malioboro

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Al salir de clases SeungMin no pudo evitar pensar en el chico de camiseta blanca, tenía mucho parecido con el de la chaqueta negra que había visto correr horas antes, quería saber quién era, tenía que saberlo. JeongIn, por su parte, sabía que era el mismo chico pero Kim era tan terco como para negarlo una y otra vez que no dijo más y dejo de insistir en que era la misma persona, por no llevarle la contraria a su casi hermano.

— JeongIn, ese chico que corría era realmente guapo, pero el de camiseta blanca también lo era, y lo mejor es que está en el equipo de fútbol americano.

— SeungMin, no quiero decirte ésto una vez más... ¡PERO ES EXACTAMENTE LA MISMA PERSONA!

— Wow, no te confundas ni te enojes... Entiendo que se parezcan pero no puede ser la misma persona, eso si que no.

— Incluso va a nuestra aula por si no lo notaste – Dijo el menor ya cansado de insistir.

— ¿Qué? Pero se ve algo mayor que nosotros, aparte de que he visto miles de veces a nuestros compañeros y te puedo asegurar que no va en nuestra clase.

— Como digas, mañana deberías revisar el aula nuevamente entonces.

Dos horas después salió Seo de su entrenamiento con el equipo de fútbol americano, había sido una práctica larga y su cuerpo dolía, necesitaba tomarse un descanso, para su suerte no notó la presencia de SeungMin antes, o de lo contrario no podría haber jugado tan bien como lo hizo, los nervios lo estarían matando.

Quería acercarse más y más al castaño pero la presencia del otro no lo dejaría, se sentiría presionado y se pondría tan rojo como un tomate maduro.

Después de todo, el hecho de correr en frente de SeungMin era un gran avance para él.