Maldición, su cuerpo no estaba de acuerdo con su cerebro. Mientras que la cabeza de HyunJin, le gritaba que sacara una daga y la hundiera en la garganta de Felix, el miembro y la líbido de HyunJin querían algo muy diferente.
No era sólo que HyunJin tuviera una erección de la puta madre, sino que estremecimientos de deseo danzaban de arriba abajo por su columna vertebral. Debería estar tratando de empujar el duro y musculoso cuerpo de Felix de encima de él, pero HyunJin se encontró queriendo envolver sus brazos en torno a Felix y apretarlo con fuerza.
Cómo diablos toda esta situación había pasado de un ataque, a un momento de oh, fóllame, por favor, era más o menos la historia de la vida de HyunJin.
Él no iba por ahí como una puta y follando a todos los tipos con los que se cruzaba. Tampoco era una virgen ruborizada, pero HyunJin tendía a ser reservado. Era demasiado peligroso no serlo. Claro que se las podía arreglar mejor que la mayoría, era sólo que no quería terminar con una banda tras su culo. Así que sólo salía a trabajar, y luego se iba de vuelta a casa. Eso le ponía un freno a su vida social, pero ya se había acostumbrado desde hacía mucho tiempo atrás.
HyunJin aún tenía que salir de esto. ¡Aun cuando Felix fuera un maldito Dios! Con su pelo rubio ligeramente largo, sus tranquilos ojos marrones, y su voz grave, era todo lo que HyunJin había buscado en un hombre. Sin mencionar, que la erección de Felix, que en ese momento la estaba frotando contra HyunJin, ¡era impresionante!
Todo aquello hizo que por un segundo, HyunJin se preguntará si podría romper las reglas de los Asesinos por única vez y hacerle el amor a su objetivo antes de acabar con él. Vaya, esas palabras sonaron tan mal. Incluso para la jodida cabeza de HyunJin.
HyunJin hasta se sentía culpable por mentirle a Felix. Él no era un Ratel en lo absoluto. Era un Petauro del Azucar. No es que le preocupara que Felix reconociera su olor. Hasta donde HyunJin sabía, San y él eran los únicos que quedaban de su especie. Los Petauros habían sido una raza débil y se habían extinguido al ser cazados por otros cambiaformas. La única razón de que HyunJin hubiera sobrevivido por tanto tiempo, había sido gracias al intenso entrenamiento al que su abuelo lo había sometido.
-¿Alguna vez te saldrás de encima de mí? ¿O vamos a holgazanear aquí afuera en este camino asqueroso toda la noche? -HyunJin preguntó con su mejor voz de aburrimiento.
-¿Por qué? -preguntó Felix. -¿Tienes otros planes para esta noche?
-Bueno, después de matarte, iba a tratar de meterme en otro trabajo más tarde -HyunJin admitió.
Felix levantó una ceja.
-Eres un chico muy ocupado.
-Sep, no importa si mi uniforme pasa tú inspección o no. Aún soy un Asesino, y mientras más gente mate, más recibos podré pagar.
-Siento mucho decepcionarte, pero este objetivo no va a caer. He estado siendo amable y siguiéndote la corriente antes, pero ya es suficiente.
Por primera vez en la noche, la duda comenzó a arrastrarse por HyunJin. Había hecho su investigación sobre Felix. Aunque había sido un poco superficial, HyunJin estaba seguro de que podría acabar con el leopardo.
-¿Estás esperando a que alguien venga a ayudarte o algo? -HyunJin se burló. - Sé con certeza que no tienes amigos. Todos los leopardos son unos solitarios. Tú no eres la excepción.
-¿Y de dónde sacaste esa información exactamente?
-Yo no delato mis fuentes.
-Déjame adivinar. ¿Fue Mickey? -Felix negó con la cabeza. -¿No sabes que no debes confiar en un cambiaforma Rata jamás? Te dirán lo que sea por veinte verdes.
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Felix tiene una golosina.
Fantastik-¿En dónde mierda conociste a un Petauro del Azúcar? Felix se quedó congelado a la mitad de un paso. ¿Qué carajo? -Tu olfato debe estar desconectado. Estuve peleando con un Ratel, no un Petauro del Azúcar -Felix afirmó. Los leopardos no son conocido...