Quiero Que Sigamos Así Por Siempre

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El tiempo comenzó a avanzar y para mi desdicha Shun no estaba mejorando, había pasado un mes desde aquel horrible reencuentro, el peliverde ya no lloraba como antes, pero se notaba bastante triste: se quedaba horas en la mañana mirando por la ventana y en la noche buscaba que lo acariciara como si fuera un cachorrito en busca de afecto; por mi parte verlo tan decaído me dolía, ya casi no sonreía y su risa era como una leve brisa en un desierto, casi ni existía; yo estaba esperando a que regresara aquel joven alegre y atrevido del que me había enamorado y haría lo posible por recuperarlo.

-Ya llegué – avisé luego de entrar a la casa, Chocolate corrió a recibirme con mucha alegría, como hacia siempre – hola peludito ¿Cómo te portaste? – miré hacia la sala y noté las luces apagadas como en la mañana, eso me pareció extraño, Shun siempre llegaba antes de mí, algo no estaba bien.

Terminé de entrar y luego de colocar las bolsas que cargaba conmigo en el sofá saqué mi teléfono y lo llamé, repicó un par de veces antes de escuchar finalmente su voz, haciéndome suspirar aliviado.

- ¿Aló?

- Shun, que bueno que contestas, acabo de llegar a casa y noté que no has llegado ¿pasó algo? – escuché el típico bullicio de la calle y eso me hizo pensar que estaba saliendo apenas.

- No, bueno si pasó algo, pero no es nada grave, ahorita estoy saliendo, te cuento cuando regrese.

- De acuerdo ¿quieres que pase a buscarte?

- No Hyoga, no es necesario, ya llegó mi transporte, tengo que colgar – lo escuché algo agitado, probablemente este corriendo para agarrar el autobús – nos vemos en casa – me colgó.

Suspiré, al menos ya venía en camino. Empecé a preparar todo para cocinar, prepararía uno de los platos favoritos de Shun: Pasta con carne molida y jugo de fresa.

Puse a hervir el agua para la pasta y monté la carne, después de todo era lo que más se tardaría y mientras eso se cocinaba comencé a hacer el jugo de fresa; cuando el jugo estuvo listo y el agua estaba hirviendo Shun llegó a la casa.

Chocolate salió disparado hacia él y mi peliverde lo recibió con una pequeña sonrisa mientras lo acariciaba con cariño.

- Hola corazón ¿Cómo te fue? – él caminó hacia mí y me dio un beso corto en los labios.

- Bien, en cierto modo ¿y a ti?

- Bastante bien, agotador como siempre ¿y cómo es eso de "cierto modo"? – pregunté un poco preocupado, Shun se quitó la chaqueta que tenía puesta revelando su uniforme de trabajo azul y luego de dejar su bolso y chamarra en la sala entró a la cocina y se sentó en uno de los bancos del mesón, yo eché la pasta mientras lo miraba preocupado.

- Bueno – se quitó el cabello de la cara – digamos que no me ha ido tan bien últimamente – en ese momento dejé de revolver la pasta y miré al peliverde preocupado.

- Shun... ¿Te despidieron?

- No, claro que no – suspiré aliviado – es solo que, debido a todo esto yo, no he sido el mismo y... bueno, mi jefe se dio cuenta y los clientes también, no logro hacer las mismas ventas que antes y eso me molesta – miró al suelo avergonzado – que algo personal afecte mi trabajo es poco profesional – volvió a echar su cabello hacia atrás.

Dejé de batir la pasta y caminé hacia él y le sonreí.

- Lo que te pasó es bastante feo, y entiendo por qué estas así, pero – alcé su rostro para que me mirara – no te frustres por eso, es normal que esto te haya causado un enorme bajón de ánimo y es muy común que se note en tu trabajo porque eres muy transparente.

¿Puedes Cuidar a mi Conejito? (ShunxHyoga)(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora