Durante la tormenta

Capítulo 7: Ay no.

Ya era por la tarde, habua anochecido. Me resonaba el pecho por los bajos del altavoz, a penas escuchaba que decía y creo que había bebido un poco de más.
Estaba sentado en el sofá, tenían música puesta en la televisión y todo el mundo hablaba y gritaba, era un descontrol. A mi derecha estaba Javi, con un en los labios explicando algo a otra persona, a mi izquierda había una chica antipática con el pelo despeinado y los ojos azules.

No sé dónde estaba Nico, llevaba como media hora sin saber nada de él pero tampoco me importaba demasiado, ya aparecería.

Estaba cansado, pero lo estaba pasando bien. La persona con la que estaba hablando Javi se fue al baño o por ahí, no lo sé.
Javi me preguntó:
-¿Estás bien? Parece que te estés muriendo.

-Gracias hombre, si, estoy bien.

-Vale, ¿Te importa si voy al baño un momento?

-Nah, puedes ir.

Javi se levantó y se dirigió a las escaleras cuando se cruzó con Aloy, que pasaba por ahí, Aloy le dijo algo y Javi subió, Aloy fue detrás suyo, se veía enfadado.

Seguí escuchando música, llego un punto que me sentí que me desprendí de la realidad y sentía que estaba en un sueño.
El tiempo pasaba rápido y había luces a mi alrededor, escuchaba los latidos de mi corazón, iban despacio, sentía que mi cuerpo se posaba en una nube en la que me sumergía cada vez más. Era como una nube densa, una nube de algodón. No lo sé, no recuerdo nada más.

Abrí los ojos, estaba metido en la bañera, en agua, me había vuelto a bajar la presión.
Javi estaba mirándome, parecía preocupado, pero sus ojos expresaban tristeza, parecía triste.

-Marco, ¿estás bien tío?

-Si, si. Estoy bien.

-Te abofetearon ahí abajo y no te despertabas, estaba preocupado.

-Estoy bien. Gracias.
Sonreí y salí de la bañera, Javi me tapo con una toalla y me señaló mi ropa, que estaba en el mueble del baño, menos la ropa interior, que la llevaba puesta.

Una vez seco me vestí y salí a la fiesta de nuevo, bajé al salón y vi a Javi, que se acercaba hacia mi, ojee un poco más y logré ver a Luna y a Leo, no había rastro de Aloy, tampoco de Nico.

- ¿Ya estás mejor?

-¿hm?
Ah, si, mejor.
¿Donde está Aloy?

-Hemos discutido y se ha ido.

-Vaya..

-Me ha dejado.
Javi dejó caer una lágrima del ojo derecho, su rostro expresaba tristeza. Mucha.

-Lo siento...

Javi se acercó más.
Subió un escalón y otro, hasta estar un escalón más abajo que yo.

Iba muy bien vestido.

Me abalancé para abrazar a Javi. Él me abrazó de vuelta, apoyo la cabeza en mi hombro para después de un rato corto levantarla y mirarme a los ojos, poso las palmas de las manos en mis mejillas y se acercó.

Entonces, senti la humedad de sus labios en los míos, sentí las arrugas de sus manos acariciándome.

En mi cabeza, la música paró.

Le seguí el beso. Ciertamente sentía algo de atracción hacia Javi.

Al separarme, mire detrás de Javi, vi a Nico. Tenía los ojos llorosos y las rodillas manchadas de barro.
Bajé las escaleras pero era tarde, Nico salió corriendo.
Intenté ir de tras suyo en la escalinata de salida de la casa cuando de repente. Me cegaron unos focos que arremetieron contra Nico.
Se escuchó el sonido de las llantas arrastrándose por el suelo, frenando. Nico, salió disparado hacia alante.
Dio vueltas en el suelo.

-Mierda.

Dije con un hilo de voz.

Los pájaros estaban en silencio.
Era muy tarde, me dolían los ojos de llorar.

Nico no estaba muerto, estaba en coma. Y yo no estaba en coma, pero me sentía muerto.

Una figura se asomó por mi ventana, la abrí.
Javi paso una pierna y la otra después.

Me abrazó.

-Lo siento.
Dejó caer.

-Es culpa mía, no tuya.

-Fui yo el que te besó.

-Fui yo el que aceptó.

Javi se sentó en el suelo y me senté con el.

-Creo que me gustas, Marco, y me siento una puta mierda porque ahora Nico está en coma por mi culpa.

Hice silencio. No sabía que decir ni que hacer.

-Perdoname, no debería haber venido.

-Quedate.
Dije en voz baja.
Quiero estar solo pero no quiero estar solo conmigo. Quiero estar solo con alguien y quiero que ese alguien seas tú.
Lo que le he hecho a Nico no está bien. Pero el tampoco ha estado para ayudarme cuando me he desmayado.
Por ejemplo.

Javi quería escuchar, prestaba atención a mis palabras.

-Quiero besarte.
Le dije.

Y así hice, me abalancé sobre el y le besé. Lo hice con la mayor suavidad posible.

Entonces, empezamos a besarnos el uno al otro durante un rato largo.

Hacia calor.
Me quité la camiseta.
Así hizo también Javi, cuál camiseta era de manga larga.
Sus brazos estaban llenos de cicatrices y marcas. Las vi, pero evite mirarlas demasiado ni hablar de ellas, no quería incomodar.
Javi se levantó y se sentó en mi cama.

-¿Vienes?