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5. La boda

La boda

La mañana de su boda, Ron despertó sintiéndose radiante y feliz, aquel día por fin se uniría a la mujer que adoraba, se giró para darle un beso, pero encontró el lado de Hermione ocupado por una nota.

"Tuve que irme temprano al Ministerio, surgió algo de última hora. Después me iré a La Madriguera y ahí me arreglarán para la ceremonia. Te espero y te amo"

— Yo también te amo. —respondió Ron a la nota. Le hubiera gustado más despertar y ver a Hermione, pero suponía que ese día estaría demasiado ajetreado para ella. Él solamente tenía que esperar a que diera la hora para ponerse su traje e ir a su antigua casa.

Miró hacia la ventana donde colgaba la elegante túnica de bodas que Draco le había regalado. No había vuelto a verlo desde aquel día y suponía que la breve amistad ya había pasado a la historia para el rubio. Seguramente se sentiría más cómodo entre gente de alto abolengo, aunque ninguno de ellos fuese su amigo.

Harry entró a su habitación llevando a Sadie consigo, aquellos días prácticamente no la soltaba en ningún minuto, la niña se había acostumbrado a estar siempre con él. Para Ron, la situación era demasiado tierna, Harry incluso se había comprado pijamas a juego con Sadie, y ahora ambos portaban unas de color bermellón con estampado de escobas.

— Dame a mi niña un ratito. —dijo Ron, quien también había conseguido encariñarse con Sadie y ésta con él.

— Es mi niña, no tuya. —refutó Harry mientras le permitía a su amigo sentar a la niña en la cama y jugar con su muñeca.

— Lo será cuando te cases con Snape, así que no protestes.

— Ojalá pudiera ser cierto. —suspiró ilusionado—. Él es cada vez más cercano a mí, pero aún no le veo intenciones de nada conmigo... ni siquiera sé si es, ya sabes.

— ¿Gay?

— Tenemos una relación muy buena, y a veces nuestras conversaciones son bastante íntimas, pero nunca a ese grado. No logro adivinar nada, tan solo sé que amó a mi madre, nunca me ha confesado si alguna vez se fijó en un hombre.

— Y tú tampoco te has animado a decírselo, recuerda que él también cree que solo te interesan las chicas, y fueron dos, amigo, Cho y Ginny.

— Tienes razón, creo que ya es hora de que le diga que me gustan los hombres, así podría dar un paso a poder confesarle que es él quien me gusta.

— Puedes hacerlo esta noche, en la boda.

— Oh no, él no irá, ya sabes que no le gustan las fiestas. Y se ofreció a cuidar de Sadie para que yo pueda divertirme.

— ¿Y eso no es mala señal?

— Para mí, sí, creo que no le importa mucho si conozco a alguien. —respondió con desánimo, pero enseguida sonrió—. Pero para Sadie es una buena señal, pasar un tiempo a solas con ella puede ayudar mucho a que se fortalezca el lazo familiar ¿no crees?

Ron asintió, aunque también le hubiera gustado tener a Sadie en la ceremonia, lo mejor para ella era tener un acercamiento con su único familiar vivo.

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Harry llegó a Hogwarts después de la hora de comida. Llevó consigo todo un cargamento de juguetes, comida ya preparada en sus respectivos biberones y contenedores, pañales y varios cambios de ropa.

— Pensé que me quedaría con ella solo esta noche. —dijo Severus mirando asombrado la cantidad de cosas, y la larga lista de instrucciones que Harry había apuntado para él.