Mi propio placer

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  --- Es sólo una semana la que tengo, por favor Karina, no puedo sacarlo de mi mente, puede que esta sea mi única oportunidad en la vida de experimentar esa clase de sensaciones. Debes ayudarme

Escribió desesperada Nancy a través de los mensajes de texto.

---- Wey, no eres la única que quiere repetir su historia con ese wey, El Príncipe es una persona selectiva, a parecer de vez en cuando y nunca nos da una respuesta concreta, parece un puto fantasma que viene y va de la nada.

Respondió Karina en su celular

----Que vulgar eres, pero a pesar de ello dime ¿Cómo puedo verlo de nuevo? Sólo tendré 7 días

Suplicó Nancy

----Escucha, he escuchado una y otra vez desde que voy a ese lugar, que el Príncipe aparece por voluntad propia y siempre ha sido una casualidad, yo lo conocí cuando estuve en peligro, pero ni loca te diré que te pongas en peligro. Hay una mujer llamada Amanda, trabaja en la Stanza, es una mujer rubia de ojos claros, su esposo es un hombre con una gran barba, nunca me atreví a pedírselo en persona, pero sé que toma clases de yoga en el gimnasio del centro, el que tiene un gran letrero del banco sobre ellos. Si alguien puede presentarte al Príncipe es ella, peeeero, no sé si acceda. ¿De acuerdo?

Karina al igual que muchas mujeres antes de ella, había intentado por todos los medios posibles, llegar a la vida del Príncipe, de poder conocerlo o entablar el equivalente a una conversación, pero lo cierto era que desde hacía un tiempo, aquel hombre al que todos llamaban Príncipe, no repetía sus apariciones, una sola vez por noche, a veces una sola vez por meses aparecía y habla con una mujer, pero no había un patrón definido, sólo sucedía, como ganarse la lotería, así que buscaban a su alrededor, la mayoría encontraba a los meseros pero ni ellos sabían con exactitud como encontrar al Príncipe, perfectamente podía vivir en aquel edificio Romance y nunca salir, así que era difícil saber cómo encontrarlo, pero Nancy no estaba dispuesta a darse por vencida. Los horarios del yoga eran sólo por las mañanas, así que una vez que su familia se marchó de casa buscó en el viejo ropero la ropa más "normal" que tenía. En su mayoría eran vestidos modestos, así que los desechó rápidamente, no quería que pensara que era una: "Testigo de Jehová" que les iba a hablar sobre Jehová, lo cual causo una risa ligera en la mujer que sabía, que imagen daban ante la sociedad. Sacó unos jeans que casi nunca usaba y se alegró cuando le calzaron casi a la perfección, buscó entre sus blusas, pero encontró lo que una mujer de dios usaría. Se desplazó al cajón de ropa de su marido y encontró una playera negra de una banda llamada Poets of the Fall, un regaló que le hicieron a su marido por un trabajo en su comunidad, en una playera que había ido de mano en mano hasta llegar predestinada a ella. Nunca los había escuchado, pero eran lo único que podía pasar por un disfraz de persona: "Normal". Se enfundó unos tenis de color blanco, con la sudadera negra con letras doradas y salió dirección al centro, no sin antes ponerse unos lentes de sol sobre los ojos que de hecho eran de Julián, pero que en ese momento la ayudaban a tener la apariencia que necesitaba. En el camino tomó el transporte público y se estableció cercana al salón de yoga, tenía una noción general de quién era la mujer y pudo subir hasta el gimnasio con la intención de encontrarla, mientras pretendía pedir informes, afortunadamente antes de que terminará la explicación, alrededor de las 10 de la mañana de aquel fresco día otoño, la mujer entró y se registró para su clase de yoga. La recepcionista pudo notar el interés de Nancy en el salón de yoga y le ofreció quedarse a observar la clase, a lo cual la mujer aceptó, colocándose cerca de unas mesas de repostería, mientras repasaba la historia que le contaría para poder conocer al príncipe. Sus manos estaban sudorosas y se sentía abrumada por aquella oportunidad. Una vez que la clase terminó Nancy se aseguró de estar en la calle esperando a que la mujer terminara de cambiarse y se preparara para salir. Cuando ambas mujeres estuvieron en la calle, Nancy se acercó a Amanda.

La Amante del Príncipe: La Mujer de dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora