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Advertencias: Menma siendo Menma. Un chico que sabe lo que quiere pero no tiene idea de cómo conseguirlo.

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—M-Muchas gracias por la invitación. Disfruté mucho la velada —Hinata realizó una reverencia frente a los dueños de la casa con Sakura a su lado que se despedía casualmente.

Era bastante notorio que la joven Haruno estaba familiarizada con la familia Uzumaki cuando la aprendiz de Ninjutsu Médico formaba parte del Equipo 7 o Equipo Kakashi ahora que los tres —Naruto, Sasuke y Sakura— fueron ascendidos a jounin, en realidad solo dos de ellos pues Naruto aún estaba en proceso de convertirse en uno.

—Eres bienvenida cuando quieras, Hinata-chan —dijo alegremente Kushina y completamente honesta. Todo mundo sabía cuándo la pelirroja decía la verdad, no tenía pelos en la lengua al tratarse de verdades. De verdad Hinata le había agradado—. Puedes venir cuántas veces quieras. Igual tú, Sakura-chan.

—Gracias, Kushina-san —asintió Sakura para rascar su cabello con alego de nerviosismo y cierta pena pues las muestras de cariño por parte de la pelirroja eran muy directas.

—Neh, neh, Sakura-chan —la cabeza rubia de Naruto se asomó en medio de la abertura entre sus padres, mirando con una sonrisa boba la figura de la Haruno—. ¿Quieres que te encaminé a tu casa? Está oscuro y no es bueno que una señorita como tú camine sola...

—No es necesario —abruptamente Sakura cortó los intentos de Naruto con una mirada fulminante—. Debo llevar a Hinata-chan a su casa. Además sé cuidarme y solo un idiota se atrevería a meterse conmigo —explicó con sencillez la Haruno pues todos en la aldea sabían la fuerza sobrehumana que poseía.

—Pero, Sakura-chan...

—De hecho, ya es bastante tarde. Le prometí a Hiashi-sama llevar a Hinata-chan temprano a su casa. Debemos irnos —apresuradamente Sakura se encargó de ponerse sus sandalias y tomar del brazo de Hinata. Ésta le observó confundida pues no recordaba que la medic ninja entablara una conversación con su padre ni mucho menos prometerle llevarla a casa a una hora específica.

Mas el apretón en su muñeca le indicó que siguiera el cuento de Sakura.

—C-Cierto —aunque era una pena ver la cara de rechazado por parte del rubio menor que se limitó a resoplar mientras Kushina le daba unos golpes, para nada suaves, en la espalda a modo de consuelo—. F-Fue una agradable noche. C-Con permiso y disculpen los inconvenientes...

—Nos veremos después, Kushina-san, Minato-san. Buenas noches —se despidió Sakura con una sonrisa, jalando a la joven Hyuga de ahí para llevarla al exterior.

—Cuídense —dijo Minato con un tono paternal a ambas jovencitas. Las dos asintieron para después cerrar la puerta detrás de sus figuras. Se sentía mal de que Naruto no pudiera acompañar a Sakura pero tampoco veía bien que su hijo forzara las cosas con la muchacha.

Respetar los límites de una mujer era importante.

—Oh, por favor —irritada de los lamentos de Naruto, ella le brindó un coscorrón en la cabeza para que tuviera verdaderos motivos para quejarse.

—¡Oi, má, eso dolió! ¡De verdad dolió!

—¡Pues deja de lamentarte y pasa de una vez esa condenada prueba para que le demuestres a Sakura-chan que eres un hombre confiable, serio y capaz de hacerla feliz!

—¡Eso hago...!

—¡Pues no veo tal cosa...!

Minato no tuvo otra opción que escabullirse silenciosamente del lugar por su propio bienestar. Las peleas entre Naruto y Kushina eran violentas aunque el que salía siempre lastimado era su hijo mayor. Caminó hacia el interior de su hogar, pudo escuchar las quejas de Obito cuando estaba raspe y raspe la fibra con una de las hoyas mientras Kakashi se dedicaba a lavar en total silencio. Le avergonzó un poco que sus ex alumnos estuvieran haciendo tales actividades pero era una de las reglas de Kushina.

Imán [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora