Fábula de un amor infausto

❦❧ Capítulo ii; Coraje

❦❧ Capítulo ii;
"Coraje"

Y sin embargo sigues, unida a mi existencia,

Y si vivo cien años; cien años pienso en ti.

—Cien años, Rubén Fuentes.

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Escuchaba las olas golpeando la orilla de la playa, espumosa y digna. Mis pies experimentaban una dulce tortura a casusa de la arena en donde estaba, me había quitado los zapatos tan pronto el auto se detuvo y corrí a ver con mis propios ojos lo que tanto anhelé desde pequeña.

El agua no era cristalina, ni un azul fantasía como las fotos de Cancún o el océano rosa de Yucatán que vi en la postal que nos recomendó la agencia de viajes; sin embargo, me sentía igual que estar en alguno de esos lugares, no, esto estaba a la altura de una playa en Grecia o las Maldivas.

—Perdón mi caramelito, sé que mereces algo mejor pero es lo único que te puedo ofrecer por ahora —la voz de mi novio invadió mis tímpanos, sentí sus manos rodear mi cintura por detrás dejando un sonoro beso en la curva de mi cuello.

—¿De qué hablas Migue? —cuestiono encarando una ceja con gracia, giro un poco mi rostro para atrapar sus labios en un beso corto y sonoro—. El simple hecho de estar contigo es un sueño —debía soñar como una tonta enamorada, de las que solía reírme cuando veía una película o serie romántica.

—¡Es que eres tan dulce! —afianza su agarre restregando su nariz en una de mis orejas—. Pero no vuelvas a escaparte así de mí —su tono se endurece—, si algo te pasara perdería la chaveta —muerde juguetón el lóbulo de mi oreja por detrás.

—Lo siento Don Miguelón —me excuso traviesa, acostumbrada en sus intentos de "chico malo"—. Sabes lo mucho que deseaba ir a la playa que al estar aquí no me pude contener.

—¿Incluso si solo me alcanzara para una playa de Acapulco y no para Mykonos? —cuestionó volteándome para quedar frente a él.

—Ey, ¿qué tienes contra Acapulco? —rebato divertida colocando mis brazos en su nuca, haciendo suaves círculos con mis dedos—. Si en este sitio han estado grandes celebridades como la reina Isabela, Frank Sinatra y mucha gente famosa mexicana, además que están los murales de Diego Rivera sin mencionar que aquí es donde siempre venían la vecindad del chavo a vacacionar; ah, y ya quiero probar su famoso "relleno con bolillo" con un "chilate" —ajá, no quería ser muy evidente, empero investigué un poco (mucho) sobre este lugar al momento de saber que este sería nuestro destino.

—Feliz cumpleaños mi Nica —pronunció tierno y sincero, me sostuvo por las mejillas mientras me daba un beso de esquimal—, te prometo que a partir de ahora celebramos el día de tu santo en una playa distinta.

Quise decirle que no necesitaba ese tipo de promesa, que tan solo con pasar todos mis cumpleaños junto a él por el resto de mi vida sería más que suficiente.

No obstante sus labios devorando mi boca me lo impidieron y yo, demasiado débil ante sus encantos, nada más atiné a sucumbir a su boca magnética.