Capítulo Seis.

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HyunJin trató de contener sus nervios mientras entraban al estacionamiento del hotel. Uno, él no quería que San lo sintiera.

Dos, él no quería dar la impresión del pobre Petauro que tenía miedo de los grandes y malvados depredadores.

Era difícil, sin embargo. Después de pasar toda una vida escondiéndose de otros cambiaformas, saber que iba a entrar en un grupo de Asesinos era suficiente para orinarse de miedo. Felix tenía suerte de que HyunJin fuera lo bastante fuerte como para pisotear sus temores. De lo contrario, el agradable asiento de cuero de Felix tendría un charco.

—Bonito sitio —HyunJin dijo lentamente—. ¿Ustedes, chicos, rentan las habitaciones por hora?

Felix estacionó el SUV, luego lo apagó antes de girarse para dirigirse a HyunJin.

—Tratamos de mezclarnos lo mejor posible. En caso de que no lo hayas notado, este no es el mejor barrio del mundo.

HyunJin salió del carro.

—Bueno, están haciendo un gran trabajo. Es sólo que estoy sorprendido que la Brigada Antivicio no esté tocando a la puerta todos los días.

—Apúrate y entra. —Felix suspiró—. Aun cuando estoy bastante seguro de que Ride va a descubrir que ustedes dos están aquí, no queremos difundirlo.

—¡Ajá! —HyunJin replicó—. Tenemos que hacerlo trabajar para que lo descubra.

—Ya que nos vio irnos con Felix, estoy casi seguro de que ya lo sabe —San dijo.

Luego pasó junto a HyunJin y se dirigió a la entrada. La acción hirió un poquito a HyunJin. Ellos eran gemelos y siempre deberían estar el uno al lado del otro. Especialmente cuando iban a entrar a un antro de perdición.

HyunJin se dijo a sí mismo que no debía permitir que la actitud de San lo molestara; debería estar acostumbrado a estas alturas y no esperar algo diferente. No es que su hermano fuera todo amor y abrazos. HyunJin sabía que jamás verían las maratones de Netflix juntos, tampoco es que lo hubieran hecho alguna vez. Pero HyunJin estaba seguro de que San se preocupaba por él. Era sólo que tenía problemas para demostrarlo.

—Sip, sigue repitiendo eso todo el tiempo y puede que de hecho se vuelva realidad —HyunJin susurró para sí mismo—. ¿Si realmente se preocupara por ti, entonces por qué puso un bloqueo mental?

—¿Dijiste algo? —Felix preguntó.

HyunJin dio un brinco sorprendido y avergonzado.

—Sólo estaba discutiendo con la vocecita en mi cabeza.

Felix levantó una ceja.

—Está bien, si tú lo dices.

—En serio. Lo triste, es que la vocecita ganó.

HyunJin estaba haciendo lo que sabía hacer mejor siempre que se sentía juzgado o que no gustaba. Se apoyaba en el sarcasmo. Eso era como un escudo que usaba para desviar todos los tiros que el mundo le arrojaba. Su manera de decirle al mundo, ¿Ven? No pueden herirme. Siempre estoy feliz y haciendo bromas. ¡Ja, ja, ja! ¡Hijos de puta! Mientras entraban, HyunJin fue gratamente sorprendido. Si bien el lugar nunca sería el Ritz, por dentro se veía mucho mejor que por fuera. Los pisos estaban blancos y brillantes, sin ningún indicio de arañazos. Había varios sofás y mesas acomodadas por todo el vestíbulo.

Había un montón de Asesinos, también. Estaban sentados en pequeños grupos conversando tranquilamente. Y que se detuvieron de golpe cuando vieron a Felix y a HyunJin. HyunJin buscó a San, preguntándose por qué él no estaba recibiendo la misma recepción.

Felix tiene una golosina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora