No podía creer lo que estaba pasando, es decir, vine a la casa de esta chica para ayudarla con Chocolate, y ahora ¡me está besando! Esto tenía que ser una broma, o un sueño muy extraño, en verdad estaba en las nubes, y no, no era porque me estuviera gustando, era porque realmente no podía creérmelo.
Ella comenzó a profundizar el beso, llevó su mano a mi abdomen y comenzó a bajarla lentamente, abrí los ojos sorprendido y la empujé lo más rápido que pude.
- ¿Qué estás haciendo? – pregunté confundido mientras me limpiaba los labios.
- Besándote ¿Qué no es obvio? – se me volvió a acercar.
- ¡No te me acerques!
- Hyoga, no seas así – me miró de forma coqueta – sé que quieres esto tanto como yo – dijo comenzando a quitarse la camisa, yo miré a otra parte y abracé con más fuerza a Chocolate, en ese momento vi que la estufa de la cocina estaba encendida sin nada encima, caminé rápidamente allí mientras Eri me seguía riéndose – ¿Quieres hacerlo en la cocina?
- No voy a acostarme contigo – le aclaré y le señalé la estufa – dejaste esto encendido – la apagué.
Mi mente intentaba razonar lo que estaba sucediendo, eso que ella había dicho me había parecido extraño, muy extraño. La miré de nuevo, empezaba a acercarse a mi mostrándome su sujetador azul, yo aparté la mirada de su escote y la miré molesto.
- ¿A qué te referías con conquistarme? – su rostro coqueto e incitante palideció un poco, por un momento pude ver algo de miedo en sus ojos, pero se recompuso.
- ¿De qué me estás hablando? – preguntó confundida.
- Tú dijiste que habías pasado por mucho para conquistarme y que tuviste que adoptar a Chocolate para eso, o eso fue lo que se entendió – ella miró nerviosa a todos lados, sé que trataba de disimular, pero lo hacía fatal. Yo estaba molesto, le había faltado al respeto a Chocolate varias veces y él no tenía la culpa.
Me di la vuelta y caminé a la salida cuando mi pie chocó con algo plástico en el suelo, miré hacia abajo, parecía ser un plato de comida para mi perrito, abrí los ojos sorprendido, ¡ese plato estaba repleto de espagueti y carne molida!, miré a Eri furioso.
- ¿Esa es la comida de Chocolate? – pregunté alzando un poco la voz, la rubia me miró algo asustada y un poco molesta, fruncí aún más el ceño – Te pregunté ¿ese es el plato de comida de Chocolate? – no me respondía y eso me hacía enfadar – ¡Responde! – grité.
- ¡Si! Esa es su comida.
- ¡¿Estás loca?! ¡eso es comida para personas! ¡Los perros no pueden comer eso! – volví a mirar el plato – además de que parece que lleva un día aquí y está condimentada ¡¿Es esto lo que le has estado dando todo este tiempo?! – me miró molesta.
- Si ¿y qué?
- ¡¿Cómo que "y que"?! ¡Esa comida puede causarle daños y hasta la muerte! – grité furioso – ¡¿No te das cuenta de lo que estuviste apunto de ocasionar?! – Eri bufó.
- Esta vivo, no le pasó nada.
- ¡De milagro! ¡Muéstrame su tarjeta de vacunación!
- ¡Déjate de tonterías!, ya estás aquí y quiero que te acuestes conmigo – habló de forma coqueta pero no me hizo cambiar mi postura.
- La tarjeta de vacunación de Chocolate, Eri – extendí mi mano esperando a que me la diera, ella me miró fastidiada.
- No me dejarás hacerte nada hasta que no te la dé ¿verdad? – asentí – ¡Bien! – salió de la cocina y entró en lo que parecía ser su cuarto, caminé hasta la sala y puse a Chocolate en el mueble con cuidado, busqué mis cosas y las puse junto a él – listo, aquí esta – me la entregó, se abrazó a mí y comenzó a besarme el cuello.
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¿Puedes Cuidar a mi Conejito? (ShunxHyoga)(Terminada)
FanfictionHyoga Cygnus es un estudiante universitario amante de los animales. Feliz por un nuevo trabajo, acepta cuidar a un conejito, pero se sorprenderá mucho cuando descubra que tan especial es este animalito. ¿Qué le deparará el futuro a nuestro cuidador...