( 009 ) - one more chance.

957 150 62
                                    



Estaba tan jodido en ese momento que aún no podía captar que estaba sucediendo por su mente. Todo era tan nubloso para su vista en ese instante que le era imposible pensar con claridad, sólo sentir lo hundido que se sentía entre el suelo y su cuerpo chocando con este. La sensación escalofriante que se sentía en su espalda era algo indiscriptible en ese momento.

Ni siquiera recordaba que había pasado para que llegará de nuevo a tomar esa decisión. No era su primera vez, era obvio.

El recuerdo de su único amigo comenzó aparecer en su mente, tratándose de pequeños flashbacks de momentos con él. Tratándose así de la primera vez que él le habló en esa cafetería, la vez que se sentaron a hablar horas con las gotas cayendo sobre ese ventanal, esa salida a la pequeña feria y con la rueda de la fortuna de acompañamiento, momentos inolvidables y sobre todo en un momento así.

Su vida había sido muy mierda, nunca fue realmente feliz en un lugar o nunca pudo permanecer tranquilo, pero en este momento, no podía negar haber empezado a arrepentirse de su decisión de dejarlo todo sólo por el recuerdo de su amigo. El dolor de pensar él cuándo lo vea ahí en piso quizás muerto y bueno, en el estado en que estaba... sólo podía sentir escalofríos y el frío casual que daba está situación tan memorizable.

Entrecerró un poco sus ojos, respirando ya pesadamente, el dolor se convertia en una sensación nula y no sentía su cuerpo.

De reojo podía ver la mancha roja extendiéndose por la bella alfombra color beige, un color precioso que se estaba tornando rojo. Su posición estrella empezaba a ser algo incomoda pero no podía moverse, sus extremidades se vieron comprometidas.

Suponía que ya era su hora. ¿Esto era lo que quería, no?


Pero un grito se escuchó afuera.

Oh mierda, él había marcado a spreen antes y se había olvidado de aquel detalle.

Se maldecía por ser un inútil y traer a su amigo a su mierda de mundo. Él no merecía verlo así, no merecía eso.

Las lágrimas obvias empezaron a caer, un sabor salado en su boca llegó.

Gritos se oían afuera de aquella casa, algo difíciles de oír ya para quackity, sus ojos ya eran pesados para él, su cuerpo comprometido y su audición ya casi nula. La puerta se escuchó abrir pero él no pudo escuchar, spreen logró entrar de golpe con la llave de aquel tapete, rápidamente buscando con desespero a su amigo, está mierda no le puede pasar dos veces.

Se sentía un inútil, porque sabía perfectamente que estaba pasando, sabía perfectamente que significaba todo aquel ambiente, todo se volvía tan familiar, como si se tratará de un pequeño dejá vu. ¿Se supone que era su amigo? ¿por qué mierda no hizo nada antes, por qué no se dió cuenta a tiempo?

Los gritos de desesperación de spreen empezaron a escucharse aún más cerca por aquella habitación, quackity no se inmutaba ni en responder ni en expresar ningún gesto, no había solución para él ni para nada, aunque él se arrepintiera en ese instante.

Él era un problema y se debía cortar de raíz, si no, seguiría causando maleza a su alrededor e incluso inconscientemente...

.
.
.


— ¡Mierda, quackity! —
— ¿Que mierda pasó, que hiciste? —
— Tus brazos, ¡la puta madre! —.

— ... —.








Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 07, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

spreenckity ★ ( cafetería y aroma a miel. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora