Prólogo | Tighnari

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Arte por @/Eiheihhhh via Twitter.

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—¿A qué le tienes miedo, papi?

Me preguntó con entusiasmo y a la vez con un ápice de preocupación en sus ojos la diminuta Collei de cinco años. Me limité a responderle que mi mayor miedo eran las arañas. Creí que una respuesta tonta, deshonesta e intrascendente bastaría para que su curiosidad se apagara y se lograra dormir antes de las doce. La arropé entre sus sábanas, le di un beso dulce en su pequeña frente y la dejé descansar después de un agitado día de juegos, risas y pizza que tuve la suerte de compartir con ella en esa semana. Pensándolo con algo más de seriedad, realmente creí que nunca tendría que responder una pregunta como esa. Supuse que una niña de su edad tendría la cabeza tan absorta en miles de ideas, juegos y pensamientos aleatorios que un cuestionamiento tan directo lo olvidaría al pasar las horas. Sin embargo, no pareció ser el caso de Collei: una niña tanto curiosa como tímida podía sobrepensar de una forma casi obsesiva cualquier cosa que pasara por su cabeza. Era inteligente y muy alegre por momentos, y podía insistir hasta el cansancio hasta obtener lo que quisiera, es así como de vez en cuando seguiría preguntándome con el pasar del tiempo: "¿Cómo puedes tenerles miedo a las arañas si los biólogos también estudian arañas?". Le di una respuesta muy vaga sobre superar los miedos y ser mejor persona... pero nunca estaba satisfecha.

Diez Años después tuve la horrible obligación de pensar en esas preguntas recurrentes de Collei. Pensándolo bien, le tenía miedo a muchas cosas, pero en verdad... ¿Cuál de todos es el más grande? Hasta el día de hoy, esa era la última incógnita de Collei que aún no lo lograba decir con certeza. Y tuve que llegar al punto de tener a mi hermosa chica en una camilla de hospital, con las muñecas vendadas, su piel pálida, sus ojeras más grandes que sus ojos, su cuerpo tan delgado y destruido... y sus sueños, completamente rotos. Fue justo en ese momento en el que me di cuenta de cuál era la respuesta a su pregunta. Nunca me había sentido más asustado de afrontar ese miedo como ahora, cuando parece que todo va a derrumbarse a mi alrededor. Ay, Tighnari, y ahora, ¿qué piensas hacer?

"Cierra tus ojos, no tengas miedo...

El monstruo se ha ido,

está huyendo y tu papá está aquí."

A veces, aunque no sea verdad en lo más mínimo, siento que las palabras de Lennon fueron escritas para mí.

Beautiful Girl | CynonariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora