---6---🐺

48 8 0
                                    

Actualidad

Ya habían pasado unas semanas desde que vi a Akira, con lo de la universidad hemos estado más ocupados, además que ahora Rubius y yo nos emos hecho amigos. Todo eso paso cuando una tarde al salir de la universidad nos encontramos en la entrada y como llovía mucho decidimos hacer una espera, al principio el ambiente estaba tenso, cuando la lluvia empezó a disminuir nos encaminamos a casa.

Pero cerca de una plaza la lluvia empezó de nuevo cayendo como un aguacero, nos recuerdo corriendo por casi toda la plaza hasta llegar a un negocio que estaba cerrado, pero podíamos quedar bajo techo, cuando llegamos estábamos empapados, pero el solo me miro y comenzó a reír de manera fuerte y contagiosa, estuvimos charlando de cualquier cosa que se nos viniera a la mente y cuando por fin fuimos a nuestras casa se sentía distinto.

A la mañana siguiente vi a Rubius salir de casa, ambos íbamos a la universidad, me saludo como de costumbre, pero luego comenzó a caminar en mi dirección me saludo y me hablo de un nuevo videojuego y todas las temáticas que tenía, eso me alegro, desde entonces todos los días vamos juntos a la universidad, almorzarnos juntos y nos volvemos a casa, incluso he hecho hora en la biblioteca para esperarlo.

...🐻

Iba camino a la universidad, cuando estaba saliendo de casa vía Vegetta salir con una chaqueta blanca y una camisa ajustada de color negra que se adaptaba a su magnífico cuerpo con unos jeans blancos, se veía tan... atractivo, (atractivo es poco era como una escultura griega, estas para comérselo, es demasiado guapo, es como un dios) mi oso parecía estar en la pubertad de nuevo, siempre ocurría eso cuando se trataba de Vegetta.

Es interesante como surgió una amistad de la nada, solo se necesitó algo de lluvia para darme cuenta de que Vegetta era super amigable, aunque a veces contara chistes algo malos, el problema era que cuando se me acercaba, mi corazón solo podía acelerarse y si es lindo (dios griego) me corrigió mi oso... bueno lo que sea, pero creo que solo es por eso.

(Si claro) mi oso cada que se trataba de Vegetta se ponía molesto, así que siempre intentaba ignorarlo.

Cuando salí de clases me dirigía a la biblioteca donde me encontraría con Vegetta cuando de repente un terrible dolor empezó a agobiarme, mi cuerpo pesaba y me sentía mareado.

Todo parecía moverse y un calor comenzaba a consumir todo mi cuerpo, no podía ser cierto, no tenía que pasarme, mi celo se había adelantado y yo me encontraba indefenso, no podía correr y no tenía fuerzas, intente con mis ultimas fuerzas buscar mis supresores cuando alguien llego y sentí un terrible escalofrió recorrer mi cuerpo. Estaba en la entrada de la biblioteca, el pasillo no estaba muy transcurrido a esta hora así que por una parte me alegraba de poder estar un poco protegido, rezaba porque ningún alfa me olfateara ahora, pero sentí como unos pasos se acercaban a mi posición poniéndome nervioso, aunque su aroma era muy sutil.

Una chico de cabello negro con gorro y ojos cafés intento sujetarme y me llevo al baño más cercano, allí se quedó afuera esperando, mientras yo luchaba por tomar mis supresores, cuando al fin lo hice los efectos aun no cesaban por completo, pero el dolor pasaba poco a poco, pero el calor seguía, cuando sali del baño lo vi el solo sonrió y me llevo a fuera mientras me decía que llamara a alguien para llevarme a casa.

Como pude llame a mis padres y mi madre llego rápido a buscarme, al estar en el auto me sentía seguro de nuevo, y antes de irme, agradecí al dulce chico por su ayuda, el solo me dio una sonrisa y me dijo su nombre... Quackity.

Mi madre me llevo a casa, al llegar solo me encerré en mi cuarto, había salido ileso de suerte, pero no siempre era así, no quería recordar lo que me había pasado así que solo me acurruqué en mi cama intentando hacer un nido para aliviar mi dolor, me sentía mal no solo por la situación si no porque no tenía como decirle a Vegetta que no nos veríamos en algunos días.

Mi madre me llevo a casa, al llegar solo me encerré en mi cuarto, había salido ileso de suerte, pero no siempre era así, no quería recordar lo que me había pasado así que solo me acurruqué en mi cama intentando hacer un nido para aliviar mi dolor,...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Destinados     ~rubegetta~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora