Mis despistes casi crónicos me llevaron a tomar cartas en el asunto, por ello ser precavida en mi vida e intentar lograr cierto orden y control de las cosas es mi actual mantra. Si mantengo estos estándares la vida se me simplifica bastante sobre todo cuando trabajas a tiempo completo en una escuela con pequeños de tres y cuatro años. Tarea nada fácil y que me desafía a diario, pero digamos que con los años de experiencia ya me es más fácil salir a flote frente a los problemas que se me presentan a diario.
Los niños son muy adorables, pero también impredecibles y a veces por más que tengas un plan a, b y c de actividades la improvisación aparece: porque sí, no todo sale como uno lo planea.
Creía que podía mantener ese control, hasta anoche, en donde me dejé llevar por el momento y ahora me siento sin ser capaz de detener esta locura que yo misma inicié, gracias a una bendita check list. Suelo hacerlas, digamos que adoro marcar cuando algo he logrado y más si completo todo lo que me propuse en el día.
Sin embargo, en este preciso momento, estoy odiando la idea de tener una check list para todo.
Incluso para el fin del mundo.
Veo a Shaoran poner el cartel de cerrado y sigo sin poder articular una palabra, estoy en completo shock porque este escenario jamás pasó por mi mente.
Y sí, no tengo ni siquiera un plan A: y yo que pensé que sería una simple cita que quedaría como en algo anecdótico.
Suspiro.
¡Es absurdo!
¿Qué tan difícil es pararme y decirle "No, gracias"?
Pero aquí estoy, mirando ahora cómo habla con sus trabajadores para luego acercarse a cada comensal, me imagino que está comunicándoles que va a cerrar así abruptamente para ayudar a una chica a completar una ridícula lista porque mañana se acaba el mundo.
Dios.
¿Por qué me es tan difícil parar esta absurda situación?
Sigo mirándolo, siguiendo todos sus movimientos, él parece notarlo y su sonrisa me lo confirma.
¿Por qué tiene que ser tan guapo?
Rasco mi frente e intento fijar mi vista en mi celular, abro la check list y siento a mi estómago dar vueltas.
¿Hasta qué punto él quiere ayudarme?
Siento mi cara arder mientras releo el punto 4.
¿Acaso...?
Alzo mi vista y sus ojos ámbar están a menos de un metro, ¿en qué momento volvió?
—En 15 minutos nos vamos.
Asiento casi por inercia y vuelve a irse dejándome echa un mar de nervios.
Y nuevamente, no puedo articular nada.
Definitivamente esto de llevar más de un año fuera de las pistas me tiene mal. Y más si un chico tan extremadamente atractivo revolotea alrededor con una seguridad avasalladora.
Dudo si escribirles a mis amigas lo que me está pasando, estoy casi segura que sus comentarios serían como:
"¿De verdad lo estás pensando?"
"Anda al punto 4 directamente"
"No pienses y disfruta, ese chico te tiene ganas"
"Entrégate y con todo"
Ruedo los ojos, ninguna me haría verle lo racional a toda esta situación.

ESTÁS LEYENDO
Check List
Fanfiction¿Qué harías si mañana se acaba el mundo? ¿Esperar a que suceda o vivir tus últimas horas aprovechando cada minuto? En medio de una noche de juerga y shots de tequila estas preguntas aparecieron en sus divagaciones , pero de seguro quedarían en el o...