04

144 17 1
                                    


La calma había vuelto al palacio, más el monarca aún no podía darse el lujo de tranquilizarse. Sentía una enorme opresión en el pecho cada que estaba lejos de su pareja por prolongados minutos, ¿cómo explicarlo?, como si sintiera que podrían dañarlo en algún momento... Más aún a pesar de esa extraña y horrenda sensación su omega seguía exigiendo tener un poco de libertad.

El alfa, sabía que su omega era alguien a quien no le gustaba estar vigilado las 24 horas del día y mucho menos le gustaba sentirse asfixiado por sus deberes como rey. Había veces en las que el mayor consideraba que su omega no deseaba ser su reina, más aquellos pensamientos se esfumaban cuando recordaba que había sido el quien había pedido que se adelantará la boda.

Cuando el reloj marcaba las 19:07 de la tarde el rey presintio que algo no andaba bien. Su omega era estrictamente puntual cada vez que salía sin sus guardias. Más ahora,cuando el reloj marco las 19:15 sonando así las campanas para cenar, el alfa salió  entre todos esos pensamientos  sintiendo así   como si una puñalada se le hubiera sido clavada justo en su corazón.

Le faltó el aire.

Sintió un leve mareo.

Y a los segundos cayó en los brazos de uno de sus guardias.

Ordenando que trajeran a su omega a toda costa, el alfa perdió la consciencia.
















20:01 pm
Ya eran 61 minutos en los que su omega deberia de haber vuelto al palacio, más aún estaba allí afuera y nadie de sus guardias era capaz de darle explicación alguna...Lo que hacía que se sintiera aún peor era que no podía sentir a su pareja a través del lazo.

Con la angustia a mil, corrió a la habitación que ambos compartían y no dudo en armar un nido o al menos intentarlo .

Cuando el reloj marco las 21:06 de la noche observó cómo uno de sus guardias traía cargado a su omega, depositándolo así en la cama matrimonial.

—M-mi rey, lo encontramos durmiendo en la cabaña del antiguo palacio... Por mas que intentamos despertarlo no funcionó. Más los doctores, curanderos y brujos dijeron que no era nada por lo que preocuparse... Nuestra reina tan solo está demasiado cansado y al parecer cayó rendido en los brazos de Morfeo.

El alfa asíntio sin poder hablar del todo, besaba el rostro de su omega con parsominia impregnado así su aroma...

—Dile al guardia Cha, que yo ordenó una recompensa considerable hacía tu persona y todo tu equipo...Estoy en deuda contigo, haz vuelto a traer paz a mi corazón.

El alfa contrario mordió su labio con nerviosismo, dando a entender a su rey que habia algo más.

—Habla.

—Mi rey, si no es mucha molestia. Quisiera pedirle por favor que mande a uno de sus mejores curanderos a mi hogar, mi esposo y tres hijos han caído enfermos y me temo que no eh podido hacer nada para ayudarlos.

Soltando un pequeño suspiro, el rey volvió a asentir.

—Que así sea, pídele lo necesario a el Guardia real Cha. Mientra, espérame afuera... Necesito tiempo a solas con mi reina por favor.

—Con su permiso mi rey. 

Diamond  © KookTae  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora