-5-

1.4K 141 7
                                    

¿Puedo pasar?

Me giré hacia la puerta, encontrándome con él.

Sonreí levemente antes de asentir y dejar que se sentara junto a mi en la gran cama que ocupaba la mayor parte de mi habitación.

No despegué mis ojos ni un momento de él, tratando de memorizar cualquier mínimo detalle.

¿Quieres contarme que fue esta vez?me tendió la taza de té que traía en la mano y tomó un mechón de mi cabello con sumo cuidado para comenzar a trenzarlo.

Me quedé en silencio, observando como mi cabello rizado y oscuro se deslizaba entre sus dedos, su piel bronceada contrastando completamente.

Suspiré antes de tomar un pequeño sorbo de la infusión y me dispuse a hablar.

Quiero que terminemos susurré.

Su mano detuvo toda actividad que estuviera realizando, y sus músculos se tensaron por completo.

No podía mirarlo a los ojos.

¿Me dirás por qué? nunca antes había escuchado su voz sonar tan apagada, carente de cualquier emoción.

Dejé la taza a un lado, y miré mis manos entrelazadas.

No puedo seguir haciéndote esto, no a ti.

Sentí como se ponía de pie.

Sigo sin comprenderestaba tensando su mandíbula, lo sabía aún cuando no estaba observándolo.

¿Cómo es que no lo entiendes? elevé mi cabeza hacia él, enfrentándolo de una vez por todas, sabiendo que si no era capaz de mirarlo a los ojos cuando dijera lo que tuviera que decir, él no me creería- No soy buena para ti.

Eso lo determinaré yo dijo incrédulo.

Finnick. . .

Emily escúchame. . .

No Finnick, tú eres el que debe escuchar me puse de pie, quedando a centímetros de él ¿Te has visto últimamente en un espejo?, no eres ni la sombra del chico que eras cuando te vi por primera vez, ni siquiera puedo vislumbrar en ti al chico con el que comencé a hablar hace dos años atrás, ya no te interesa regresar a tu Distrito, hace meses que no ves a Mags, incluso ya no recuerdo la última vez que te vi dormir o comer sin estar pendiente de mi.

No sé de que hablas— desvió la mirada.

Te arruiné por completo Finnick, y es por esa razón que me niego a seguir de ésta manera, debes alejarte de mi.

No, no lo haré— sus ojos se encontraron con los míos.

Aquellos hermosos ojos.

Pues entonces— tomé una bocanada de aire— seré yo quien lo hagadi media vuelta y comencé a caminar hacia la puerta, pero me detuve en seco al sentir su mano rodear mi brazo con delicadeza.

¿De verdad quieres hacer esto? su voz sonó ahogada.

Mordí mi labio con fuerza para evitar dar un paso atrás en mi decisión, abalanzarme sobre él y llorar de forma desconsolada.

Si eso implica que vuelva el chico del que me enamoré, entonces sí, es lo que quiero hacer, aún si eso quiere decir que ya no serás parte de mí vida.

Los Juegos del Hambre: Envuelta en llamas #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora