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ChangBin había tocado tres veces la puerta del edificio de SeungMin, y aún así nadie habría, cuando Kim se fué ni le dió su dirección por lo que se le olvidó, sin embargo ChangBin sabía más o menos dónde se encontraba su hogar debido a las veces en las cuales lo seguía, solo esperaba no haberse equivocado de casa, como lo veía de lejos no sería muy fácil saber cuál casa era.

Al ver que nadie atendía pensó que probablemente se había equivocado de edificio pero inmediatamente abrieron.

— Buenas noches, bienvenido, tome las escaleras para ir al piso deseado, el ascensor está en mantenimiento.

— Bien, muchas gracias — Respondió ChangBin haciendo una reverencia al encargado de cuidar las puertas del edificio.

Deberían contratar a alguien que estuviera más al pendiente de los visitantes... Sin darle importancia a lo ocurrido, ChangBin subió poco a poco pero no sabía cuál era la puerta correcta, estuvo agradecido de que aquella persona apareciera en su momento de desesperación.

— ¿ChangBin? Debes ser tú, SeungMin me habló de tí y de que vendrías a pasar la noche en una pijamada.

— A-así es señora Kim, pero jamás he venido y yo...

— Ven, es por aquí, les dejaré estos dulces y me iré a casa de un familiar para que puedan pasar la noche solos.

La puerta de la casa de SeungMin se abrió dejando ver lo bonita y muy organizada que estaba, como se encontraba dentro de un edificio no era tan grande pero si acogedora, supuso que la habitación del menor iba a ser aún más pequeña calculando las medidas del tamaño de la casa.

Quedó impactado cuando vió a SeungMin en su pijama de perritos, era blanca al igual que la piel del menor, y más atrás estaba su confiable amigo JeongIn, siempre de metido.

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