Parte 3

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Para llegar a la Aldea Oculta de la Hierba se tenía que cruzar una zona de hierba alta —por algo se llamaba así—. Era necesario mucho cuidado y orientación para no perderse, la altura de la vegetación podía llegar hasta cuatro metros, superaba con facilidad la cabeza de Shisui quien era un hombre alto. Gracias al Byakugan de la kunoichi que lo acompañaba no costaba moverse. Ella le señalaba cuál camino era el correcto, e igualmente Shisui se hallaba al pendiente de no caer en trampas.

Pero una cosa que estaba molestando a Shisui era la cantidad monstruosa de mosquitos. ¡Los odiaba! Podía ser un talentoso ninja, quizá de los más fuertes, no obstante aquello no lo convertía en un ser tolerable a cualquier cosa. Detestaba a los insectos y su paciencia no duraba mucho. Era una de las razones por las cuales —al momento de escoger compañero— decidió no ir con el chico Aburame precisamente por su relación con los seres invertebrados. ¡Qué no estaba discriminando! Simplemente le costaba entender la fascinación de ciertas personas —como el clan Aburame— con los insectos.

Recurrir a cortar la alta hierba con su chokuto podía solucionar mejor las cosas y acelerar el paso, pero tal como Shisui había señalado antes: debían ser discretos. Que dos shinobis de otra aldea se hubieran infiltrado en el terreno de otra, bueno, sería obvio que no se les recibiría amablemente. Especialmente sin un permiso o una razón. Las únicas personas que podían viajar sin dar razones o un por qué eran los civiles.

Tampoco era que la misión fuera de vida o muerte, a decir verdad Shisui la consideraba una burla a lo que él con frecuencia lidiaba. Pero esa oportunidad de salir con Hinata-san sin verse demasiado forzado —además de que pedirle una cita directamente provocaría un paro cardiaco en la joven; o peor aún, acabar con cualquier oportunidad disponible de acercarse a ella— había sido el anzuelo perfecto cuando el Hokage le permitió llevarse a un compañero que él considerara el adecuado.

¡Y qué mejor que la heredera Hyuga! Una de las mejores ninja rastreadoras de esos tiempos, así como portadora del Byakugan.

Siendo sincero él no necesitaba ayuda, con facilidad terminaría la misión por sí mismo. Más resultó provechosa toda esa situación, obviamente para su propia conveniencia.

Ahí no estaba Neji Hyuga ni los amigos sobreprotectores de Hinata, especialmente el Inuzuka que siempre sacaba los dientes cuando hacía el intento por mantener una conversación —más allá de la simple cordialidad— con la jovencita. Hasta Menma no podría intervenir. Tenía una gran ventaja.

—Shisui-san —después de tanto silencio la voz dulce de Hinata se escuchó. No hablaba con fuerza, manteniendo un volumen bajo para no ser detectados—. Veo un rio que se extiende por todo el perímetro —dijo, llevaba el Byakugan activado—. Sería una buena oportunidad para llenar nuestras cantimploras —sugirió—. La temperatura se eleva a cada hora.

—En eso tienes razón —asintió el Uchiha, no viendo por qué no aprovechar la oportunidad de llevar más agua con ellos. La búsqueda del ladrón podría —accidentalmente— extenderse más de lo original—. Bien. Pararemos un rato para llenar las cantimploras, Hinata-san.

—Hai.

En cuestión de minutos llegaron al lugar indicado por Hinata. Era un río relativamente largo, parecía alargarse hasta donde se pintaba el horizonte. Shisui primero reviso que el agua no estuviera envenenada. Debido a la cantidad de flora y fauna del lugar, las zonas con hierba alta en el país eran conocidas por ser venenosas. Esa no era la primera vez que Shisui viajaba, ya había hecho exploraciones del terreno con Itachi a su lado o Kakashi-san.

—No hay riesgo —dijo con una sonrisa cuando el pergamino donde dejó caer cuantas gotas del rio cayeron en su centro—. Podemos beberla.

—Esas son buenas noticias —contestó Hinata con amabilidad, arrodillándose cerca de la orilla, extendiendo su parte superior para llenar la cantimplora.

Imán [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora