Antes de conocerte

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Los rumores sobre lo que había pasado en el Salón del Reino eran escasos, como siempre la organización había cerrado todos los datos al respecto y en poco tiempo tuvieron un nuevo anciano que era más estricto de lo que alguna vez fue Omar con todos sus fieles. Café Romance pasó de estar super mega prohibido a estar super hiper mega prohibido y de alguna forma cada vez más chicos y chicas del culto lo visitaban para probar el sabor de la libertad del especial de chocolate que preparan los baristas del lugar. En la mesa de siempre en una de las esquinas de la cafetería se sentaban dos mujeres que hace un par de años compartían una taza de te de la marca que les indicaban, en el lugar en el que les indicaban y a la hora que les indicaban. Ahora una de ellas Karina, bebía un licor de chocolate mientras balanceaba una de sus piernas sobre su rodilla con un vestido corto y unas zapatillas altas pero cerrada con medias, su vestido era un escote hermoso y balanceaba su bebida, frente a ella, otra mujer igual de hermosa, con unos

jeans rotos y unas zapatillas color piel, una blusa roja sin mangas, unos labios rojo puta al igual que su cabello y este estaba muy corto con unos lentes de sol muy grandes, era imposible reconocer a Karina y a Nancy, simplemente eran mujeres diferentes, totalmente diferentes.

----¿Realmente lo harás? ¿Te coronarás como Reina de la Stanza?

Le preguntó Karina mientras se inclinaba para ver a su amiga, era imposible reconocer a la mujer frente a ella, no usaba peluca, no ocultaba su identidad, no ocultaba su sensualidad, su sexualidad, transmitía un deseo intenso y una fuerza abrumadora.

---- Pensé que lo lograría con tan sólo siete días, pero al final resultó que me podría haber vuelto puta en seis, aunque para ser una mujer libre llevo meses y esto apenas parece estar comenzando.

Respondió Nancy en mientras bebía su café especial

---- Muchas mujeres lo han intentado en la historia del Café, la mayoría incluyéndome somos incapaces de llegar tan lejos, por muchas razones e incluso he escuchado de mujeres que no entienden cuál es la misión de la Stanza y a pesar de cumplir todos sus deseos sexuales, no pueden volverse reinas en la Stanza. ¿Estás segura de querer eso?

Preguntó Karina preocupada por su amiga y recordando que fue ella quien la llevo ahí

---- Al principio sólo quería vivir la vida que me habían negado, después sólo quería hacer cosas de las que no me arrepintiera. Hoy quiero hacerlo por gusto, por placer, ya no por atracción al Príncipe, entendí

que él realmente no me puede amar, no sé por qué, pero de hecho me da la sensación qué él no puede amar a nadie. Pero yo quiero sentir que puedo hacer lo que sea, que puedo ser quien yo quiera y en ese sentido, quiero ser la puta de La Stanza Rossa, no la reina, reinas mandan, ordenan y dominan. A mi me gusta ser libre y ser feliz, como sea que sea yo, con lo que me gusta y con lo que no. Quiero ser la puta de la Stanza porque sé que soy la única que podría, ya fui la pendeja de mi marido, ya fui la pendeja de mi casa, ya fui la pendeja de mi religión, por primera vez quiero escoger algo para mí y después de perderle el miedo a ser una puta, creo que finalmente me encontraré a mí misma y entonces y sólo entonces podré rehacer mi vida de nuevo.

Nancy se veía diferente, no era el peinado, no era el color de su cabello o de sus labios, no era la forma de vestir, no era la forma de caminar. Era la forma de afrontar los desafíos, la vida, era la manera en la que había dejado de ser una víctima y pasó a ser sólo una mujer, con la capacidad de tomar decisiones. Su alrededor le dio la espalda y esperaban que regresara desesperadamente a rogar por piedad a rogar que le dejaran regresar, pero cuando le quitaron todo lo que tenía, también le quitaron todo lo que podía perder, porque una persona que no tiene nada, una mujer que no tiene nada, ya no tiene nada que perder y ahí, justo ahí es donde estaba Nancy. Karina la miró y silenciosamente se sintió inspirada ella también, quizás ella sacó a Nancy de los testigos de Jehová, pero sin duda Nancy le estaba enseñando un nuevo

La Amante del Príncipe: La Mujer de dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora