Yo, Diosa Y, amo a mi ángel. No a esa cosa que tomó posición de su cuerpo.
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Entiendo el porqué de la iglesia en matar a tantas personas en la santa inquisición. Su misión era erradicar a los no creyentes de crueles maneras. Eso haré yo. Erradicar lo que corrompe a mi ángel con un castigo divino por mi parte.
Ya estábamos en la habitación. Mi forma de callar a Izuku era distinta al típico cliché de un golpe en alguna parte del cuerpo. Me acomodé al frente de la chimenea. Mi atuendo era distinto al de Mei Mei; en cambio, llevaba puesto un traje igual al de Esdeath de Akame Ga Kill!
Esdeath portaba un escote que permitía ver sus pechos a simple vista, cosa que quiero hacer que Izuku haga, que me mire con sus ojos paganos y ejercer el castigo sobre él.
La habitación donde estábamos tenía un piso de alfombra púrpura, que hacía cosquillas a los pies desnudos por los altos pelitos. Me arreglé la falda y continué mirando la chimenea, pensando, feliz, en el cómo Izuku sería evangelizado y purificado.
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(Izuku)Ésa forma de como me asfixiaron a es tan peculiar como la habitación donde me desperté. Me encontraba en un pequeño corredor con una salida en el medio. Tenía las muñecas esposadas y me encontraba desnudo. Las esposas no eran de plata; era oro. No me sentía particularmente vulnerado en mi entrepierna, lo que significaba que no he sido violado mientras estaba inconsciente.
Dejé de lado mis pensamientos y caminé hasta la salida. Al voltear, vi otro cuarto muchísimo más grande. Techo oscuro, paredes beige y la alfombra púrpura. A lo lejos, un largo sofá de espaldas con una cabellera negra y una gorra de al fondo y de espaldas. Parecía ser fuego lo que estaba ardiendo frente a esa mujer, quizá.
Opté en no acercarme por mi seguridad, en cambio, busqué alguna otra salida. ¡Sí! ¡Una puerta! Me puse de espaldas y traté de abrirla.
Claro.
Está cerrada. Hasta este punto, mi esperanza es más grande que mi sentido común.
"Miren a quién tenemos aquí", oí.
La mujer que estaba sentada era la mismísima Momo, con un cosplay prácticamente igual a la vestimenta de Esdeath. A su derecha tenía un látigo, y a su izquierda una fusta de cuero. Sus blancas botas reflejaron las luces de las velas. No evité la erección, debería dejar de ser pervertido.
Momo se cruzó de brazos, alzando mínimamente sus pechos y presionando contra su escote.
Se acercó a mí rápidamente y la esquivé hábilmente, para luego ser tomado de las esposas y ser tirado contra el suelo. Vio como el látigo se posaba frente a mí.
"Tú. Tú eres quien corrompió a mi ángel. Su dulzura fue comprometida por la variante más asquerosa de él mismo", vi como azotaba, llena de ira, el látigo contra el suelo. "¡Pagarás por tus insolencias!"
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(Momo)Estaba enojada. Iracunda. Azoté con impotencia mi látigo y lo miré. No parecía aterrado, él solo quiere escapar y ni siquiera me escucha.
Lástima. Yo soy la que mando aquí.
Revolví mi látigo hacia arriba y asesté un poderoso azote en la espalda baja de Izuku. Su grito lo callé presionando su cabeza con mis botas contra el suelo. El tacón de mi bota descansó dulcemente en su rostro. Revolví otra vez y cayó cerca su hombro derecho.
"¿Ahora me vas a escuchar?" Le di un tercer azote cerca de su espalda media. A gritos me contestó que sí. Le di hasta otros cuatro latigazos para asegurarme que sea cierto.
"No solo me encargaré de purificarte con lo que queda de mi amor, también comenzaré con la terapia anti-odio hecha para ti. Tranquilo, esto se puede evitar si...", le di un octavo azote, "Si no te comportas de una mala manera"
Llegué al décimo azote. Quité mi bota de su cara y lo miré llorando. Tan falso. Le di otros tres latigazos por eso.
"Ya no soy la dulce Diosa Momo que te vistió de seda y amó a pesar de tus pecados", espeté. "Ahora soy ¡TU! Diosa, llamada Y, quien será la encargada de destrozar cada una de tus desobediencias". Miré como sus pupilas se encogían del miedo.
"Este látigo...", besé el objeto susodicho. "Se llama besos de la muerte, por su punta que son unas cuantas rastas gruesas y cortas que se siente como un suave beso al principio antes de convertirse en el ardiente dolor de la muerte"
Me senté sobre la espalda de Izuku, callando con mis guantes sus quejidos de dolor. Lo amaba tanto. A él, su sufrimiento y su ruego de perdón.
Acaricié su cabello con una mano y abofeteé su rostro con mi otra mano. Me levanté y me dirigí a un pedestal que estaba al lado de la chimenea. En el pedastal, una espada ropera descansaba. Besé la punta del arma y la calenté con la furiosa chimenea.
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(Izuku)
¡No puede ser! ¡¿Acaso eso es una espada?! ¡¿Por qué tiene la punta anaranjada?!
"Esto es el comienzo de tu fin. Mi ángel será liberado de tus entrañas, bestia inmunda"
Traté de reptar cual reptil por el suelo, pero un pisotón en mi espalda me detuvo. Mi grito fue un rugido de dolor al sentir esa punta atravesando mi piel y quemando mi interior. Me moví y grité de nuevo. Un latigazo fue el golpe final en mi estado de locura dolorosa.
"Ángel. Sé que estás allí. Tu mente alcanzará un estado de dolor puro. No pensarás y sentirás nada más que el sentir como eres destruido", me sentenció.
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Angel [✔️]
FanficA ojos de Momo Yaoyorozu, Izuku Midoriya es un precioso ángel que debe ser cuidado por ella, su diosa. ~ Historia de cuando la autora era primeriza. Lenguaje fuerte y escenarios extraños muy presentes! ~ Puesto🥇en la categoría "Yandere". 19-03-23 P...