Friendzone

6. Año nuevo, vida nueva

Año nuevo, vida nueva

Harry se presentó muy temprano a recoger a Sadie, y sonrió feliz al ver a Snape dándole el primer alimento en el día. No la había colocado en su sillita, sino que la tenía sentada en sus piernas cuidando que sostuviera bien su biberón.

— Buen día, Severus, y feliz año nuevo, —le saludó yendo a sentarse en una silla cerca de él.

— Igualmente Harry, te esperaba más tarde.

— Me aburría sin Sadie ¿cómo se portó?

— Como cualquier bebé, supongo. —respondió encogiéndose de hombros, pero Harry adivinó que había terminado por disfrutar de cuidarla—. ¿Te la vas a llevar ya?

— Junto contigo. Quiero que me acompañes a cerrar el trato de venta del local en Diagon.

— ¿No has cambiado de opinión? Podrías seguir siendo Auror y yo consigo quien cuide a Sadie mientras trabajo.

— No, eso no. Mi decisión está tomada, ya envié mi dimisión en cuanto confirmaste que te quedarías con Sadie, y creo que la hubiera enviado aún si no fuera así. Ya fui a ver el local y me entusiasma mucho la idea de esta nueva vida.

— De acuerdo, iré contigo.

Harry asintió, y al poco rato ya se encontraban listos para ir hacia el callejón mágico.

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Mientras tanto, en un resort de Italia, Ron despertó y suspiró feliz, no encontró a Hermione del otro lado de la cama, y eso no le sorprendería mucho si no fuera porque estaban de luna de miel. Al escuchar ruido del otro lado de la habitación, giró la cabeza y la vio redactando algo apresuradamente junto a la ventana, por donde ya un par de lechuzas emprendían el vuelo, y otro par esperaban su carta.

— ¿Qué haces? ¿trabajando? —cuestionó incómodo.

— Solo un par de cartas, no quiero que nada se detenga solo por estar de viaje, Ron.

— Deja eso para después, vamos a desayunar.

— Ya desayuné. —dijo mostrando un pan tostado mordisqueado—. No te pedí nada porque no sabía qué se te antojaba, pero puedes ir tú. Mientras yo termino las cartas, y cuando vuelvas vamos a dar un paseo por la playa ¿te parece?

A Ron no le gustaba el plan, pero no tenía otra opción. Se metió a bañar y sin decir nada salió de la habitación con rumbo al comedor. Como pocas veces en su vida no tenía hambre, pero tampoco se le antojaba ver a Hermione tan adicta al trabajo.

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Harry y Severus llegaron al callejón Diagon, por primera vez, era Severus quien llevaba a Sadie en brazos, y aunque Harry sentía que algo le faltaba en los suyos, se sentía feliz al verlos juntos, la niña no ocultaba su alegría apoyando su mentón en el hombro de Snape mientras jugaba y reía con un mechón de su cabello.

Para sorpresa del profesor, el local que Harry estaba comprando se encontraba justo frente a la tienda de Sortilegios Weasley, eso sería perfecto para los dos amigos, sus artículos no eran de competencia el uno para el otro, y podrían salir a comer juntos y mantenerse al pendiente de Sadie cuando fuera necesario.

El local también contaba con un departamento en la parte alta. No lo había hablado con Harry, pero supuso que era lógico que ya no viviera con sus dos mejores amigos ahora que éstos se habían casado. Como ese sería también el hogar de Sadie, revisó cuidadosamente que fuera apto para un bebé, y pensar en los hechizos que podría utilizar para que estuviera cómoda.