelante...
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