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Enid ingresó a su hogar luego de despedirse de su padre.

Se encontró con Esther viendo un programa de televisión que desconocía, le regaló una sonrisa y le avisó que el almuerzo ya estaba listo.

Como no era más que pizza, decidió llevar sus porciones en un plato y dirigirse a su habitación.

El estar de vacaciones por el momento valía la pena, pero tal vez su madre tenía razón y debía intentar nuevamente hacer un esfuerzo por expandir su círculo social.

Se acomodó en su escritorio, colocando su plato frente a ella mientras volvía a dar un vistazo al número de Ajax.

—A ambos nos gustan los videojuegos... Tal vez podría funcionar —se motivó a sí misma.

Enid en el fondo sabía que el chico no se había acercado a ella con intenciones amistosas, pero prefería ignorarlo e intentar convencerlo para mantener una amistad con él, después de todo, aunque a ella le pareciera lindo, no se encontraba lista como para dedicarle tiempo a un posible noviazgo.

No es como si tuviera actividades sumamente importantes o muchos amigos y poco tiempo, pero tal vez se había acostumbrado a aquella soledad que la envolvía... y le agradaba como para salirse de ella por un chico.

Tal vez ella también era rara.

La palabra la hizo sonreír al recordar el juego de Nevermore, y en especial, a su tan poco convencional personaje principal.

Aunque veía que Wednesday y ella tenían diferentes maneras de relacionarse, sumando su estilo y gustos. Podía imaginarse teniendo una amistad con una chica como ella.

Claro, si ésta fuera real.

La rubia empezó a comer mientras que con su mano libre agendaba el número de Ajax en su móvil.

Le mandaría un mensaje más tarde.

Una vez terminó con su almuerzo, se dirigió a su computador para realizar una videollamada con Divina, no sabía nada de ella desde hacía un mes y le extrañaba que ésta no se dignara a aparecer.

Intentó comunicarse con ella dos veces, y después decidió volver a enviarle mensajes como solía hacer de vez en cuando. Notó que éstos no le llegaban desde la primera vez que había desaparecido.

Enid se extrañó por ello, pero aún teniendo una pequeña esperanza de que en cualquier momento lo leería y contestaría, volvió a dejar un mensaje.

Hola Divs, ya ha pasado todo un mes y sé que no somos de vernos seguido pero es extraño no recibir alguna señal tuya... ¡Ni siquiera para preguntarme si mi papá sacó algún nuevo vídeojuego!

Que por cierto, sí sacó uno y le gané al chico que me parecía lindo y del que te comenté la última vez.

Me dio su número...

Sé que dije que me parece lindo y él parece interesado en mí, pero no estoy buscando un noviazgo ahora :/

¿Seré muy rara? Sé que las chicas de nuestra edad estarían entusiasmadas con esto, pero no me siento preparada.

Ok, eso es todo, espero que puedas leerme y contestar en algún momento.

Te extraño.

Dejó su móvil a un lado luego de su último mensaje y, aunque todavía tenía otros juegos diferentes que completar, decidió colocar el de Nevermore una vez más.

Su corazón volvía a emocionarse con el nombre del instituto de fantasía, no podía evitarlo, tenía algo claramente adictivo a pesar de no haber obtenido ningún avance con su avatar.

De repente, Enid recordó que ayer parecía tan cansada que, lo más probable, es que no guardara la partida del juego. Se dio un golpe mental al darse cuenta que su suposición era certera, no obstante, el juego no parecía haberse reiniciado.

La rubia fue a buscar a su avatar con la cámara, no entendía por qué no había aparecido apenas tocó su joystick, si fuera cualquier otro juego, ella estaría allí con apenas un movimiento de éste.

Mientras tanto, Enid buscaba a los alrededores entre todos los estudiantes, solo con la cámara del juego. Encontró a Yoko y le hubiera encantado interactuar con ella, pero no podía hacerlo sin Wednesday. Siguió de largo, pasando por los pasillos de Nevermore como había recorrido su avatar ayer para llegar a su habitación.

Entró y no había ninguna señal de su personaje, hasta que escuchó una melodía interesante y con clase, se fue acercando al gran ventanal redondo para finalmente percatarse de que su avatar estaba tocando un instrumento.

Parecía sumamente sumida en su práctica y Enid lo encontró fascinante, su personaje tenía pasatiempos...

Ya sabía que le gustaba escribir, y tocar aquél instrumento, que si mal no recuerda era un Chelo. Y si era psíquica todavía no había tenido la oportunidad de presenciarlo pero podría contarse como otra de las tantas cosas interesantes que se relacionaban con su avatar.

Enid no quiso tocar el joystick, temía sacar a su personaje de trance, además, la melodía le resultaba vagamente familiar y le gustaba.

Decidió prestarle toda su atención.

Los ojos de la rubia se abrieron con algo de sorpresa al divisar una mano, en muy mal estado, parecía casi no tener color, tenía cicatrices que daban a entender que sus pocas extremidades habían sido cortadas y las habían vuelto a juntar lo mejor posible, uñas desgastadas y piel seca.

Aquélla mano desconocida parecía estar ayudando a su avatar, ya que lo vio cambiar las partituras de lo que Wednesday estaba interpretando con aquél Chelo.

¿Era el ayudante de su avatar? No tenía forma de saberlo realmente, pero si estaba allí era por algo.

Enid vio cómo la mano empezó a hacer señas que no pudo entender y su personaje detuvo su melodía, haciendo que la rubia se sorprendiera por ello.

Esperó unos minutos, pensando que tal vez Wednesday solo había tomado una ligera pausa para continuar hasta que se dignara a tomar el mando del joystick y emprender su misión.

Sin embargo, su avatar no volvió a reaccionar, lo tomó como una señal para moverla a su antojo.

—Hola Wednesday —le saludó, aún sabiendo que no tenía sentido hacerlo—. Hoy haremos un mejor intento para humanizarte, ayer solo tuve cuatro horas y no conseguí nada. Pero daré lo mejor, necesito que no seas tan aguafiestas —movió a la gótica hacia la salida, pudo escuchar perfectamente cuando su avatar soltó un bufido luego de haber dicho esas últimas palabras. Enid rió, tal vez Wednesday estaba programada para esa clase de reacciones en general... o eso asumía.

Al llevarla dentro de los pasillos de Nevermore, por primera vez, apareció una especie de mapa en la pantalla, le recordaba al que solía aparecer en el GTA, lo observó con detalle y éste daba un resumen de los lugares y sus nombres, se percató de que había una cafetería algo alejada de Nevermore, se llamaba Jericó, aún si Wednesday no parecía interesada en interactuar con los otros estudiantes de Nevermore, tal vez, habría mejor suerte si iba un poco fuera de éste.

Intentaría hacer amigos con su avatar una vez llegara a la cafetería de allí.

gamer ; wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora