𝐏𝐔𝐑𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐀𝐑𝐊 | ᴋʟᴀᴜs ᴍɪᴋᴀᴇʟsᴏɴ

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H A L L U C I N A T I O N S   T O R M E N T   M E

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Klaus me lleva del brazo por su casa hasta llegar a una habitación, entramos al tiempo que me suelta.

—me disculpo por la falta de ventanas... —me mira seriamente mientras apunta las paredes repletas de pinturas —es para proteger los cuadros y por supuesto para evitar que te quites el anillo y te quemes con la luz solar.

—no voy a suicidarme.

—pero vas a desearlo —me mira fijamente mientras se acerca a mi —yo lo hice. El problema es que soy inmortal.

—tu ya pasaste por esto? —lo miro confundida.

—así es. Por cincuenta y dos años, cuatro meses y nueve días. Me atormentaban mis sueños... Y aún estando despierto, una tortura eterna sin descanso. El único momento de mi vida en qué sentí el tiempo.

—tu sabías que esto pasaría si Connor moría...

—yo solo sabía que el cazador tenía que vivir. Debiste dejar todo esto en manos de tu hermano, amor.

—como lo detuviste?

—no lo hice. Eventualmente se detuvo —murmura mirándome fijamente mientras da otro paso hacía mi —las alucinaciones tienden a tomar formas raras, no digas que no te lo advertí.

Me mira unos segundos para luego simplemente salir de la habitación dejándome sola. Miro a mi alrededor encontrando un bolso sobre la cama, confundida me acerco a el para abrirlo encontrando algo de ropa y cosas de aseo.

De la nada Connor aparece en una de las esquinas de la habitación mirándome fijamente. Intento ignorar su presencia pero a medida que pasaban los segundos cada vez sentía que me volvía más loca.

—lárgate  —lo miro mal.

—no puedo —murmura acercándose —estaré contigo por siempre para recordarte lo que eres. Dime... Que se sintió arrancarme la vida?

—no hablaré sobre eso —me alejo lo más que puedo de él.

—claro que lo harás, porque lo disfrutaste, no es así? Amas tener la vida de alguien en tus manos y luego arrancarsela.

—no sabes de lo que hablas.

—mi sangre está en tus manos igual que la de esas cientos de personas que mataste a sangre fría. Y no voy a descansar hasta que te quite tu último aliento.

—no lo conseguirás —niego rápidamente —no dejaré que te metas en mi cabeza.

—que no lo ves? Ya estoy en tu cabeza, solo debes deshacerte de mi. Suicídate.

—no, no lo haré.

—tú nunca quisiste ser vampiro y mira en lo que te convertiste... Un monstruo que merece morir.

Me giro para darle la espalda, rápidamente tapo mis oídos intentando no escucharlo, no podía darle la ventaja de meterse en mi mente, esto no era real.

Cierro mis ojos con fuerza intentando respirar hondo para despejar mi mente.

De la nada siento como toman uno de mis brazos con cuidado, abro mis ojos lentamente para encontrarme con Chris arrodillado frente a mi.

—Bri... —murmura mirándome con una sonrisa.

Miro su mano en mi brazo, su tacto se sentía tan real, era como si en realidad estuviera frente a mi.