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—Bueno, cariño —habló su padre nuevamente—. Es mejor que vayas a dormir ahora, mañana es la competición y te quiero en tus cinco sentidos —motivó Murray con una sonrisa—. Además, son las doce de la noche y tu madre no va a permitir que sigas jugando —le susurró a su hija esta vez, Enid abrió los ojos sorprendida, no pensó que las horas pasarían tan rápido.

Ni siquiera sintió que hubiera avanzado en su misión con Wednesday.

Realmente esto sería difícil.

Murray le dio un dulce beso en la cabeza y se retiró de su habitación.

Enid miró hacia la pantalla, los avatares seguían inmóviles, esperando a que continuara su siguiente movimiento, pero un bostezo perezoso salió de los labios de la rubia, casi contagiando a Xavier que la vio de reojo desde donde estaba, para su suerte, la rubia no lo había notado esta vez.

—Bueno... Pensaré en otra forma de humanizarte, Wednesday —soltó la rubia con voz ronca, el sueño empezaba a aparecer, imaginaba que era por haber visto la hora—. Pero déjame decirte que tus opciones son horribles, necesito que pongas de tu parte —Enid ni siquiera se daba cuenta de lo rara que estaba siendo al hablar con su avatar, pero el sueño, más su vicio por aquella nueva misión, estaban haciendo efecto en ella.

Wednesday se atrevió a mirarla un segundo y luego cruzó sus brazos hacia Xavier.

Enid rió somnolienta, ya ni siquiera parecía extrañada por el comportamiento para nada normal de un avatar de videojuego. Xavier parecía ser el único aterrado allí, notando que la gótica estaba incumpliendo las reglas básicas.

—Buenas noches —se despidió Enid, no se molestó en guardar la partida del juego, el sueño fue mayor y Wednesday solo la miró, levantó su mano e hizo un pequeño movimiento de despedida.

Xavier, por otro lado, parecía a nada de desmayarse por las acciones de la psíquica.

Enid apagó el juego con una pequeña sonrisa y sus ojos ya cerrados. Otro bostezo intenso salió de sus labios y se acostó debajo de las sábanas, no tardó mucho para conciliar el sueño, al parecer, su cuerpo no resistía ni un segundo más despierto.

(...)


Una rubia se despertó algo sobresaltada de su cama. Notó la fuerte luz solar que estaba siendo tapada por las cortinas de la ventana de su habitación y supo que estaba a salvo.

No estaba en el juego.

Enid soltó un suspiro de alivio, había tenido un sueño donde terminaba dentro del juego de Nevermore, y no podía salir de allí a no ser que cumpliera su objetivo con su avatar Wednesday.

Lo más estresante del sueño fue saber que la gótica chica no se esmeraba en ayudarla para nada.

Enid volteó a ver su consola y el televisor apagados.

Si el sueño hubiera sido real no se imaginaba ganando la humanidad de Wednesday.

La rubia se veía mucho más capaz de lograrlo detrás de una pantalla.

Pero a veces la vida nos da señales que preferimos ignorar.

Fue a asearse luego de ver la hora, diez de la mañana. Tenía todo el tiempo del mundo para desayunar y alistarse para acompañar a su padre al trabajo para la competición con Ajax Petropolus.

Enid sonrió, no importaba si el chico le parecía lindo, le patearía el trasero en cualquier videojuego que les asignaran.

Esta sería la segunda vez que compite con el chico, la primera vez, Enid se llevó la victoria sin mucho esfuerzo. Ahora, esperaba poder repetir la ocasión, Murray había apostado una muy buena cantidad por su hija y ella claramente no quería decepcionarlo.

Al terminar con su aseo personal, fue directo hacia el comedor para desayunar, sus padres la esperaban sentados con el desayuno ya servido.

—Buenos días —saludó a ambos, tomando asiento para comenzar a comer.

—Enid, ¿a qué hora dormiste ayer? —cuestionó Esther, luego de notar las ojeras debajo de los ojos de su hija.

La rubia dio una mirada nerviosa a su padre, en busca de ayuda.

—Yo mismo fui a acostar a Enid temprano para la competición de hoy —afirmó Murray, dándole un bocado a su tostada. Esperando que su esposa no cuestionara demasiado.

—Entonces supongo que las ojeras de tu hija no se deben a su obsesión por los videojuegos —bufó sarcástica la mujer—. Enid, debes reducir las horas que utilizas la consola, tienes que salir y aprovechar que aún eres joven. Busca amigos, o sal a lugares sola, busca nuevos pasatiempos... —vio a su hija hacer una mueca de incomodidad— No digo que dejes de jugar con tu consola pero debes realizar otras actividades.

—Está bien —respondió la rubia simplemente.

No quiso contradecir a su madre explicando lo difícil que era para ella que alguien la quisiese de amiga en el instituto aparte de Divina Watson.

Y que esta última no pasaba tanto tiempo con ella ya que tenía la misma obsesión por los videojuegos, después de todo, aquello que compartían en común era lo que las unió.

La veía más en sus juegos online que en la vida real, tal vez incluso, podría decirse que Divina era mucho más gamer que la misma Enid.

El resto del desayuno fue en completo silencio, hasta que terminaron y Esther decidió levantar lo utilizado en la mesa para llevarlo a lavar. Sabía que Murray se llevaría a Enid apenas terminaran y así lo hizo, guiando a su hija hacia la puerta, se despidieron desde lejos de la señora Sinclair y una vez afuera, el padre de Enid abrió la puerta del copiloto de su auto para su hija.

Una vez acomodados, éste se dirigió rápidamente de camino a su trabajo, llegarían bastante puntual sabiendo el horario de la competición.

Murray abrió la guantera del auto y sacó de allí una impresión, tendiéndosela a su hija mientras no quitaba la vista de la carretera.

Enid lo tomó en sus manos y empezó a leerlo, sabiendo bien que se trataba del nuevo diseño de videojuegos creado por su padre y trabajadores de la empresa en la que estaba.

—Es de acción, estoy seguro que te encantará cuando lo estrenes hoy junto con el hijo de Petropolus, y lo destroces —afirmó con una sonrisa victoriosa. La rubia rió un poco por su actitud.

Su padre siempre le tenía mucha más esperanza de la que se creía capaz de cumplir.

(...)

Había sido una batalla virtual bastante empatada. A Enid le había sorprendido que Ajax Petropolus pareciera estar realmente preparado para aquél combate. Tal vez debió pedirle a su padre un adelanto y no tomar por hecho que podía ganarle sin practicar antes.

Pero aunque le hubiera costado un poco más que las anteriores competiciones con él, pudo volver a vencerlo. Dejando a un Ajax algo decaído pero regalándole su mejor sonrisa, aceptando su derrota.

Murray y su hija estaban de regreso a su hogar, sin embargo, solo era para dejar a la rubia ya que el hombre debía volver a su trabajo. Enid llevaba un trofeo nuevo que tenía la forma de un joystick en sus manos y su padre no solo había obtenido un aumento de sueldo, sino que seguía manteniendo el primer puesto junto a su hija entre las competiciones de videojuegos.

Enid dio un vistazo rápido al pequeño papel que le había entregado Ajax Petropolus antes de irse con su padre.

Viendo los dígitos escritos en éste, se dio cuenta de que el chico le había dado su número.








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N.A: Hola! Gracias por sus comentarios y votos. No me gusta dejar notas, pero quería decirles que la historia es medio lenta con respecto al Wenclair, al menos al principio, por eso en estos primeros capítulos no hay mucha interacción directa.

Sean pacientes :)

gamer ; wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora