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—Bien, ya llegamos —anunció Enid, no tan emocionada, ya que había divisado que en la caja registradora se encontraba el personaje de Tyler.

«Solo falta que Wednesday se lleve mejor con él que con el resto», se quejó sarcásticamente la rubia.

Su avatar fue directo hacia el personaje del chico, sin siquiera haber sido dirigido por Enid.

Aparecieron opciones y la rubia se mostró más seria de lo usual al leerlas.

A. Tráeme lo de siempre.

B. Galpin... Arreglaré tu máquina de café, veo que eres bastante inútil.

C. ¿Obtuviste información?

D. Xavier dijo que la licántropa sería mi roomie.

Enid se sintió molesta al leerlas, era extraño, no sabía si Wednesday había puesto realmente de su parte o ella tenía alguna especie de confianza con Tyler, ya que todas las opciones parecían ser mucho más amables que las que había dirigido hacia Yoko y Xavier ayer.

—Debes estar bromeando —comentó incrédula—. No puedes ser amable justo con el malo, Wednesday —se quejaba Enid, luego de haber dicho aquello, notó una mirada siniestra en el personaje de Tyler, quien seguía disimulando su sonrisa amable.

Su avatar por otro lado, se mostró neutral pero Enid pudo notar un ligero cambio en ella, como si le hubiese entendido.

La rubia movía las flechas del joystick, sin querer apretar ninguna de las opciones. Antes de darse cuenta, su avatar había cambiado las opciones repentinamente y eran solo dos.

A. Tráeme el café de siempre, no lo repetiré dos veces.

B. No estoy interesada en una posible charla superficial, seré breve, quiero información.

Enid sonrió, eso sonaba un poco más a la Wednesday que había visto interactuar anteriormente.

Aunque algunas preguntas aparecieron en su mente.

¿Sería Tyler el personaje que lograría humanizarla de algún modo?

De ser así, ¿por qué tenía que ser justamente el "malo"?

¿Eso siquiera tenía sentido con el juego?

Debía de haber alguna especie de historia entre ambos como para que su avatar hubiera sido, de algún modo, más "suave" en su posible interacción con él.

Además, no era como el personaje de Eugene, donde claramente lo ponían como el mejor amigo de Wednesday.

Tyler Galpin no tenía ningún tipo de relación o vínculo con su avatar según el inicio de su presentación.

Enid no lo entendía.

—No me agrada —dijo luego de un tiempo en silencio, sin apretar ninguna de las opciones de Wednesday—. Pero tampoco estoy segura de si alejarte de él... Tal vez ayude a humanizarte —reconoció Enid con desagrado.

La rubia vio a su avatar cruzarse de brazos, y hacer un casi imperceptible movimiento en negación con la cabeza. Enid miró al personaje de Tyler que parecía estar borrando su sonrisa de a poco, y esto le recorrió un escalofrío en la espalda por alguna razón.

El chico se percató de su acción y fingió una pequeña sonrisa suave en el rostro.

Parecía ya que, mutuamente, ambos se llevaban mal sin siquiera conocerse.

—No, no puedo —admitió Enid—. Incluso si el juego es así, no haré que tu humanidad dependa de ese tipo —afirmó, desobedeciendo las posibles "reglas" y obligando a su avatar a irse de la cafetería de Jericó.

(...)

Enid había perdido la noción del tiempo, y ahora se encontraba tramando su siguiente movimiento para conseguir la misión con Wednesday.

Las interacciones sociales no ayudaban para ninguna de las dos.

Un punto en común entre ambas si se es honesta consigo misma.

—¿Pero a qué se refieren con humanidad? —exclamó la rubia con frustración mientras se tiraba de espaldas a su cama con el joystick todavía en sus manos.

El personaje de Wednesday se atrevió a mirarla directamente ya que Enid no estaba viéndola.

—¿Humanidad es que Wednesday muestre emociones? Porque puedo ver que ella las tiene cuando hace pequeñas muecas o quejas, eso cuenta... debería —Enid se mantuvo pensativa, su avatar la miró con interés, pero no iba a llamar su atención de todos modos.

—O tal vez... Ella necesite relacionarse pero no solo con amigos —pensó la rubia en voz alta—. Supongo que con humanidad se refieren a mostrarse vulnerable —Enid se reincorporó en su colchón y miró la pantalla, Wednesday ya estaba en su máquina de escribir sin percatarse de su player.

Guió a su avatar nuevamente hacia la salida, debía intentar ver cómo Wednesday interactuaba con el personaje de Eugene.

—¿Enid? —apareció repentinamente su madre por la puerta de su habitación.

La rubia odiaba cuando ella hacía eso, invadiendo en su privacidad en vez de tocar la puerta antes de entrar. Enid dio pausa a su juego para girarse y poner atención en Esther.

—¿Qué pasa?

—¿Qué tal la competición? Sé que ganaste porque trajiste el trofeo pero quería saber cómo fue.

Enid se permitió estar pensativa por unos segundos antes de responder:

—Muy bien, Ajax me dio una buena batalla pero pude vencerlo... —volvió a pensar en lo que diría pero finalmente se decidió por soltarlo— y al final de la competición me dio su número de teléfono.

Los ojos de Esther se agrandaron por un momento pero luego apareció una gran sonrisa.

—¡Le gustas! —afirmó su madre toda entusiasmada— ¿Ya le hablaste? ¿Te gusta?

Enid se sintió presionada y exhausta con la inesperada reacción de su madre, imaginaba que se debía al hecho de pensar que nunca podía obtener más interacciones sociales aparte de Divina.

Mientras tanto, cierta avatar gótica que se mantenía pausada escuchaba toda la interacción con más atención de la que se permitiría normalmente.

—No todavía... Ajax es lindo —admitió la rubia.

Ni Enid, ni su madre, podrían imaginar cómo Wednesday sintió sus músculos contraerse entre sí, creando cierta tensión que la hacía sentir incómoda por estar escuchando a su player.

Era la primera vez que le sucedía y no quería tener que lidiar con aquella incomodidad que no lograba reconocer, sin importarle ser vista o no, Wednesday se movió y fue hacia al salón de esgrima aún con el juego en pausa.

Necesitaba liberar aquella tensión corporal y el nudo repentino en su estómago.

Para suerte del avatar, Enid no se había percatado ya que mantenía toda su atención en su madre, y por otro lado, Esther estaba ya lista para motivar a su hija a interactuar con aquél chico como para prestar atención al extraño videojuego de su hija.

—Pero no estoy interesada en él para seguirle la corriente... Creo que me vendría bien solo si somos amigos —continuó Enid con algo de miedo por el posible rechazo de su madre ante su idea.

Lástima que Wednesday ya no estuviera para escuchar esas palabras finalizadas de la rubia, y evitar aquél malestar físico que la invadió inesperadamente.

gamer ; wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora