Nancy estaba de pie frente a toda la congregación de las personas que se dijeron alguna vez sus hermanos y hermanas, pero Nancy no sentía ninguna clase de apoyo o apreció. Se había convocado a un comité judicial para proceder a hacer un juicio sobre su comportamiento. A unos metros de ella, se encontraba Julián y también la mujer con la que había cometido el adulterio. No había nadie en la sala que no tuviera una opinión incriminatoria ante las mujeres y no había nada que molestará a Nancy más, que el hecho de que creyeran que aquel pleito había nacido por un hombre, o al menos que había nacido por ese hombre en particular. Agatha había buscado durante la semana siguiente a su encuentro en la plaza comercial cualquier evidencia de que Nancy no había sido una mujer integra, una buena hermana y una verdadera devota de la fe. Algo que pudiera usar para ensuciar su buen nombre y su reputación, pero más allá de las prendas inadmisibles que la sorprendieron usando el día que se encontraron en aquella plaza, no había una sola evidencia rotunda en su contra. Nancy estaba de pie, usaba una falda larga y una camisa abotonada hasta el cuello, con unos zapatos de piso negros y cerrados, extrañaba disfrazarse de ella misma, su cabello en un rubio opaco, extrañaba vestirse como una mujer libre, extrañaba maquillarse como una mujer hermosa, extrañaba caminar como una mujer sin responsabilidad religiosa, extrañaba
simplemente ser ella misma, ser la Nancy libre.
----Hermanos estas son las evidencias que presenta nuestra hermana Nancy sobre la infidelidad de su esposo y por la cual ha solicitado su divorcio, sin embargo, hemos encontrado pruebas suficientes para poder solicitar su expulsión al haber negado todos los testimonios de la familia con la mujer con la que tuvo este vergonzoso acto
El anciano de la congregación aquel hombre joven y atractivo, habla con una autoridad que su apariencia de niño bueno simplemente no le ayudaba a cargar, a pesar de ello, era muy respetado por todos en su congregación. Para Nancy era como si un niño quisiera darle clases de moralidad, le costaba trabajo reconocerlo como una autoridad, religiosa o no, algo en la mirada de aquel niño al que llamaban anciano simplemente no le agradaba del todo.
----No, ella es la culpable, ella hizo algo con mi hijo
Gritó Agatha desde su asiento con las venas de la cabeza marcándose con fuerza, en sus palabras se escuchaba una rabia poderosa y era evidente el intento por contenerla sin éxito. Linda y Diana estaban de la mano de su madre, pero permanecían sentadas, en ese momento eran su único soporte el saber que no podía derrumbarse por ellas.
----Hermana, no hay pruebas que incriminen culpabilidad alguna
Explicó el anciano con un tono de voz que pretendía ser calmado
----No, es una mentirosa, ella engañó a mi hijo, ella es la que debería ser expulsada no él.
Pidió la anciana en un reclamo mezclado con su dolorosa agonía.
----Llévense a la hermana a que tome un poco de aire, este momento puede ser muy doloroso para una madre, pero nuestra lealtad y voluntad a Jehová no debe ser cuestionada nunca, ni, aunque sean nuestros hijos, padres o hermanos.
Explicó el anciano.
----No, el no hizo nada malo, ella lo obligó
Reclamó la anciana al mismo tiempo que algunas mujeres de la congregación se acercaban a ella. Agatha había visitado la esposa de su hijo días antes, había intentado voltear de cabeza la casa en busca de cualquier excusa que pudiera usar como evidencias de que el actuar de Nancy como esposa había sido deficiente. Sin embargo, sólo encontró los rastros de la violencia que la anciana mujer le había enseñado a perpetrar en contra de su esposa. Una casa anormalmente limpia a pesar de las carencias en tantas cosas y servicios, todo ordenado y a pesar de ello, la mujer simplemente no había encontrado la manera de incriminarla de nada. Había desmenuzado se teléfono celular, buscando mensajes, fotografías, audios o videos, escribió pidiendo ayuda para incriminarla de algo, pero todo había sido inútil. Nancy no se esmeró realmente, ella en cierta manera quería que la descubrieran, que supieran lo que había hecho para poder ser libre, pero sus viejas costumbres, la obligaron a deshacerte de todos sus recuerdos de aquella semana en manos del Príncipe, de todo excepto menos una cosa.
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La Amante del Príncipe: La Mujer de dios.
Любовные романыNancy es una mujer criada en el estricto seno religioso de los Testigos de Jehová y ha hecho todo para ser una buena mujer, es buena esposa, buena madre y es temerosa de dios. Nancy no es feliz. Una tarde se escapa para beber un café prohibido por...