Sopa es igual a Destrucción de Cocina

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La luz del sol se coló por las cortinas de la habitación, el peliverde abrió los ojos lentamente acostumbrándose a la iluminación, dio un bostezo y se estiró sobre la cama, se sentó con calma y notó que aun llevaba puesta la ropa del día anterior, sonrió al recordar el final del día. Miró al reloj que colgaba de su pared, eran las 11:30 de la mañana, a puesto a que el rubio lo había dejado dormir más. Aún tenía que terminar de arreglar el cuarto, se estiró otra vez y se levantó, se puso un pantalón de pijama suyo de color verde manzana y un suéter del mismo color, para ser tan tarde, estaba haciendo bastante frio. Salió de la habitación con la ropa sucia en las manos, aun sentía un poco la molestia en la espalda por la caída y el golpe del otro día, pero eso no lo iba a detener.

Notó que la puerta de la habitación de Hyoga estaba cerrada, no se había levantado aun, tal vez estaba muy cansado todavía. Llegó a la cocina y buscó algo para comer, en la nevera estaba la mitad del club house que Hyoga había comprado, lo tomó, lo calentó en el microondas, se sirvió algo de jugo y empezó a comer, estaba delicioso a pesar de estar recalentado. Al terminar lavó los platos.

-Debería hacerle el desayuno a Hyoga.

Aun recordaba donde el rubio guardaba las cosas, así que se puso manos a la obra y en poco tiempo y con algo de desorden tenia listo un sencillo desayuno: Huevos revueltos con dos arepas asadas rellenas de queso, se veían algo desordenadas, pero olían bien.

Entró a la habitación del rubio con cuidado, estaba muy ordenada y olía a su loción, además de que tenía un televisor dentro del cuarto y al igual que el resto del lugar se veía acogedor. Shun colocó la bandeja en el tocador, también se había traído un vaso de jugo de naranja que suponía Hyoga lo había preparado ayer mientras él acomodaba su cuarto. Caminó hasta el rubio y sonio al verlo dormir, pero luego se preocupó un poco al verlo temblar, estaba sonrojado y también algo sudado, dudoso se acercó más a él y le tocó la frente.

- ¡Estas ardiendo! – exclamó asustado, comenzó a moverlo de un lado a otro - ¡Hyoga! ¡Hyoga, despierta!

El rubio lentamente comenzó a despertar, parecía algo aturdido y luego reaccionó.

-Buenos días Shun – dijo con una voz algo lastimera y ronca - ¿Cómo dormiste?

- ¿Dónde está el botiquín? Creo que tienes fiebre.

- Está en la cocina, voy por el – se iba a levantar, pero el peliverde lo detuvo.

- Yo iré, quédate tranquilo – Shun salió rápidamente de la habitación y buscó el botiquín, no fue difícil encontrarlo, estaba sobre la lavadora. Buscó el termómetro y se lo llevó junto a las medicinas para la fiebre por si tenía. Al llegar le tomó la temperatura y al rato el aparato sonó revelando 39° - Si, tienes fiebre – sacó una pastilla y se la entregó – Toma esto – buscó el vaso de jugo y se lo dio, el rubio se sentó y se tomó la pastilla - ¿Tienes hambre?

- Más o menos – el menor le trajo el desayuno y se lo puso sobre las piernas.

- No te lo comas todo si no quieres, pero come por favor.

- ¿Me hiciste el desayuno? Se ve muy bueno.

- Te dije que no sabía mucho, pero sé lo básico – Hyoga sonrió y tosió un poco, Shun se preocupó, pero Hyoga lo calmó rápidamente.

- Es solo un resfriado porque me mojé el otro día, nada de qué preocuparse.

- Estas así por mi culpa – mencionó triste – porque te mojaste el viernes.

- Shun – Hyoga apartó la comida y se arrimó un poco hasta el susodicho, tomó sus manos con suavidad masajeándolas un poco – No te culpes, de todos modos, me habría mojado, ando en moto ¿recuerdas? Además, llovió toda la noche, así que de una forma u otra me iba a ir empapado de ese lugar – el peliverde asintió, Hyoga soltó sus manos y volvió a arrimarse para continuar comiendo – Esta bastante bueno, muchas gracias – el cocinero sonrió alagado y más tranquilo por ver a su comensal comer con ganas.

¿Puedes Cuidar a mi Conejito? (ShunxHyoga)(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora