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El invierno recién comenzaba, acompañado de el vendría pronto la primer nevada del año, y si existiera un premio a la mejor época del año Taehyung no demoraría ni un segundo en nominar a la mencionada o directamente señalarla como la ganadora.

Eso fue antes de aquel helado diciembre, el ángel que llegó para brindarle alegría a él y a su hermoso compañero de vida les fue arrebatado por el descuido de un conductor, aún recuerda con melancolía aquel fatídico día como si hubiera sido ayer.

13 de diciembre 2018

—Esta bien cariño, regresa con cuidado, por favor mira ambos lados antes de cruzar la calle, recuerda que papi te ama— murmuró el peli negro guardando de regreso su celular dentro del abrigo negro que le acompañaba al trabajo todos los días.

En la tierra muchos solían preguntarse si existía alguien que fuera bastante extremista y para suerte de muy pocos llegaban a conocerle, su nombre era Kim Taehyung, su hijo de apenas cuatro años le llamaba para avisarle que estaba apunto de abandonar el plantel educativo en compañía de su otro padre, Jeon Jungkook, el trio era una familia bastante unida y alegré no existía algo que les perturbara, pese a ser una pareja homosexual y mal vista en su país ellos vivían más que alegres con su pequeño hijo, él le daba vida a sus corazones ansiosos por cuidar de un ser vivo como ellos.

Conocía los planes que llevarían a cabo su pareja y su único hijo, sería algo sencillo sin embargo aún así su corazón comenzó a sentirse inquieto, necesitaba calmarse y por primera vez no sobre pensar como lo hacía. Sus labores en aquella solitaria oficina continuaron como cualquier otro día, la presión en su pecho lo alertaba, un mal presentimiento se instaló en su corazón haciéndolo perder la concentración, llevándolo únicamente a equivocarse por quinta vez.

Un borrón más a su hoja, que cabía destacar comenzaba a desgastarse y rasgarse por bastante presión ejercida, soltó un bufido frustrado sobo su sien buscando la tranquilidad en una taza de té que estaba casi vacía, la visita de su secretaria alarmada no le ayudo bastante pues cada vez comenzaba a cabrearse más.

—¡Jefe!, Lo siento por irrumpir sin tocar, me han llamado del hospital central, me informan que su pareja e hijo fueron víctimas de un accidente automovilístico —la angustia en la voz de la joven de cabello rubio le paralizó los sentidos.

No podía ser cierto, su familia estaba en perfectas condiciones, hace unos minutos atrás había escuchado la voz de sus dos ángeles, se negaba a creer aquello, seguro era una alucinación por el estrés y la falta de sueño.

—¿Rosé que es lo que dijiste?—incredulo insiste en qué repita lo dicho anteriormente, la secretaria parece temblar y seguir alarmada.

—Su pareja e hijo están en el hospital, ambos en un estado crítico de salud—solto sin más la mujer aún sosteniendo su tabla de informes.

Los bellos de la piel se le erizaron formo una mueca evitando perder tiempo, pidió la información completa torpemente busco sus llaves y celular dispuesto abandonar su empresa dejándola a cargo de su mano derecha, Park Jimin.

Su llegada al hospital fue comunicada desde la recepción hasta el doctor que atendía a su amado e hijo, con un nudo sofocante sobre la garganta y estómago Kim mordía impaciente las uñas de sus dedos, su cuerpo propenso a un ataque de ansiedad, la angustia era más que cualquiera en aquel hospital repleto de personas en espera de una respuesta al igual que él.

Al rato de su llegada un hombre trajeado de blanco se apareció delante de él, su semblante neutro preocupaba a Kim, asfixiaba más al pobre hombre que llevaba alrededor de veinte minutos esperando respuesta alguna, los lentes del médico fueron apartados de su lugar y con una amargura enorme comenzó.

—¿Es familiar de Jeon Jungkook y Kim Junghyung?.

—Soy la pareja de Jungkook y padre del menor —explica con dificultad buscando parecer calmado, aunque era todo lo contrario.

—El paciente Jeon está en observación, tuvo una ligera lesión en el brazo izquierdo al igual que en parte de sus piernas, golpes en la cabeza y unos cuantos raspones... Y el menor—un carraspeo incómodo fue lo que le regaló congelando todos los sentidos del de hebras negras

—¿Y mi hijo?, ¿Qué tal está él?—balbucea calmando las ansias de apretar la bata del médico mostrando su desesperación.

—El menor perdió los signos vitales al entrar al hospital —musita helando por completo al inexperto de veintidós años, Taehyung parece haber visto un fantasma su piel acaramelada tomo una tonalidad más clara, el horror en su semblante, no, eso no era cierto.

—P- pero, ¿Qué?—las lágrimas se asoman por sus orbes incrédulos, quería despertar de esta pesadilla de mal gusto.

—Al parecer el camión que impacto contra ellos dio directo contra el menor, provocando lesiones de tercer grado, al ser un infante sus huesos no soportaron el impacto y por ello al traerlo acá fue demasiado tarde... Intentamos de todo... Sin embargo no obtuvimos más respuesta, daño cerebral, en el cráneo y su cuerpo fue completamente arrollado, aunque hubiera llegado no tendríamos forma de salvarlo—explica buscando suavizar la situación, no tardo bastante en notar que nada se relajaría en los ojos perdidos de aquel joven chico —al parecer alguien arriesgo su vida por su pareja, al momento de empujarlo para salvarlo el tiempo le fue imposible para rescatar al menor también.

—¿Quién fue esa persona?—interroga el hombre de negocios afligido por la inocente vida que cedió la suya para salvar a su amado.

—No tengo informes de quién se trataba, él fue trasladado a otro hospital —explica acomodando los anteojos que caían sobre el puente de su naríz.

En ese instante Taehyung comprendió que la vida era una ruleta rusa, un sube y baja en los momentos en los que sentías que podrías tocar las nubes bajarás sin tan siquiera notarlo, podrías impactar de manera atroz tarde que temprano.

¿Qué era la felicidad en este momento?.

¿Qué sucedería en cuanto su esposo despertara y descubriera que perdieron a su ángel?.

¿Y su futuro?.

Un sin fin de preguntas que vagan por su mente sin respuesta alguna, el nudo creciente en su garganta y el llanto acechante no le permitían hablar, no podía moverse, sus gritos de agonía eran escuchados únicamente en su mente.

Serendipity|• ᵀᴷDonde viven las historias. Descúbrelo ahora