Irritado empujé las puertas que conducían al dormitorio de los Moroi. La nieve se arremolinó detrás de mí y algunas personas me observaron mientras entraba. No me sorprendió que varios de ellos me mirasen dos veces. Tragando
fuertemente, me obligué a no reaccionar. Todo estaría bien. No tenía por que enloquecer. Los novatos nos heríamos todo el tiempo. Lo raro era no mancarse.Tengo que reconocer que esto era más evidente que la mayoría de las lesiones, pero podría vivir con ella hasta que se curase, ¿verdad? Y no era como si alguien supiese como me lo había hecho.
—Ey Jimin, es cierto que tu madre te golpeó?
Me congelé. Reconocería esa voz de soprano en cualquier lugar.
Girándome lentamente, miré a los profundos ojos azules de Mina Rinaldi. Rizado cabello rubio enmarcaba su rostro que sería lindo si no tuviese esa maliciosa
sonrisa.
Un año más joven que yo, Mia se había confrontado con Tae (y conmigo por defecto) en una guerra para ver quien podía arrasar con la vida de el otro más rápido, una guerra, debo añadir que ella comenzó.Le había robado el ex- novio de Tae a pesar de que este finalmente había decidido que no lo quería y había difundido todo tipo de rumores.
Lo admito, el odio de Mina no era injustificadado. El hermano mayor de Tae, Eunwoo -que murió en el mismo accidente de coche que técnicamente me "mato"- había utilizado a Mia cuando ella era una estudiante de primer año.Si no fuese por que ahora era una zorra, sentiría lástima por ella. El había actuado incorrectamente y aunque podía entender su rabia, no creo que sea justo que lo pague con Tae, tal y como ella hizo.
Nosotros técnicamente al final habíamos ganado la guerra, pero Mina inexplicablemente había conseguido volver a la cima. No andaba con la misma élite que andaba antes, pero había construido un pequeño contingente de amigos. Maliciosos o no, los líderes fuertes siempre atraen seguidores.
Descubrí, que el 90% de las veces, la respuesta más eficaz era ignorarla.
Pero había terminado de cruzar el otro 10% porque era imposible ignorar a alguien que le estaba anunciando a todo el mundo que tu madre te había golpeado, incluso si eso era cierto. Dejé de caminar y me giré. Mia se detuvo cerca de una máquina expendedora, a sabiendas de que había llamado mi atención.No me preocupé en preguntar cómo sabía que mi madre me había
dejado un ojo morado. Las cosas raramente se quedaban en secreto por aquí.
Cuando vio mi cara, sus ojos crecieron con deleite.—Vaya. Hablando de una cara que sólo una madre podría amar.
Ha. Que bueno. Se fuese alguna otra persona le hubiese aplaudido la broma.—Bueno, tu eres una especialista en lesiones en la cara, —le dije.
—¿Cómo está tu nariz?La helada sonrisa de Mina se torció un poco, pero no se dio porvencida. Le había roto la nariz hace un mes- en el baile de entre todos los sitios posibles y aunque la nariz ya se había curado, ahora estaba un poco torcida. La Cirugía Plástica probablemente se lo hubiese arreglado, pero según tenía entendido con el poco dinero que tenía su familia, de momento eso no era posible.
—Está mejor, —respondió con remilgo. —Afortunadamente, me lo rompió una perra psicótica, y no alguien de la familia.
Le di mi mejor sonrisa psicótica. —Qué mal. La familia te puede golpear por accidente. Las perras psicóticas tienden a volver por más.
Amenazarla con violencia física suele ser una buena táctica con ella, pero teníamos muchas personas a nuestro alrededor como para ser una preocupación legítima para ella. Y Mina lo sabía. No es que no atacase a alguienen esas condiciones, diablos, yo hacia eso muchas veces, pero estaba
intentando mantener mi palabra de intentar controlar mis impulsos.
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Sangre Azul (Kookmin)
FanfictionJimin Hathaway tiene un grave problema con los chicos. Su guapísimo tutor, Jungkook, está interesado en otra, su amigo Mason está enamorado de él y no puede evitar meterse en la cabeza de su mejor amigo Tae, cuando esta con sunovio, Seokjin. (¡Qué m...