Friendzone

16. Nuevas sensaciones

Nuevas sensaciones

Severus agradeció infinitamente a su intensa práctica para actuar y ocultar sus verdaderos pensamientos. Consiguió sonreír con ternura y aceptar el reto, estaba tan convencido de no sucumbir que le pareció muy inocente entrar al desafío.

"Puedes intentarlo todo lo que desees" Le había respondido con total tranquilidad. "Lo disfrutaré mientras tú también lo hagas, pero recuerda que es solo un juego"

Esas habían sido sus últimas palabras al respecto, después se despidió de Sadie con un beso en lo alto de la cabeza. E intencionalmente, hizo lo mismo con Harry.

Al quedarse solo con la niña, Harry no se desanimó. Snape no era un objetivo fácil, eso lo tenía claro, pero él tampoco era alguien que se rindiera sin luchar hasta las últimas consecuencias.

— Bien, Sadie... —le habló a la niña levantándola de su cama—... vas a tener que ayudarme a enamorar a tu primo, ¿estás de acuerdo?

Como si entendiera, la niña lo abrazó con fuerza y balbuceó entusiasta.

~ o~ o~ o~ o~ o~ o~ o~

Al llegar el fin de semana, Ron no se sorprendió al despertar y ver vacío el lado contrario de la cama, pero en esa ocasión no le afectó demasiado, era su día libre y tenía planes con Draco, así que no sería un domingo aturdido por el silencio.

Se dio un baño y se arregló mientras tarareaba una canción que había escuchado en el elevador durante su viaje a Suiza. Estaba a punto de irse cuando la puerta de su habitación se abrió estrepitosamente y entró Hermione hecha una furia.

— ¿Hermione, qué haces aquí?

— ¡Ya no me dejan trabajar! —bramó aventando su portafolio poniéndose a caminar de un lado a otro como hipogrifo enjaulado—. ¡Kingsley dice que ya no puedo posponer más mi retiro de maternidad! ¡No necesito descansar, hay demasiadas cosas por hacer y puedo arreglármelas hasta que nazca la bebé! ¡Parece que no me conocen!

Ron se acercó a ella sujetándola suavemente de los brazos para calmarla y hacerla detenerse. Hermione respiraba muy agitada, ni siquiera el contacto de su esposo lograba hacerla olvidarse de su contrariedad, así que se zafó y fue a sentarse a la cama.

— Hermione, eres la única que no acepta que puede ser riesgoso para tu embarazo que continúes bajo tanta presión.

— ¡No soy una inconsciente, Ron!

— No es lo que quise decir, pero...

— El medimago afirmó que todo estaba bien, nunca pondría en peligro a mi hija, pero necesito trabajar, hay cosas que a nadie parece importarle y yo tengo que hacerlas.

— Y las harás, después del nacimiento de nuestra hija. Ahora recuéstate, ¿quieres que te prepare un té?

— No, no tengo ganas de nada. —dijo en un gruñido, sintiéndose incomprendida—. Solo de maldecir estas tontas leyes que creen que una mujer embarazada es inservible.

Ron se obligó a no arquear los ojos y simplemente asintió, sabía que Hermione tan solo necesitaba apoyo moral. Quiso abrazarla, pero ella se separó mirándolo con ojos escrutinios.

— ¿Por qué estás tan bien vestido? —cuestionó notando la apariencia de Ron, con su mejor túnica, peinado y usando loción—. ¿Vas con Harry? Tal vez debería acompañarlos si tienen un plan especial para hoy.

— No, no iba con Harry, él ya tiene sus propios planes con Snape y Sadie. —le informó tranquilamente—. Draco me pidió que lo acompañara a...

— ¿Otra vez Malfoy? —cuestionó interrumpiéndolo—. Sí que es sorprendente que, de nosotros tres, seas tú quien más se haya acercado a él.