Capitulo 21

9 1 1
                                    

No necesitaba saber eso ahora. Podría manejar cualquier cosa que Hoseok hiciese: que lo golpeara, que lo convirtiese en un fumador, daba igual. Pero eso no. Que Tae dejase las píldoras era exactamente lo que quería evitar.
De mala gana dejé su cabeza y regresé a mi propia y sombría situación.

Me hubiera gustado ver que más sucedida entre ellos, pero obsérvalos no me haría ningún bien. Bueno. Ahora realmente necesitábamos un plan.
Necesitaba acción. Tenía que sacarnos de aquí. Pero, mirando alrededor, me di cuenta que estaba tan cerca de escapar como antes, y pasé las siguientes horas pensando y especulando.

Hoy teníamos tres guardias. Parecían un poco aburridos pero no lo suficiente como para ser negligentes. Cerca, Nam parecía estar inconsciente, y Mason miraba a la nada del suelo. Del otro lado, Seokjin también miraba a la
nada y creo que Mina estaba durmiendo. Dolorosamente consciente de cuanto me dolía la garganta, casi me reí al recordar cuando le había dicho a ella que
los usuarios de agua eran inútiles.

Ellos podrían no ser buenos para una pelea, pero daría cualquier cosa para que ella invocase un poco de Magia.

Porque no lo pensé antes? No estábamos indefensos. No completamente.
Un plan poco a poco se fue formando en mi mente, un plan que probablemente fuese una locura, pero también era el mejor que teníamos. Mi corazón latía rápidamente con anticipación, e inmediatamente calmé mis
facciones antes de que los guardias notasen mi cambio de ánimo.

Del otro lado, el Moroi me estaba mirando. Él había visto el breve brillo de la anticipación y se dio cuenta de que había pensado en algo. Me miraba con curiosidad, tan preparado como yo para la acción.

Dios. ¿Cómo iba a hacerlo? Necesitaba su ayuda, pero no había una forma posible de contarle lo que estaba pasando por mi cabeza. En realidad, no estaba seguro de que me pudiese ayudar, estaba bastante débil.
Mantuve su mirada, intentando hacerle entender que iba a suceder algo.

Su rostro estaba lleno de confusión, pero también de determinación. Después de asegurarme de que ninguno de los guardianes me estaba mirando, me giré lentamente, tirando un poco de mis manos atadas. Mire para detrás de mi y después me encontré con la mirada de Seokjin. El frunció el ceño y yo repetí el gesto.

—Ey, —dije en voz alta. Mina y Mason dieron un salto de sorpresa. —¿Van a dejar que nos muramos de hambre? ¿No podemos por lo menos beber un poco de agua o algo? "

—Cállate, —dijo uno de los guardias. Esa era siempre respuesta que obteníamos cuando alguno de nosotros se aventuraba a hablar.

—Vamos. —Usé mi voz más insultante. —¿Ni tan siquiera un traguito? Mi garganta se está quemando. Está prácticamente en llamas. —Mis ojos se dirigieron al usuario de Fuego mientras decía esas últimas palabras, y luego me giré de nuevo hacia el guardia.

Como era de esperar, él se levantó de su silla y vino hacia mí. —No me
hagas repetirlo, —gruñó. No sabía si él haría algo violento, pero yo no tenía ningún interés en forzar nada todavía. Por otra parte, conseguí mi objetivo. Si Seokjin no me había entendido, no había nada más que pudiese hacer.
Esperando verme con miedo, me callé.

El guardia volvió a su silla, y después de un rato, dejó de mirarme. Miré al Moroi y moví mis manos atadas de nuevo. Vamos, vamos, pensé. Entiéndelo de una vez.

El de repente levantó sus cejas, y me miró sorprendido. Bien. Parecía haber entendido algo. Sólo esperaba que fuese lo que yo quería. Su mirada se convirtió en duda y me miraba como si me estuviese preguntando si estaba
hablando en serio. Asentí enfáticamente.

Frunció el ceño durante algunos segundos y a continuación, dio un gran y fuerte suspiro.

—Muy bien—, dijo. Todo el mundo saltó de nuevo.

Sangre Azul (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora