Coger contigo

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Karina y Nancy fueron guiadas en su camino en dirección a una mesa cercana a la pista principal, donde estaba preparada una tarima de luces que formaban un camino principal, que se iluminaba en su base de acuerdo a la temática de las canciones, el lugar además contaba con una preciosa vista al exterior y una barra en un segundo nivel cuyo acceso era por uno de los costados del bar. También se encontraban varias cortinas de color rojo, que llamaban como cuartos secretos y en su mesa se encontraba un dispositivo digital con un botón para llamar a los meseros. Nancy se sentó y a su lado Karina, ambas con vista a la pista y aunque la música era alta podían platicar.

--- ¿Cómo diste con este lugar?

Preguntó Nancy curiosa llena de ese sentimiento de asombro que Karina supo reconocer de su propia experiencia.

---- Bueno, tiempo después de haber sido expulsada de los testigos de Jehová caminaba perdida por la ciudad, intentando aprender y maravillándome de todas las cosas que nos habían prohibido, visite bibliotecas, me metí a estudiar en línea, intenté por todos los medios conocer y reconocer el mundo que habitamos, pero una noche, unos hombres se acercaron a mí. En mi ignorancia sobre el mundo, había perdido mi rumbo, terminé en un barrio peligroso y unos hombres con malas intenciones me rodearon. Pensé que mi vida había terminado en ese momento, pero fue entonces que otro grupo de hombres apareció. Deseo, Luka, Marlon, Darel, Paf y por supuesto, un hombre que nunca olvidaré, su cabello es extraño como todo lo extraño que es él, el borde de su cabello tenía unas líneas perfectamente delineadas, que marcaban el inicio de su grueso caballero de raíces rubias, pero puntas oscuras, su barba esta pegada a su mentón, con ligeros bordes dorados, que se le marcan con masculinidad. Su cabello se levanta en perfecto peinado de llamas negras, su oreja izquierda tiene una perforación plateada, sus ojos son dorados como el oro, sus cejas son pobladas, pero están delineadas, sus labios son hermosos, su sonrisa es una expresión divertida y coqueta, su fragancia es penetrante y tiene la presencia de un noble rey de la calle. Quizás por eso, todos lo llaman: "El Príncipe"

---- Es la segunda vez que escuchó ese nombre, príncipe, dicen que para eso era la rosa negra ¿no?

Preguntó Nancy consumida por una curiosidad inusual que le acariciaba el corazón.

---- El Príncipe es el rey de este lugar, es el espíritu salvaje y apasionado, que encarna el romance en la piel de un hombre, sus visitas son esporádicas, el visita este lugar, atiende, baila y también platica contigo, pero a pesar de la cercanía se siente a su vez inalcanzable. Te sonríe, pero su sonrisa es comunitaria, muchas mujeres piensan que al ser de todas no lo quieren en su vida, pero les consume el hecho de que el realmente no es de ninguna, no entrega su corazón. Se dice que esta enamorado de una mujer que no existe, pero su corazón es la ambición de cualquier mujer que lo ha tratado. Por eso cuando se dijo que en esta fiesta se rifaría una noche con él, todo el mundo se inscribió.

--- Suena a un hombre que no es como mi marido

Dijo Nancy y las dos chicas soltaron una risa escandalosa. Su marido acababa de subir una foto con sus hermanos en casa de su madre, bebían y en su estado de WhatsApp no había espacio para las dudas, su marido no la extrañaba ni la echaría de menos en toda la noche.

---- No amiga, ese hombre, no es como ningún hombre que haya conocido, caballeroso, pero fuerte, con una voz hermosa y melódica, con una sonrisa contagiosa y un carisma hipnótico. A pesar de su gallarda forma, lo verás como un hombre común y no será hasta que te des la oportunidad de compartir un espacio con su ser, que te darás cuenta que es todo, menos un hombre común.

La expresión en Karina era una interacción romántica, eran los ojos de añoranza de una mujer enamorada, Nancy miró a su alrededor y se preguntó si ese hombre sabía de la existencia de su amiga y entonces echó un vistazo a su alrededor, donde todas las mujeres disfrutaban del ambiente, pero en mayor o menor medida, todas tenían sus rosas negras a la mano, con la expresión de la añoranza en ellas.

La Amante del Príncipe: La Mujer de dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora