IV

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Todo el pueblo sabía de lo sucedido con su hijo, la pero de las desgracias cayó sobre su familia y negocios de manera aniquilante, aplastando todo el esfuerzo y trabajo de largos años; de su padre y abuelos, en una sola noche termino perdiendo absolutamente todo lo que construyó por años.

Nadie dentro del círculo noble lo estaba apoyando, la gente que invito a reuniones y fiestas familiares; gastando los mejores banquetes en complacerlos, vinos, regalos y bailes, no importaban en este momento. Nadie parecía recordar los momentos vividos a sus espensas por años, años de "amistad" ahora eran nada. Pidio apoyo en sus allegados y amigos con la esperanza de recibir apoyo frente a los reyes y la sociedad y nadie se lo ofreció apesar de lo sufrido a su hijo.

Una arbitrariedad que a nadie parecía importante apesar de era un tema de sumo cuidado y resguardo para todos, los chupa-sangre arruinaron la vida de su hijo y la de su familia como lo han estado haciendo desde hace cientos de años. Esos malditos seres de la noche debían morir de la forma más cruel posible de ser posible, especialmente aquel que le arruinó la vida a su familia.

Cada gota de sangre derramada debía ser cobranda con creces.

Cada amigo y socio le dio la espalda dejándolo solo y sin su apoyo apesar de ser un Baroneto respetado y de una gran familia, el día del juicio estaba a punto de comenzar y con ello el día de hacer justicia aunque sin el apoyo de los suyos, si tan solo tuviera a los demás nobles apoyándolo tendría la justicia esperada y no estuviera quedando en las ruinas por la falta de compras en su mercancía y que los préstamos de la familia James y del banco que le dieron proporcionados.

Lejos de eso, quería dejar de pensar en la propuesta del Conde Lee, una aberración para los suyos y su familia. Ni siquiera contempló en sus pensamientos la posibilidad de tener esa opción.

— Baroneto, el Conde Min busca hablar con usted.— informo el mayordomo sacándolo de sus pensamientos.

— ¿No te digo que quería? — la negación del hombre frente a él le dio la respuesta provocandole nerviosismo y pánico.

Odiaba con todo su ser a los vampiros desde que tenía memoria y la historia de su familia que tenerlo en su propia casa le incomodaba y aborrecía por igual. No podía mostrar el odio que les tenía, especialmente a ese vampiro que odia más que a nadie en el mundo.

Suspirando con rapidez salió del despacho, mostrándose firme e imperturbable, debía serlo para no sentirse inferior y débil ante lo sucedido.

— Baroneto Kim.— imitó el saludo antes de invitarlo a sentarse, lo odiaba pero no podía provocar una situación más complicada a la que ya tenían.

— Seré franco Baroneto, estoy aquí para proponer una solución a lo sucedido con nuestros hijos, se de antemano los problemas financieros por los que esta pasando su familia. — la furia se instaló en su cuerpo ante la desfachatez con la que el vampiro le estaba hablando. —.. los préstamos del banco y los créditos que pidió.. puedo pagarlos en su totalidad con la única condición de desistir a su propuesta. Pagaré por los daños ocasionados por mi hijo.

— ¡Esto no es por dinero! — grito furioso ante lo que sus oídos estaban escuchando. — Mi familia y honor terminó por los suelos ante la canallada que cometió su hijo, los chupa-sangre como ustedes deben recibir su merecido..

— Comprendo, pero se que se insiste no obtendrá nada de lo que yo le puedo ofrecer, soy un conde Baroneto Kim, este pueblo está bajo mi protección. Su rey y mi rey apoyan a quien da más tranquilidad y seguridad a la corona. Usted sabra de que lado de la balanza se inclinarà la desición final.

— ¡Su amenaza no me intimida Conde! De ser así no estaría usted aquí tratando de sobornar mi decisión.— contra atacó tratando de ocultar el miedo que se apoderó de su cuerpo completo, una sensación asfixiante y aterradora colandose en cada fibra de su ser como si fuego tuviera en las venas.

La mirada penetrante del vampiro le causo escalofríos y terror, una aura intimidante y poderoso asfixió el aire que trataban de respirar sus pulmones en busca de aire, sus piernas temblando ante la presencia de ese chupa-sangre imponiéndose sobre él, las paredes y techo de la habitación crujió a cada paso lento del vampiro acercándose a él. Lentamente.

Retrocedió inconciente ante la cercanía y poderío del tipo sobre él buscando estar lo más alejado posible, ahora, que lo retó y quiso sentirse valiente.

— Bien, espero con ansias el momento del juicio. Le da mis saludos y mis sinceros saludos a su hijo, Baroneto Kim.

Miedo y terror apoderándose de todo su cuerpo se instaló, el mismo aire asfixiando sus pulmones y acelerando su respiración ante la rápido cercanía del tipo y la forma tan brutal en la que se alejo de él. Llevándose consigo el oxígeno y la fuerza de su cuerpo, aturdido y por segundos sordo. De pie en medio de la sala observando como el chupa-sangre se alejaba de él.

Su espalda ancha parecía hacerse cada vez más lejana y oscura conforme lo veía alejarse, petrificado ante la fuerza de sus miembros para hablar y moverse.

Su alrededor comenzó a dar vueltas sintiendo todo a su alrededor caer sobre su cuerpo, trato de gritar pero de su garganta no salió ni un sonido o quejido, la respiración acelerada y la vista borrosa cayendo sobre el techo de su casa, la sensación de vértigo y desespero aprisionandolo contra el suelo.

Sus piernas sin fuerzas lo mandaron al suelo, cayendo de espaldas sobre la madera del suelo sin sentir el golpe ni en que momento tenía a su familia alrededor.

Con los minutos se fue dando cuenta de que los bellos rostros de sus hijas y espada estaban reformados, llenos de miedo y pánico, llorando y gritando a su alrededor. Lamentos y desespero en sus rostros y cuerpos.

Poco a poco la realidad y todo a su alrededor empezó a tranquilizarse, a dejas de dar vueltas y al fin escuchar los llantos lastimeros y los gritos de desesperó de su familia.

— ¡¡Estás bien!! ¡¿Qué te sucedió?!

—¿¡Por qué tarda tanto el doctor?!

— ¿¡Que sucedió?!

— ¡Papá!

— E–estoy mejor..— logro articular después de largos minutos de lucha y desespero.

— ¿Qué sucedió? ¡¿Estás bien!? — interrogó su esposa con agonía y desespero en su voz, aturdiendolo un poco.

—N–no losé.— balbuceó tratando de mover su cuerpo.

Aquello que le sucedió era obra de ese aberrante ser de la oscuridad, sabía que cada chupa-sangre tenía una habilidad y poder que los hacía únicos y raros entre su misma especie, algunos no tan especiales y otros todo lo contrario. Los humanos no gozaban de esas habilidades lo que los hacía débiles ante esas bestias del mal.

Lo sucedido fue culpa de ese tipo.

— ¿El Conde te hizo esto?

—Estoy seguro que fue el.— afirmó recuperando sus sentidos y tratando de tranquilizarse, debía ser fuerte y no verse vulnerable ante su familia aunque por dentro de estuviera muriendo de miedo.— Pero ya estoy bien, no fue nada importante.. solo necesito tomar un poco de aire..

— ¿Qué es lo que quería el Conde, papá? — interrogó su hija mayor a su lado.

Dudo en decir al respecto sabiendo que al hablar solo traería más preocupación y desespero entre ellas, pero de no hacerlo sería peor.

— Me ofreció dinero para pagar las deudas cambio de desistir al castigo en contra de su hijo..

— ¡¿Te negaste verdad? — sintió sin poder decir nada ante la agitada y presencia del doctor.

— Por favor, señoritas. Denle espacio, después hablaran con su padre.

Conde Min -Yoontae -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora