II

150 15 0
                                    

—Los 2 latte de la mesa 8, por favor.

Acomodo las tazas con cuidado en una bandeja y se la entrego a uno de los chicos.

Sábado por la mañana y la cafetería está a toda máquina.

Miro el reloj que está en el centro de una de las paredes.

Solo faltan 15 minutos para las 11.

Casi por inercia saco mi celular y reviso mi whatsapp, aparte de los mensajes de una de mis hermanas no hay nada más.

¿Será que vendrá?

La verdad siendo ella y con lo que bebió es bastante probable que recién esté reaccionando y mi mensaje seguramente será escuchado con bastante retraso.

Solo a mí se me ocurre proponer un horario am después de una noche de juerga.

Craso error.

Veo ingresar a una pareja e intento volver a la realidad de que tengo que seguir preparando los cafés.

Niego con la cabeza.

Es bastante lógico que no llegará.

Al menos tengo su número... pero prefiero dejar la situación en una espontaneidad del momento, así que, si llega bien y si no, no insistiré.

Aunque...

Nuestra platica anoche surgió cuando la vi "peleando" con su celular.

Era bastante comprensible, por lo que escuché iban por la tercera ronda de tequila con sus amigas y ella, además, estaba bebiendo un mojito.

No sé si fue el verla con su ceño fruncido rabiando con la pantalla de su móvil o la mirada que me mantuvo cuando notó que la observaba, pero tuve la necesidad de acercarme y saber al menos su nombre.

Lo romperás.

Le comenté llamando de inmediato su atención.

Es su culpa porque no me deja escribir.

¿No te deja o tú no puedes?

Reímos.

Intentamos conversar dentro de lo que se podía, teniendo en cuenta el ruido que había, claramente lograr escuchar bien en un pub es casi una hazaña.

Me causó gracia que me mostrara una lista de cosas que se había propuesto hacer por si se acababa el mundo mañana, lista que había empezado hacía un momento y ya estaba intentando llevarla a cabo.

Una de las cosas de su lista era tener una cita a ciegas, así que ahí estaba intentando describirse en una famosa aplicación de citas que alguna vez probé en mi aburrimiento.

¿Qué cosas se deben poner acá? —me preguntó con bastante curiosidad.

Algo que te defina.

Mi edad, lo que hago, ¿algo así?

Si gustas, aunque... podemos intentar algo.

Sus ojos entrecerrados parecían querer analizar cada palabra que fuera a salir de mi boca.

¿Qué propones?

Primero, dame tu celular, lo escribiré por ti y segundo, responde mis preguntas.

Me sonrió, sus ojos verdes me miraron con suspicacia, pero terminó asintiendo y pasándome su móvil.

Vale, ahora, contesta lo primero que tu mente te ordene.

Dame un minuto.

Cierra sus ojos por unos segundos, su pecho sube y baja y sus labios están levemente abiertos.

Check ListDonde viven las historias. Descúbrelo ahora