Antes
No querías ir a la fiesta porque las odias. Siempre has destetado el hecho de estar con cantidad personas y tener la obligación de socializar. Lo más frustrante, es que, si no hablas con nadie y te apartas de los demás, todos se te quedan viendo con pena. Por ende, te sientes forzado a conversar, tomar y a bailar.
Matías es parecido a ti, a excepción de que él es más extrovertido, y obviamente, le gusta ir a reuniones, discotecas, y sobre todo a las fiestas. Tu no querías ir a la fiesta de Camila, no es tu amiga, no hablas con ella, y aparte no tienes nada de interés en estar con sus amigos. No obstante, Matías te ha insistido tantas veces que al final aceptaste. Pues, Matías es tu amigo, y casi nunca te pide nada, por lo que ir a una fiesta por solo esta vez es algo que estás dispuesto a hacer, a pesar de que no tengas nada de ganas en ir.
Cuando llegas a la fiesta, te das cuenta de inmediato que la vas a pasar mal. El ambiente no es de tu agrado: demasiados adolescentes, la música electrónica está muy fuerte la cual te hace retumbar los oídos. Por suerte, te encuentras con Matías; él está allí para salvarte.
Se sientan en uno de los sofás y conversan por un rato. Luego, Matías te ofrece un trago, tú lo rechazas porque no te gusta alcohol, pero Matías sigue insistiendo hasta que al final terminas aceptando. El vaso tiene una mezcla de ron con coca cola, pero está demasiado fuerte.
A los pocos minutos, ya comienzas a sentirte mareado, era obvio que eso iba a pasar, no tienes nada de tolerancia al alcohol.
Matías se ofrece a ayudarte, él te pide que lo sigas. Vas caminando detrás de Matías pasando entre la multitud de personas. Todo tu entorno comienza a darte vueltas y cada vez es más difícil mantenerte de pie.
De un momento a otro, te das cuenta de que ya no te hallas con los demás. Ahora te encuentras en un cuarto, la puerta está cerrada. Estás sentado en la cama, Matías te coge la camiseta y la desliza hacia arriba, él te pide que levantes los brazos, no le haces caso porque no comprendes lo que ocurre. Matías se molesta y te agarra con fuerza los brazos y los estira hacia arriba para así quitarte la camiseta.
—¿Qué haces?
—Shh —te calla Matías. Te agarra de la nunca y te empieza a besar, tú tratas de quitártelo de encima, pero estás tan débil que no lo consigues.
Matias se echa en la cama y te coloca encima de él.
—Bájame el pantalón y chúpamela.
Todavía sigues mareado, pero consciente de lo que sucede. Estás encima de Matías, él quiere que se la mames, se aprovecha de que estás borracho, aunque también piensas que ha podido poner algo sobre tu bebida y por eso estás mareado. De lo que sí te encuentras seguro, es que se está aprovechando de ti.
—No.
—Chúpamela maldita sea.
—Vete a la mierda.
Entonces la puerta se abre, una pareja de jóvenes se halla en el umbral viendo la escena confundidos. Al parecer, Matías no había puesto seguro a la puerta, o quizás no funcionaba y por eso fueron capaces de abrirla.
Matías te empuja y caes al suelo. Matías se levanta de la cama desesperado. Todo se pone más confuso.
—Maldito maricòn, has intentado cogerme. Asqueroso —dice Matías exaltado, lo suficiente para atraer a los demás invitados y que se reúnan en la entrada del cuarto.
—Yo... no hice nada.
—Mentiroso. Estás borracho, y has intentado cogerme. Maricón asqueroso —te dice Matías.
El grupo de jóvenes te queda viendo con repulsión, tú estás tirado en el suelo, no asimilas lo que ocurre. No comprendes, todo pasó tan rápido.
De partir de ese momento, tu vida no va a hacer la misma Jeremy. Todos te van a odiar, a burlarse de ti, a golpearte. Este es el momento en el que tu infierno recién empieza.
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Los que se Ocultan
ParanormalJeremy solo anhela tener un amigo, alguien que no le haga daño, alguien que lo quiera tal como es. Después de sufrir acoso todos los días por sus compañeros de colegio, un misterioso joven llamado Sila lo defiende de los matones. Sila parece un chic...