capitulo 3

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No respondí. No podía. Me costaba respirar. Su agarre en mi cuello iba disminuyendo, hasta que me soltó.

Maldito Imbécil.

Me agache quedando con la espalda pegada al vidrio y mis manos apoyadas en las rodillas. Tenía que recuperarme. Mi respiración agitada por los segundos que el aire no llego a mis pulmones, pero me recompuse, después de tomar unas buenas bocanadas de aire.

Quedé parada en mi lugar, con él en frente.

No me daba miedo, sabía que no me haría daño. 

Bueno, esa fue una excepción.

Sus ojos negros tal como los recordaba, con ese tonto brillo que nunca menguaba . Sentí la presión en el pecho, tal vez era la melancolía de un vago recuerdo en el cual no había más que solo niños jugando y siendo felices.

Una sonrisa burlesca salió de sus labios mientras caminaba pasos atrás alejándose de mi y chocando sutilmente con la pared.

Ninguno de los dos decía nada limitando todo a las miradas.

- ¿Que hacen acá? - pregunto rompiendo el silencio mientras enarcaba una de sus cejas.

Verlo luego de lo que pasó hace dos años, se volvía extraño.

Podía ver curiosidad en sus ojos. Aunque su semblante demostraba que estaba ligeramente nervioso.

No dijo más nada. Sabía que esperaba una respuesta.

- No lo sé- mentí negando sutilmente con la cabeza.

Sabía que no me creía. El sabía que yo sabía y que le mentía.

Harlan se rió con ironía y yo me límite a observar con atención todas sus gesticulaciones corporales para saber que es lo que pasaba por su mente. Quería leerlo.

- ¿Por qué ahora ?- pregunto, frunciendo el ceño débilmente.

-¿ Por qué?- pregunté, levantando las dos cejas como si la respuesta fuera obvia.

Se dejó caer sentándose en el piso con las piernas extendidas, y yo hice lo mismo quedando enfrentados.

Suspiré.

Por suerte el baño era grande.

Recostó su cabeza en la pared mirando el techo sin decir nada, esperaba que me gritara o algo por el estilo, pero no. Su respiración se volvió más pesadas y los nervios parecieron irse. En algún momento llegué a pensar que se había dormido con los ojos abiertos, aterrador,  pero al parecer no era así. Hasta podía sentir en el ambiente una extraña, muy extraña, PAZ

- ¿Me dirás lo que sucedió ?- pregunto cerrando los ojos.

Sabía que le pesaba lo sucedido. Y aún más porque el nos dejó. Él, la dejó.

- Talvez, algún día.

Necesitaba en mis respuestas la frialdad buscada, que sean limitadas y consistentes en lo que quería transmitir, el debía saber solo lo que yo quisiera que supiera.

Dejo ver una débil sonrisa, y volvió a mirarme tocando con su pie mi pierna para captar toda mi atención.

- ¿Que pasa contigo que no respondes bien ninguna de mis preguntas?- preguntó pareciendo ya cansado de mi actitud a la defensiva- Al menos respóndeme bien a una de las tantas preguntas que te hice. Solo la primera- entrecerró los ojos y yo tragué saliva -¿ Me extrañaste ? 

Lazos de Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora