Capítulo 12

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Han pasado tres días y no sabes nada de Sila Santolalla.

Han abierto la escuela otra vez, pero no hay señales de Sila, es como si hubiera desaparecido. Nadie habla de él puesto a que era como un ente en la escuela: no tenía amigos, no hablaba; por lo que comprendes porque nadie le da importancia a su falta de asistencia.

Él único que se preocupa por Sila eres tú, eso lo tienes más que claro, pues ni siquiera los profesores parecen preocuparse de su inasistencia al haber pasado ya varios días de que no viene a la escuela. Lo cierto es que si Sila estuviera muerto nadie se daría cuanta a excepción de ti.

Las horas se te pasan muy lento. No dejas de pensar en Sila y de lo que habrá pasado con él. De repente todos los reptilianos se han ido debido a que un humano ha sido testigo de las atrocidades que hacen en aquel condominio, y prefirieron no arriesgarse e irse antes de que la policía vaya por ellos.

Igual, algo no encaja en todo esto. Puesto a que cuando ingresas a la página de la comunidad de Sila todavía aparece, eso indica que no se han ido a ninguna parte, ya que lo primero que hubieran hecho es eliminar cualquier rastro.

Tienes el presentimiento de que Sila no se ha ido, pero algo le debe de haber pasado, no es normal que haya faltado tantos días. Sientes en tu corazón que algo no anda bien. Muy al margen de que haya establecido un distanciamiento entre él y tú, de que te dejó en claro que no quiere poner tu vida en riesgo al estar contigo, de que te dejó después de haber tenido relaciones sexuales; hay algo más que está ocurriendo, y quieres descubrir lo que es.

Es una corazonada, algo le pasa a Sila, y no vas a resistir estar tanto tiempo sin saber de él. Necesitas respuestas, y las necesitas ahora. No vas a soportar seguir con tu vida normal sin saber que le ocurre a tu único amigo. Sería una tortura la cual no te dejaría dormir por noches enteras.

Solo tienes un plan, y eso implica desobedecer nuevamente a lo que Sila te ha pedido que no hagas. No obstante, el amor y el cariño que le sientes es más grande. Si Sila está en peligro, no te vas a quedar con los brazos cruzados sin decir nada. La culpa te carcomería por dentro. Si Sila está en peligro, vas a ir a ayudarlo. No importa lo que te haya dicho, no importa lo peligroso que sea. Al fin y al cabo, vas a hacer lo que él haría por ti si es que estuvieran en una situación diferente.

Estás decidido, vas a ayudar a Sila.

...

Es sábado en la tarde, otra vez pides un Uber hacia el condominio de los reptilianos. Sin embargo, esta vez tus padres están en casa, por lo que tienes que inventar una mentira para justificar tu salida. Lo primero que se te ocurre es decirles que vas a ir a la casa de un amigo, y puedes inventar cualquier nombre porque no saben los nombres de tus amigos (ya que no tienes ninguno).

Vas hacia la sala, tus padres están sentados viendo televisión. Estás a punto de decirles que te vas, pero prefieres en experimentar. Vas directo hacia la puerta y la abres, esperando a que tus padres muestren el mínimo de preocupación por ti y quieran saber a dónde vas... Pero ocurre todo lo contrario. Ellos ni se inmutan. Te puedes estar yendo del país y ellos ni se enterarían.

—Los quiero —dices y cierras la puerta.

Te parece escuchar que tu madre dijo un "yo también", aunque sonó como si lo respondiera de forma automática, la clásica cuando le dices a alguien "te quiero" y tienes que responderle "yo también".

Tu Uber está estacionado en la entrada, te subes en el, el auto se pone en marcha, y te quedas viendo tu casa como se va a alejando.

Algo le pasa a Sila y vas a averiguar que es. El haría lo mismo por ti. Sabes que lo estás desobedeciendo, que se molestaría porque te dijo específicamente que no vuelvas a buscarlo. Lo reconoces...Sin embargo, no vas a quedarte echado en tu cama sabiendo que algo malo le pueda estar ocurriendo.

Los que se OcultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora