IX

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El medico revisa los signos del doncel en extremo silencio y apresurada agilidad que difícil perderse de vista cada uno de sus movimientos.

Aunque el pulso en sus muñecas y el latido de su corazón es menos audible logra escucharlos latir lentamente a través de sus sentidos desarrollados, casi imperceptibles por lo lento y calmado de su respirar, rozando el hecho de no tener signos vitales.

A su lado le acompañan ambos reyes y la familia del doncel con evidentes semblantes de preocupación y ansiedad, haciendo que el entorno se mantenga llegó de tensión preocupante que le incomoda y preocupa al grado de pensar en romperle el cuello al hombre frente a él.

Si algo llegase a pasarle al doncel la vida de su hijo no tendría otra oportunidad, le preocupaba el hecho de que el médico haga un diagnóstico que volviese a poner en el ojo público a su familia y, de está manera hundirlo, enterrar su esfuerzo y dedicación de décadas por un simple e inmundo humano.

Le preocupaba el hecho de que el médico que estaba atendiendo al doncel no fuera de confianza, que no fuera el médico al que recurría su familia cuando se presenta algún percance, pero el médico Choi se encontraba de viaje en el extranjero y el único que pudo conseguir fue un médico humano que podía complicar las cosas y los negocios que tenía a la vuelta de la esquina, incluida la relación que tenía con los reyes; su título incluido estaba al borde del colapso por culpa de los caprichos de Jungkook y la de ese doncel que no debía morir por ninguna razón.

— ¿Y bien, cómo está mi hijo? — interroga la señora Kim al borde de las lágrimas mismas que logra retener y ocultar bajo la tela del velo violeta que le cubre el rostro.

— No es tan grave su situación,y el desmayo que tuvo fue ocasionado por el estrés de los últimos acontecimientos y la ansiedad a la que está constantemente sometido, especialmente después de lo sucedido..— la voz del médico bajo una octava evitando hablar de un hecho que todos conocían a la perfección y que hizo bien al evitar mencionarlo.— Necesita reposo y una buena alimentación, su cuerpo está débil y presenta signos de desnutrición. Su cuerpo necesita alimentos para lograr subsistir y mejorar su salud.

— ¿No tiene algo más? — interroga el baroneto Kim con la intención de causar problemas a la vista de los reyes, de sembrar la duda de algo que sabe bien porque pregunta.

— Es apresurado sacar otra conclusión en este momento, pero haré algunos otros exámenes y les haré llegar los resultados para tranquilidad de todos, por el momento debe descarzar y seguir al pie de la letra las indicaciones que estaré dejando en mi salida.— el médico hace una reverencia inmediatamente en que termina de hablar despidiéndose de los reyes y todos los presentes dejando a entender que dejara indicaciones a los sirvientes de la mansión para la buena alimentación del doncel así como algunas medicinas que tiene que tomar.

La tranquilidad se apodera de su cuerpo aligerando la tensión en sus músculos y la preocupación que tenía desde que inició el día.

Quizás, deba mejorar antes de que termine el día.

— Es una pena que las cosas sucedieran de está forma, tenemos que esperar la mejoría del joven conde. — se lamenta el rey de los vampiros aligerando el silencio que se mantuvo en la habitación y dando pie a qué los presentes se retiraran de la habitación y de su hogar.

Ahora, el delgado bulto sobre la cama hacía evidente la conclusión del médico, su suave y casi imperceptible respirar le provoca nada en su sistema, ni siquiera compasión por lo que le sucedió.

Ni siquiera tiene la curiosidad de ver su rostro y de saber cómo está, aunque ahora es su esposo y conde Min del reino.

—.. por ahora debemos dejar que descanse y evitar causar problemas a los recién casados. — el comentario sarcástico de Seokjin le irrita por el tono de su voz en un momento tan decisivo como ese.

Haciendo que la broma de mal gusto sea evidente para todos, especialmente para los baronetos Kim.

— Tiene razón, será mejor que nos retiremos. No hay nada que hacer en estos momentos.— concuerda el rey de los humanos poniéndose de acuerdo con Seokjin para regresar a palacio y seguir con sus responsabilidades.

Los acompaña a la puerta de la habitación evitando que alguien más que él y los sirvientes de confianza resguarden la puerta de la habitación designada al doncel.

La fiesta fue cancelada en el primer minuto después de que el doncel fue ingresado al castillo, los invitados fueron despedidos con cientos de disculpas que no fueron suficientes para compensar el hecho de su asistencia y su pronta despedida.

Algunos socios importantes estuvieron presentes en lo que debía ser la boda del siglo, la boda de un conde tan importante como lo era él.

La primera en décadas desde la unión entre la baronesa Marshall y el conde de Luxemburgo, eso ya, bastante tiempo.

— Eviten que nadie permitido entre a la habitación del joven conde.— ordena de prisa siguiendo a los reyes y la familia Kim, no puede perderse ni un solo segundo de lo que hablen en su ausencia.

Por qué aún es incierta la situación de su hijo, la boda ya se realizó pero este desmayo deja muchas cosas sueltas, conversaciones y acuerdos que sabe no le beneficiarán en absoluto. Quizás nuevas clausulas e imposiciones que desee agregar el baroneto.

— Nosotros nos vamos. No tenemos nada que hacer.— informa Seokjin dando el último paso hacía la planta baja de las escaleras.

Los arreglos y flores fueron acomodadas en toda la parte interna del castillo y algunas otras entregada a los invitados como recuerdo. Las pocas que quedaban daban un aspecto llamativo y muy contrastante con el color oscuro de las paredes y muebles.

Incluso puede decir que se ve diferente y con más luz de la que recuerda.

Seokjin y el conde himno se retiran de su castillo inmediatamente en que llegan a la puerta principal, aligerando el peso de la responsabilidad en sus hombros.

Solo queda la familia Kim, a quien debe sacar de ahí inmediatamente.

— Creo que es más que obvia la situación baroneto. — anuncia llamando la atención de toda la familia presente.

Cada hija del baroneto se colocó al lado de su padre dejando ver su evidente apoyo e interés en lo que se terminaría pactando.

— El oro se encuentra cargado en sus carreras y la orden es que los escolten hasta su hogar para evitar algún percance en el transcurso del camino.

— Esperaremos los resultados del médico y conforme a ello hablaremos de lo sucedido. Estaré esperando los papeles del matrimonio y la documentación de las propiedades.

El dinero, ciertamente, hizo su correspondiente trabajo.

La vida de su hijo estaba bien, en donde sea que estuviera.

— Manda a alguien a seguir a Jungkook, no quiero que siga causando más problemas. — ordena inmediatamente que ve a la familia salir de su mansión.

Debe de alguna manera asegurar su tranquilidad y la de su hijo berrinchudo ante todo.

Conde Min -Yoontae -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora