Shun me miró y negó sonriente.
-¿Qué? Lo acabas de desarmar.
- Si, y tú lo armaste de nuevo.
- Pero no lo desarmé.
- Yo ya lo hice, es tu turno.
- No sé cómo hacerlo.
- Pues yo tampoco sabía y lo hice, así que inténtalo – me sonrió y me tendió los clavos.
- No, no, no, yo los junto y tú los separas, es tu turno – me crucé de brazos mientras continuábamos caminando, Shun suspiró y volvió a intentar bajo mi atenta mirada – ¿Cómo lo resolviste?
- No lo sé, yo solo le di vueltas tratando de imitar al señor y lo logré – habló mientras trataba de hacer lo mismo y para sorpresa de todos volvió a pasar, explayé los ojos y el peliverde se detuvo de golpe viendo los clavos separados.
- En serio ¿Cómo diablos lo haces? – volví a preguntar mientras le quitaba los clavos otra vez.
- Ya te dije, solo imité lo que hizo el señor.
Comencé a tratar de juntarlos y cuando estaba a punto de conseguirlo (según yo) Shun jaló mi manga, lo miré y él señaló contento el aviario, habíamos llegado sin darnos cuenta, bueno, yo no me di cuenta.
Sin esperar más reacción de mi parte Shun corrió de inmediato a una de las jaulas donde estaban los pájaros, sonreí al verlo tan fascinado, adoraba los animales, igual que yo.
-Mira Hyoga, un tucán – señaló al ave de largo pico de banana, se veía muy bien y nos observaba atentamente – ¿no es hermoso?
- Si, lo es – hablé mientras lo miraba a él en lugar del ave, él no me miró, pero yo estaba muy feliz de verlo tan animado.
Caminamos por el lugar viendo a las diferentes especies de aves que se encontraban en aquel lugar, había niños señalando y leyendo la información que colocaban sobre cada especie, Shun observaba atentamente a cada uno de ellos con los ojos brillando de la emoción.
- Son tan bellos todos, en serio se ven muy bien, pero, me gustaría que estuvieran en libertad – habló algo triste.
- No pueden liberarlos, estas aves probablemente nacieron en cautiverio o fueron encontradas lastimadas o al borde de la muerte, se acostumbraron a los humanos y bueno, es por eso que no pueden irse, quedan dependientes de nosotros – expliqué con algo de tristeza, Shun las contempló y asintió decaído.
- Encerradas se ven tristes.
- No están tan mal, aquí tienen comida y compañeros, además de que les dan un amplio espacio para volar y jugar, los cuidadores del parque siempre están pendientes de ellas y las cuidan – hablé mientras sujetaba su hombro, él asintió.
- Al menos no están mal cuidadas y parecen contentas – le asentí, Shun miró un pájaro que tenía un hermoso pelaje azul y sonrió nostálgico – me hubiera gustado venir a un lugar así con mi hermano Ikki.
- ¡Hermano Ikki! ¡Hermano Ikki! – el peliverde se asustó al escuchar esa voz aguda repitiendo lo que había dicho, miró a los lados buscando al bromista mientras yo lo miraba sonriendo.
- ¿Quién dijo eso?
- ¡¿Quién dijo eso?! ¡¿Quién dijo eso?! – volvió a repetir el bromista, Shun lo buscó con la mirada y yo me estaba muriendo de la risa internamente, aun no se daba cuenta, me vio riéndome y me miró con el ceño fruncido.
- ¡Hyoga no te rías! – exclamó molesto viendo a todos lados para ver si veía a alguien repetirlo.
- ¡Hyoga, no te rías, Hyoga, no te rías! – se quedó estático viendo al ave detrás de él y yo exploté en carcajadas, desde hace rato ese loro lo estaba mirando con mucha atención y Shun no se había dado cuenta.
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¿Puedes Cuidar a mi Conejito? (ShunxHyoga)(Terminada)
FanfictionHyoga Cygnus es un estudiante universitario amante de los animales. Feliz por un nuevo trabajo, acepta cuidar a un conejito, pero se sorprenderá mucho cuando descubra que tan especial es este animalito. ¿Qué le deparará el futuro a nuestro cuidador...