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La conmoción de todo lo que sucedió en tan poco tiempo y de la forma en que transcurrió cada momento de esas tres semanas– desde aquella noche– hizo que su cuerpo y mente colapsaran inevitablemente.

El miedo y temor siendo el único protagonista de cada momento de pánico y terror de estar en ese lugar, de haber sido desposado por aquel vampiro.

El padre del hombre que lo ultrajo y le destrozó la vida de una forma tan cruel y perversa.

Tiembla y llorá de miedo cada segundo que pasa y todo se vuelve real, se convierte en una pesadilla que lo va matando lentamente, aniquilando su cuerpo y mente ante la sensación de miedo y horror de estar en un lugar lleno de vampiros, de seres inhumanos y sanguinarios que asesinan a inocentes y cometen actos atroces a diestra y siniestra.

Odia con toda el alma a los vampiros, pero especialmente a ese que le arruinó la vida y que provocó que ahora este casado y siendo el esposo de un vampiro, aún peor que su hijo.

Su pueblo y los vampiros compartían territorio pero jamás se mezclaban, jamás llegaban a mantenerse en un mismo lugar sin crear un escenario sanguinario, gran parte de sus antepasados terminaron acribillados por los vampiros.

Los odia con toda el alma y les teme por igual, pero.. sabe que no tiene escapatoria.

El tick–tock del reloj en la pared le vuelve loco y asusta cada que anuncia un minuto más, incluso el aire que entra por la ventana y mueve las cortinas le provoca miedo y llanto, no está seguro en ese lugar.

Jamás podrá estar seguro en su vida, sabe que pronto alguien entrara a su habitación y le hará daño, le causarán dolor en cientos de maneras inimaginables, los vampiros son seres crueles y despiadados que no tienen compasión por nadie.

Su gente siempre advirtió aquello y estaban seguros en sus dichos, ellos tenían razón.

La misma razón que tuvo su padre cuando le prohibió salir a caminar por las noches al jardín trasero de su casa, aquel jardín que colindaba con los límites del bosque.

Siempre le advirtió que no saliera, inclusive estaba castigado por desobedecer sus órdenes noches atrás, si tan solo hubiera hecho caso de las advertencias de su padre nada de lo sucedido esa noche hubiera pasado.

No hubiese sido ultrajado y mucho menos desposado por un vampiro como lo era ese conde.

Estaría en casa, durmiendo en su alcoba a la espera de salir a recorrer los jardines y recibir al quien era su pretendiente, aquel joven y apuesto caballero que estaba cortejandolo con planes de matrimonio, el mismo hombre que le prometió desposarlo en su próximo cumpleaños.

Su cuerpo tiembla ante los recuerdos amargos y oscuros que azotan su mente, siente miedo y terror, no hay segundo en el reloj que no se sienta así.

Oye la puerta abrirse e inmediatamente corre a esconderse en la esquina de la pared, el único lugar que logra ver en el desesperó del miedo y pánico que siente, buscando la protección que anhela.

— Joven Conde, buenos días. He traído el almuerzo.— la presencia de esa vampira le causa miedo, todo dentro de ese lugar no le da tranquilidad.

El llanto baja de sus ojos empañando su vista y el temblor en cada miembro de su cuerpo incrementa, mayor que cuando recién despertó.

Cada fibra de su cuerpo tiembla de miedo por la presencia de esa vampira y que sabe no es una única en ese lugar.

— Lo dejaré aquí.— La oye irse y dejar la charola en la mesa pero se niega a moverse.

Su cuerpo se queda petrificado abrazado a sus piernas llorando por todo lo sucedido, le arden los ojos pero las lágrimas no dejan de salir.

El tiempo poco a poco deja de existir para él y su mente, no le importa. Ya nada le importa ahora sólo llorá dejando salir todo el miedo y odio que siente por su vida, por todo lo que le sucedió y que no tiene solución.

Absorto en su dolor y miedo deja que el tiempo pase, que su cuerpo se entuma por la posición y la falta de ejerció en sus miembros, que todo dentro de él se lamente lo sucedido.

En el proceso se queda dormido, asustado y tembloroso.

Tiempo después despierta en la misma posición y no se atreve a ver más allá de lo que sus ojos le permiten ver, no tiene fuerza para hacerlo y el miedo cada que cierra los ojos incrementa.

El cansancio reinando en cada fibra de su ser porque durante el momento que cierra los ojos no puede dormir como le hubiese gustado, no puede.

Las pesadillas le invaden la mente y el cuerpo reviviendo los escenarios que quería olvidar de sus memorias.

Desconoce el tiempo que pasa en esa posición solo sabe que aquella vampira entra y sale por esa puerta con charolas llenar de comida cada cierto tiempo, comida que no se atreve a comer.

Se niega a comer algo que haya sido por esos seres, si miedo más grande que el instinto de comer algo, no siente apetito por nada en su situación.

Se siente sucio y usado como nunca antes se había sentido, como si ese ser cruel hubiera arrancado de su cuerpo la vida y pureza de su ser. Cómo si hubiese absorbido la energía y vitalidad que tuvo antes de esa noche.

Ahora solo era un cascarón que solo lloraba y temblaba de miedo ante cualquier mínimo ruido.

No existía nada de lo que alguna vez fue.

Si ta solo pueda regresar el tiempo lo haría sin dudar, cambiaría todo lo que le sucedió.

A cada momento parecía que se quedaba sin energía y sin nada de calor en su sistema, los párpados pesados y ojos hinchados siendo testigos fieles de la única cosa que podía hacer, de la única acción que se le permitía su cuerpo y alma hacer después de lo poco que quedó de él.

Por qué ciertamente no sentía más que miedo y dolor ante los recuerdos de lo sucedido, de las pesadillas que a cada segundo atormentan su mente y cuerpo.

Conde Min -Yoontae -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora