La luz del sol dio de lleno en mi rostro y por su culpa comencé a despertar, me estiré un poco en la cama y noté que no llevaba ropa al sentir claramente las sabanas de mi cama contra mi piel; todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente, volteé con una sonrisa hacia el otro lado de mi cama, pero esta se desvaneció al no encontrar a mi hermoso peliverde en ella.
Me levanté y me puse un bóxer azul y un pantalón de pijama marrón, caminé lentamente hasta su habitación, pero tampoco estaba allí, su cama estaba perfectamente tendida, claramente no había dormido allí. Fui a la cocina y ahí mis ojos admiraron la hermosa visión que tenían en frente: mi conejo pervertido estaba picando verduras mientras tarareaba una canción, solo usaba una camisa mía que le quedaba grande. Lo sé, ya lo había visto así, pero, sigue siendo impresionante.
Él no se percató de mi presencia, estaba muy concentrado con las verduras, las picaba despacio como para no cortarse; silenciosamente caminé hasta él y lo abracé por la espalda con suavidad llenando cada uno de mis sentidos con su presencia. Shun dio un pequeño respingo al sentirme y continuó picando las verduras sin moverse. Aspiré el aroma de su cabello y bajé suavemente por su nuca hasta llegar a su cuello y darle uno que otro beso en aquella delicada zona, lo escuché suspirar mientras ladeaba un poco la cabeza.
- Buenos días dormilón – me saludó sonriente y yo lo apreté un poco más, era tan cálido y suave.
- Buenos días ¿Y eso que estás madrugando? – pregunté divertido mientras apoyaba mi mentón en su hombro para ver lo que picaba: tomates.
- Pues me dio algo de hambre y al verte dormir tan tranquilo no quise despertarte, así que estoy tratando de hacerte el desayuno – terminó de picar el tomate y comenzó con uno nuevo.
- Que considerado ¿Qué exquisitez preparará hoy, Chef? – sonrió divertido.
- Tostadas con huevos revueltos – yo sonreí, él casi no sabía cocinar, pero me alegraba que hiciera el intento por mí.
Vi que tenía una técnica algo complicada para picar los tomates, con suavidad llevé mi mano hasta la muñeca derecha de Shun y guie su mano para hacer los trozos más pequeños, él me siguió con calma.
- Hyoga – se quejó – lo estaba haciendo bien.
- Si, pero luego comenzaste a picarlos más grandes – le hablé al oído causándole un escalofrío, sonreí – ¿te pongo nervioso?
- No, pero me desconcentras.
- Aja, ¿Cómo dormiste?
- De maravilla, aunque cuando me levanté me dolió cuando me senté – sonreí.
- Bueno, sé que es culpa mía, pero admítelo, tú querías que fuera más brusco – se sonrojó y miró apenado al tomate a medio picar, yo besé su cuello y él solo ronroneó gustoso por mis besos. En un momento restregó su trasero contra mi ingle y luego se inclinó un poco hacia adelante pegando mi miembro a su parte de atrás – oye ¿Qué estás haciendo? ¿quieres repetir?
- No lo sé – habló mientras volvía a moverse, rosándose contra mí.
- ¡Oye! Creí que te dolía – él sonrió y volvió a concentrarse en picar las verduras, yo solté su mano y volví a abrazarlo rodeando su cintura, Shun volvió a menear su trasero contra mi – Shun – él comenzó a reír.
- ¿Por qué tan reacio Hyoga? – preguntó juguetón.
- Tuvimos una sesión bastante fuerte ayer, dijiste que te dolía cuando te sentaste, no quiero lastimarte más, además, quería hacer algo diferente hoy – él volteó hacia mí.
- ¿Algo diferente? ¿Cómo qué?
- No lo sé, salir a algún lugar tranquilo pero agradable para que la pases bien y disfrutes un poco de tus pequeñas vacaciones ¿Qué te parece?
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¿Puedes Cuidar a mi Conejito? (ShunxHyoga)(Terminada)
FanfictionHyoga Cygnus es un estudiante universitario amante de los animales. Feliz por un nuevo trabajo, acepta cuidar a un conejito, pero se sorprenderá mucho cuando descubra que tan especial es este animalito. ¿Qué le deparará el futuro a nuestro cuidador...