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Sin duda, el ambiente estaba extraño, cómo si de algo iba a suceder. Era como el sexto sentido de spreen desde que su ser más querido desapareció, es un sentido agudo que tiene. Esté esperaba que no sucediera nada malo.
Mientras spreen se hundía en sus pensamientos, quackity lo observaba con la mirada ida fuera de la pantalla de su computadora, como si algo le sucediera al chico. Claro, no era de su incumbencia preguntar al respecto pero al igual que spreen, él se preocupaba de él.
— ¡Spreen! — Gritó y chasqueó los dedos quackity. Esté salió de su trance, algo asustado por la impresión del minuto, quackity rió.
— Uh capo, lo siento. — Se llevó spreen las manos a su rostro. — Me fui bien a la mierda — Rió.
— Lo noté. ¿Te sientes bien? — preguntó quackity.
La respuesta era obvia, en ese momento, sus pensamientos lo habían hundido tanto al chico que no pudo evitar sentirse algo mal, pero negó rotundamente.
— Todo piola, ¿ya estás listo? — dijo spreen, quackity asintió.
— ¿Antes podríamos pasar a mi casa? necesito tomar unas cosas de allí. — pidió quackity, algo tímido al pensar que sería algo molesto o hartante para spreen, pero fue todo lo contrario.
— bueno, andando. —
Y con eso, spreen apagó su pc y tomó las llaves de su casa, guiando a quackity a la entrada para ir directamente a la parada de buses del lugar.
En el camino, quackity hablaba y spreen oía cada cosa que decía. Usualmente el más bajo, quackity, hablaba de cosas ya platicadas antes pero que se había olvidado, spreen sólo asentía sin decir nada, sin molestarlo, sin decirle olvidón, no le decía nada.
— Espera, ¿esto no te lo había dicho antes? — preguntó quackity, algo confundido. spreen abrió los ojos, al parecer si se había dado cuenta de que ya lo había dicho.
— Uhm, creo que no... tú dale nomás, seguí hablando. — dijo spreen, quackity le hizo caso y él seguía escuchando lo mismo que dijo ese día que habían hablado por primera vez.
Finalmente, llegaron a la casa de quackity. El menor buscaba las llaves de su casa mientras que spreen estaba viéndolo, a penas quackity abrió spreen se quedó afuera de la puerta confundiendo a quackity.
— ¿Por qué no entras, wey? — Sí, se le salió el acento mexicano. Ya dejó de hablar como un seriote.
— Bue, vos no me dijiste de pasar. — spreen se encogió de hombros mirando al contrario, quackity lo miró extrañado y lo tiró del buzo que estaba usando hacia dentro de la casa.
— Mira lo que quieras yo vuelvo ahora, ¿sí? — Dijo quackity, dejando a spreen solo en la sala. spreen no se movió ni un segundo hasta que quackity volvió y decidieron de nuevo ir en bus.
Eran como las 2 de la tarde, spreen necesitaba comer algo así que decidió darle un plan a quackity, que a su parecer, era genial lo que iban a hacer hoy.
— Bien, ¿te parece si vamos a comer algo rico, en plan, lo que vos quieras está bien y luego le seguimos a la feria de aquí cerca? sólo si vos querés, claro. — Dijo spreen, quackity asintió feliz.
Ambos chicos conectaban muy bien, es como si fueran un rompecabezas que encajará perfecto creando una gran amistad. Spreen podía decir algo y sería completamente comprendido por Quackity, así en viceversa. Ambos se complementaban de una manera genial.
— Che re piola igual... — Soltó spreen de la nada, mientras el bus iba en movimiento.
— ¿El qué? — preguntó quackity. Spreen lo miró y soltó una pequeña risa.
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spreenckity ★ ( cafetería y aroma a miel. )
General Fiction; spreen es un barista en su propia cafetería en un pueblo pequeño, dónde a pesar de no ser tan grande bastantes acontecimientos suceden. quién iba a pensar que llegaría un nuevo chico que está escapando de alguien. ¡ Aclaraciones ! Sólo cubitos, n...