Capítulo 5

90 8 0
                                    

2006

Los golpes en la puerta de la caravana sobresaltaron a Kate, haciéndola despertar de un brinco. La pelirroja no estaba por la labor de abrir ya que era bastante tarde y seguramente sería algún gracioso sin nada mejor que hacer a esas horas. Pero debido a la insistencia se vio obligada a abrir. Una melena rubia aguardaba tras la puerta tiritando de frío.

–¿Ellen? ¿Qué ocurre? –la miró confundida. –¡Que narices haces en ropa interior! –la dejó entrar y le puso una manta por encima.

–Acabo de hacer una locura, Kate. –dijo con la mirada perdida.

–¿De qué hablas Ellen? ¿Qué ha pasado? –la miró preocupada.

–Le besé. Estábamos en un bar, le besé y hemos estado a punto de acostarnos. –confesó siendo cada vez más consciente de lo que acababa de ocurrir.

–Oh cariño. Ven, siéntate. –la llevó hasta la cama. –Era cuestión de tiempo que esto terminara pasando.

–¿Cómo que era cuestión de tiempo?

–Ellen, Patrick y tú os coméis con los malditos ojos. No sé si debo ser la única loca que se ha dado cuenta pero, es más que obvio que entre vosotros pasa algo.

–¡Qué demonios dices Kate! Entre nosotros no pasa absolutamente nada. –Kate la miró interrogante.

–Pero lo besaste. Y no me sirve la escusa de que el alcohol te nubló el juicio porque no me lo creo.

–Fue exactamente lo que pasó. Estábamos borrachos y él estaba tan guapo y me miraba de esa manera tan suya que podía sentir como me atravesaba el alma. –hizo una pausa. –Mierda, Kate ¿Qué demonios me está pasando?

–Ojalá pudiera ayudarte, cielo, pero es algo que solo tú puedes averiguar.

–Tiene que ser una simple atracción. Llevamos dos años trabajando juntos, es normal que estas cosas ocurran, a los actores les pasa ¿no? –miró a la pelirroja esperando que le diera la razón para poder convencerse de sus palabras.

–Sí, seguro sea solamente eso. –dijo poco convencida.

Ellen suspiró agobiada y se tumbó en la cama cerrando los ojos, tratando de calmarse.

–¿Puedo quedarme aquí? Lo que menos me conviene ahora es volver a nuestra caravana.

–Claro. Ten, ponte esto –le tendió un pijama. –Y ahora descansa, mañana será un día largo.

Kate se acostó a su lado y tras varios minutos ambas terminaron cayendo en brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente, Patrick ya se encontraba listo para las grabaciones. No había podido pegar ojo en toda la noche. Solo podía pensar en ella, en como fue ella quien lo besó y en el maldito sabor de sus labios que no conseguía desprender de los suyos. Todavía no lograba comprender que era lo que Ellen le hacía sentir pero le gustaba tanto que le asustaba. Tan solo sabía que nunca antes lo había experimentado y que por mucho que quisiera resistirse le resultaba demasiado tentador y adictivo.

Como si una fuerza los atrajera, pudo notar su presencia a varios metros de él. La miró y ella hizo lo mismo pero algo había cambiado, su mirada se había vuelto fría y carecía de su brillo habitual. Patrick sintió como si un enorme bloque de hielo se hubiera interpuesto entre ellos y no le gustó. No le gustó en absoluto.
Quiso ir a hablar con ella pero Shonda lo llamó para grabar. Hoy no tenían ninguna escena juntos por lo que tuvo que esperar todo el día para poder volver a verla y aclarar lo que había ocurrido.

Mientras en la sala de descanso Ellen y Kate conversaban mientras tomaban café y esperaban su turno de grabación.

–¿Todavía no has hablado con él? –preguntó Kate.

–No, no hemos podido y tampoco sé si quiero. –confesó.

–Aunque no quieras en algún momento tendréis que hacerlo. Sé que estás hecho un lío pero sois amigos, no dejes que un simple beso lo arruine.

–¿Y si no fue un simple beso? –Kate la miró sorprendida. –Dime qué hago si con ese beso sentí que... –se detuvo cuando se percató de la presencia de Patrick.

Él la miraba fijamente pero no daba ningún indicio de haber escuchado la conversación.

–Kate, ¿puedes dejarnos un momento a solas por favor? –pidió él.

–Si, claro. Luego os veo. –cogió su café y se marchó.

La rubia se encontraba con la mirada clavada en el suelo, no quería mirarlo y enfrentarse a él. Patrick se sentó a su lado y entrelazó las manos nervioso, no sabía como empezar.

–Ellen, yo... Lo que pasó... –comenzó a hablar pero ella le interrumpió.

–No pasó nada Patrick. Estábamos borrachos, eso fue lo que pasó ¿de acuerdo? –lo miró y otra vez ese frío hielo intercedió entre ellos.

–¿Enserio pretendes hacer como si nada?

–Si, es justo lo que quiero. Anoche nos pasamos de copas, nada más.

–Dime que no sentiste nada y te prometo que haré como si realmente no hubiera pasado nunca.

–¿Acaso decirte que sí iba a cambiar algo?

–No lo sé, Ellen, pero quiero saberlo. –la buscó con la mirada pero ella lo esquivó y él la sintió terriblemente lejos.

–Solo sé que fue un error y no debió pasar. –dijo ella tajante, evadiendo su pregunta.

–Bien, no voy a insistirte. Pero, por favor, Ellen no me alejes de ti. No podría soportar perderte.

–¿Volverá a ser todo como antes? –murmuró para ella pero Patrick consiguió escucharla.

–Haremos que así sea, al fin y al cabo, anoche no paso nada ¿no? –le miró por fin y le dedicó una pequeña sonrisa que logró tranquilizarlo.

¿Es más fuerte el poder de la mente que el del propio corazón? ¿Realmente dos personas son capaces de evadir lo que sienten y continuar su vida con normalidad? Ambos estaban convencidos de que aquello era posible, que la mente acabaría ganando la batalla al corazón y ellos seguirían siendo tan solo amigos. Pero ¿qué pasa cuándo el destino juega sus cartas y no te da tregua? ¿Será tan fácil resistirse como parece?

-
-
-
-

Bueno aquí está el capítulo cinco. Espero que os guste, si es así, agradecería que dejaseis vuestro voto.
Gracias por leer :)

Pídeme Más || DempeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora