Los que se Ocultan

Capítulo 5

Sila

Miras a Jeremy: está inmóvil mirándote con un rostro inexpresivo, parece que estuviera en shock. Su uniforme está manchado con un poco de sangre que le salpicó cuando mataste a Arturo. Lo agarras de los brazos y los sacudes tratando de hacer que reaccione, pero el intento es en vano. Jeremy no se mueve. Si es que no fuera por el hecho de que lo notas respirar, pensarías que es un muñeco de cera.

Comprendes el motivo de su estado: ha visto como has asesinado de una forma tan macabra a dos jóvenes mientras que revelabas tus rasgos que te definen como un ser no humano. La reacción normal de cualquiera hubiera sido correr de inmediato al ser testigo de tremenda escena; sin embargo, Jeremy sigue todavía allí contigo.

Sabes que la jodiste. Acabas de mostrar tu verdadera identidad a un humano. Según tus padres, deberías matarlo inmediatamente antes de que pongas en riesgo a todos los de tu comunidad. Es de hecho que Jeremy no se va a quedar callado, le va a decir a todos lo que hiciste, te va a acusar, y se van a enterar de lo que en verdad eres. Estás poniendo en riesgo a todos.

Te vas rápidamente hacia las duchas, te desvistes y te das un baño quitándote toda la sangre del cuerpo lo más rápido que puedes. Miras de vez en cuando a Jeremy para ver si se mueve, pero no; continúa en la misma posición.

Una vez que terminas de bañarte, vas hacia uno de los casilleros, lo abres sin problema debido a lo fuerte que eres, sacas un uniforme y te lo pones, te queda algo ajustado, pero es soportable. Te pones unas zapatillas que encuentras debajo de los asientos y vas de nuevo a ver a Jeremy, quien sigue de la misma manera.

"Tienes que matarlo" te dice una voz en tu cabeza, es lo que debes hacer...Pero te niegas. Tú mismo decidiste ponerte en esta situación, nadie te obligó a defender a Jeremy Espejo; sin embargo, aun así, lo hiciste, y todo por la lástima que le tienes.

De partir del día en el que se esparció el rumor de que Jeremy espejo había intentado abusar de Matías Vélez, supiste que era una mentira. No te juntabas con Jeremy, pero podías darte cuenta de que esos rumores eran falsos: era imposible que aquel muchacho introvertido que a la justa podía soltar más de 1000 palabras al día, pudiera ser capaz de eso.

Fue cuestión de tiempo de que te dieras cuenta de que todo se trataba de una farsa por parte de Matías Vélez, para así salirse con la suya y poner a Jeremy como el punto de burla del colegio.

Desde que Jeremy empezó a ser acosado por todos, pudiste sentir su miedo, su tristeza, su rabia. No podías comprender como los humanos podían ser tan malos con alguien tan inocente como Jeremy Espejo, un chico que nunca le ha hecho daño a nadie, un chico tan humilde.

Odias a los abusadores, odias a la gente que se aprovecha de alguien, no soportas la injusticia qué hay con Jeremy. Tus padres siempre te han dicho que debes pasar desapercibido, pero al ver como Jeremy sufría tanto, no aguantaste más y lo defendiste de Arturo y de su grupo en el baño de la escuela. Cuando viste a Jeremy adolorido después de tremenda paliza, quisiste consolarlo, decirle que no está solo... Pero no pudiste debido a su olor, su exquisito olor. La carne de Jeremy es una tentación para tu estómago. Nunca antes habías olido un aroma tan espectacular. Es por eso que cuando Jeremy se acercó a ti, tuviste que irte temiendo de que no te puedas controlar.

Jeremy intentó acercarse a ti, solo quería darte las gracias. Tenías ansias de abrazarlo, de apoyarlo, pero su distinguido aroma era señal de peligro. La tentación de comértelo en aquel momento era muy grande, por lo que optaste por la mejor opción; dejar en claro que no le importas en lo absoluto, por eso lo trataste mal en el comedor.

Decidiste que debías mantenerte alejado de Jeremy e ignorarlo a cualquier costo, sin importar de que te destruyera en el alma cada vez que sea molestado por los demás. Por más que quisieras defenderlo, lo mejor era mantenerse a un lado, sobre todo por el bien de él.