Secretos al descubierto. Parte 1

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País del Fuego, Aldea Oculta entre las Hojas




Mientras Minato removía las verduras en el wok, Kushina verificaba que la sopa de miso estuviera en su punto.

Hoy solo cenarían ellos cuatro y Jiraiya, quien parecía no querer seguir pagando los cargos del hotel, menos las tres comidas diarias; por eso se paseaba a cada rato en el hogar de los Uzumaki; ese viejo era un tacaño, actuaba como si no vendiera miles de ryos con sus libros de pornografía que el anciano llamaba literatura.

Todavía ninguno de sus hijos regresaba pero viendo al anochecer afuera Kushina no creía que tardaran en llegar. Aunque Menma le gustara entrenar, no podía concentrarse bien sin comida, y en vista de que no se llevó nada para comer ese hijo suyo ni siquiera podría avanzar si no ingería alimentos.

En cuanto a Naruto, no sabía exactamente si vendría antes o después de que Menma se apareciera. Al contarle el por qué la urgencia de que espiara a Menma —ella más interesada en descubrir qué le ocurría a ese mocoso suyo, distando completamente de los objetivos primordiales en el Sannin—, Naruto aceptó a regañadientes —sin entender del todo el contexto, dejando que Jiraiya lo terminara de engatusar— y fue a espiar a Menma, diciendo que eso sería demasiado fácil para alguien tan talentoso como él.

Un pop en medio de la sala atrajo la atención de todos para observar a Naruto en el piso con Menma encima de éste, con el ceño fruncido. Tanto Jiraiya como Kushina suspiraron internamente al observar que sus planes no funcionaron.

—Bienvenidos —Minato, ajeno a los planes de su esposa y sensei, dio la recibida a sus dos hijos, sonriendo—. No sabía que fueron a entrenar juntos —eso le causó cierta alegría; sus hijos tenían mucho tiempo desde que no pasaban un día juntos.

—Para nada —gruñó Menma al incorporarse, ignorando los quejidos del rubio menor cuando pasó encima de éste—. Encontré a este idiota espiándome...

—¡Yo no estaba espiando! —intentó defenderse Naruto al sentarse en el suelo, quitándose rápidamente las sandalias al sentir la mirada furiosa de su progenitora sobre él—. S-Solo pasé casualmente por el lugar donde entrenabas... —mintió, siendo perfectamente leído por Menma quien simplemente le ignoró para ir hasta la cocina a tomar algo de agua.

—¿Y por eso te escondías como una cucaracha? —cuestionó con una ceja en lo alto, recordando la patética manera en que el rubio se ocultó de él, creyendo que no reconocería su presencia—. ¿Qué te traes?

—Ah... —él miró a los responsables de ponerlo en aquel aprieto, pero éstos obviamente le dijeron con los ojos que no dijera absolutamente nada—. Pues...

—Olvídalo, no tengo tiempo para tus estupideces —susurró Menma sin tener la paciencia para escuchar las boberías de su hermano mayor, bebiendo su agua.

—Bueno, es que a Naruto le da vergüenza admitir que quería verte entrenar para aprender algo de ti —de inmediato Kushina armó una mentira mejor hecha, provocando que Minato dejara de mover los vegetales para ver a su esposa con sospecha—. Me lo dijo esta mañana cuando te vio salir...

—¿Cuándo dije eso...? ¡Auch! —el pellizco que Ero-sennin le dio lo hizo callarse y fulminar al anciano, sobando su brazo—. ¿Por qué hiciste eso, Ero-sennin? —preguntó entre susurros.

Imán [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora