Buscando un Empleo

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Sentí una cálida mano en mi frente, abrí los ojos y me encontré con unos hermosos ojos verdes que me miraban atentos y una hermosa sonrisa saludándome más abajo.

- Buenos días Shun – el peliverde me acercó un termómetro – no tienes que hacer esto, es solo un resfriado.

- Hyoga, es mejor que te recuperes, hoy debes ir a la universidad, ¿verdad? – rayos, lo había olvidado, por suerte aún faltaba una semana para los finales y luego de eso finalmente saldríamos de vacaciones por navidad; abrí la boca y el peliverde me puso el termómetro, en un rato el aparato reveló mi temperatura: 37° – ya estas mejor, tomate una pastilla y llévate una por si te sientes mal en clase.

Sacó las pastillas que debía llevarme y empezó a guardar todo en el botiquín, noté que se había cambiado la gasa con el corte del otro día.

- ¿Cómo siguen tus cortadas?

- Bastante mejor, ya están cerradas las de la espalda, solo tengo esta vendada – terminó de guardar todo, estaba a punto de salir – Shun, espera – se detuvo y volteó a verme – ¿Qué harás mientras estoy en la universidad? – Se quedó pensativo unos segundos.

- Buscar un trabajo por supuesto, aprovecharé para salir a buscar en donde trabajar.

- Bueno, puedo acompañarte, entro a las 2:00pm a la universidad, así que podemos salir ahorita y comenzar.

- Hyoga, no creo que sea una buena idea, estás resfriado, te podría pasar algo.

- Shun, soy más resistente de lo que aparento, no te preocupes, voy a estar bien. Un poco de aire fresco me vendría bien y ya me siento bastante mejor – me miró dubitativo, no estaba convencido – vamos, será divertido, no me va a pasar nada.

- No, es mejor que te quedes, debes descansar.

El peliverde salió de mi habitación con el botiquín, empecé a darme por vencido, quería acompañarlo, salir con él era bastante divertido. De repente, empezaron a llegar a mi cabeza las imágenes de la última vez que salí con él, todo fue increíble, hasta que ese sujeto en los bolos lo miró. Ahora que lo pienso, Shun suele irradiar siempre algo de erotismo en todo lo que hace, hasta con todo lo que se pone, no importa si es una pijama o ropa casual, siempre logra encontrar la forma de verse tan sensual. Muchos hombres lo verían con otros ojos fácilmente por esa imagen y por alguna razón eso me hizo sentir que mi sangre hervía. Corrí hasta la cocina en donde Shun servía el desayuno: Emparedados de huevo revuelto con mantequilla.

- Shun – lo llamé, no era necesario, me había visto antes porque entré corriendo a la cocina – déjame ir contigo, por favor.

- Esto no está a discusión, tienes que quedarte.

- Pero, en la calle hay... – Me miró confundido y yo me tragué mis palabras, no podía decirle "Hay depredadores que no dudarían ni un segundo en devorarte" o algo así, podría hacerlo enojar y no funcionaría. Pero no podía permitir que fuera solo de esa forma, saldría solo si conocía el vecindario, pero si no, eso no iba a pasar – en los trabajos, quiero decir, piden el curriculum, ¿ya lo imprimiste? – se detuvo por un momento y yo sonreí para mis adentros.

- No, de hecho, no tengo uno. No me van a aceptar sin eso, ¿verdad? – yo negué – ¿Qué voy a hacer ahora?

- No te preocupes, yo puedo ayudarte a crearlo aquí, conozco un lugar bastante económico en donde hacen impresiones, podemos ir ahí.

- No quiero que salgas de la casa, estas enfermo – me acerqué a él y lo sujeté por los hombros, un ligero tono carmín tiñó sus mejillas.

- Ya te dije que voy a estar bien, tomaré todas las precauciones necesarias, no tienes que preocuparte tanto. Tú acabas de llegar a este vecindario, te haría bien conocerlo conmigo para que no te pierdas ni te pase nada, si te pierdes me pondré peor buscándote – pareció pensarlo por unos segundos que para mí se convirtieron en una eternidad.

¿Puedes Cuidar a mi Conejito? (ShunxHyoga)(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora