𝕃𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕖 𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕙𝕒𝕔𝕖𝕣

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Burro se quedó fuera del lugar, ya que le causaba mala espina. Solamente tenía miedo de la apariencia del sitio y además, no se permiten animales.

Al entrar, Encantador le advirtió a Shrek que no se separará de él, podrían ser capaces de hacerle daño si se daban cuenta de su género.

De lado a lado caminaron juntos, observando a su alrededor mientras que un hombre de un garfio tocaba una tétrica canción para el público.

Villanos, ladrones, gente de malas intenciones se encontraban en ese lugar.

No tardaron en llegar a la barra principal de bebidas, allí, el alpha le dió unas palmadas a Shrek para apoyar una de sus manos en la barra.

Se colocó en pose seductora mientras se aclaraba la garganta y Shrek lo observaba con confusión, arqueando una ceja al no saber qué rayos estaba haciendo.

— Buenas tardes linda dama, buscamos información sobre un asunto de real importancia —

Solamente sus ojos se abrieron estupefactos cuando aquella persona se giró y reveló su rostro.

El cual le respondía con la misma mirada coqueta mientras elevaba su maquillada ceja.

— Por supuesto encanto, hace tiempo que no pasas por aquí, ¿Qué es lo que buscan? —, preguntó coqueta.

Shrek se cruzó de brazos mientras se sentaba en la banca que estaba justo frente a él, observaba con cierta molestia al percatarse del coqueteo.

— Eh... Ejem, necesitamos un guía, alguien que sea un experto en rastreo o conseguir información —, respondió en tono alegre pero coqueto.

A pesar de sentir rechazo hacia la hermanastra fea, no se movió cuando está también se apoyó en la barra y acercó su rostro hacia el suyo.

— ¿Sigues en búsqueda de tu Omega? —, le preguntó suavemente.

— Soy un hombre con objetivos —, dijo orgulloso.

— Sabes que está mi oferta... cada vez que quieras —

Shrek arqueó una ceja, entonces observó fulminante a Encantador, el cual no se percataba de la forma en la que este lo veía.

— No gracias, cielo. Quiero seguir mi encrucijada —, respondió seguro.

— Mh... qué lástima —, contestó con decepción para retroceder con lentitud y observarlo con una amplia sonrisa, — Hay alguien que puede hacer ese tipo de trabajo —

— De... ¿De verdad?, ¿Dónde puedo encontrarlo? —

— Bien... —, observó de reojo a Shrek, el cual, al percatarse de su mirada, apartó la mirada, aquello le causó cierta gracia, — Síganme —

Rápidamente y de forma discreta fueron dirigidos a una habitación privada mientras que Shrek refunfuñaba para sí mismo.

Encantador coqueteaba con aquella persona para conseguir el favor de que nadie se metiera con ellos.

Pero al Omega no le agradaba del todo, aún no sabía que todo se trataba de un plan. Al ver por la ventana, se percató de que, desde que salieron del castillo, casi se había cumplido un día, en unas horas sería el anochecer.

Al entrar a la habitación, la hermanastra los abandonó para que ellos entrarán por su cuenta.

Era un lugar oscuro, pero como era de día, era perceptible una pequeña figura sentada sobre la mesa, la cual llevaba un par de botas negras desgastadas.

Las botas eran notables por su apariencia, tamaño y desgaste.

No tardaron en notar aquel pelaje pelirrojo brillante y aquellos ojos felinos punzantes.

Omega de PantanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora