𝐏𝐔𝐑𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐀𝐑𝐊 | ᴋʟᴀᴜs ᴍɪᴋᴀᴇʟsᴏɴ

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K I D N A P P I N G   A N D   S P E L L

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Abro mis ojos observando cada detalle de mi alrededor, mis muñecas y tobillos dolían por las quemaduras y podía sentir como algunos huesos volvían a su lugar.

Me encontraba en una habitación oscura, telas viejas cubrían los rayos del sol que se filtraban por las ventanas y mi ropa está manchada de sangre.

Intento moverme sintiendo en segundos mis manos y pies quemarse, bajo mi mirada a las sogas que rodeaban mis extremidades para después simplemente volver a cerrar mis ojos. Mi cuerpo estaba demasiado débil como para luchar en este momento.

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Abro mis ojos rápidamente sintiendo como el aire comienza a faltarme, intento moverme pero el espacio es demasiado pequeño como para poder hacerlo.

Sin pensarlo comienzo a golpear la madera sobre mi con fuerza hasta lograr romperla. Rápidamente me siento al tiempo que observo mi alrededor percatandome que estaba encerrada en un ataúd en el ático de la iglesia santa Ana.

Sin pensarlo salgo del ataúd, pero apenas mis pies tocan el suelo siento un dolor en mi abdomen, bajo mi mirada encontrando la punta de una estaca de madera incrustada en mi cuerpo.

—no saldrás tan rápido de aquí —escucho a mi espalda.

En cosa de segundos mi cabeza choca contra el suelo con fuerza. Rápidamente me levanto para mirar a mi alrededor notando que estaba completamente sola en la habitación.

Una vez más me empujan al suelo, sin pensarlo me levanto notando una sombra moverse entre la oscuridad. En un rápido movimiento me lanzo sobre ella aprisionandola con mi cuerpo en el suelo.

—Greta? —la miro confundida.

De la nada siento como me toman de los hombros empujandome lejos. Miro mi alrededor detenidamente notando que estaba rodeada por tres vampiros.

En cosa de segundos una pelea se desata entre todos, mi cuerpo y manos comenzaban a doler a medida que se manchaban de sangre, hasta que de la nada un golpe en la cabeza me hace caer volviendo todo completamente negro.

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De la nada unos pasos acercándose llaman mi atención, lentamente levanto mi mirada hasta encontrar a Greta parada frente a mi.

La miro en silencio al tiempo que presiono mis manos en los antebrazos de la silla. Podía sentir las venas apareciendo bajo mis ojos y como mis uñas se encajaban en la madera con fuerza.

—hasta que decides despertar —me mira con una sonrisa.

—quieres decirme que hago aquí o solo piensas mantenerme amarrada?

—hay varias razones por la que estás aquí, pero la más importante la sabrás luego.

Me mira fijamente a medida camina alrededor mío,  mi mirada se dirige a mis dedos dándome cuenta que mi anillo solar había desaparecido.

A los segundos se detiene frente a mi, lentamente se acerca hasta quedar a una pequeña distancia. Sin pensarlo la golpeó en el rostro con mi cabeza para luego tirar de mis brazos con fuerza rompiendo los antebrazos de la silla liberándome.

Siento mis muñecas y manos quemarse a medida que intento tomar uno de los trazos de madera para enterrarlo en su abdomen. Rápidamente suelto una de las sogas de mis muñecas para ponerla en su cuello presionando con fuerza.