capitulo 4

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Harlan

Aitana se adentro en el baño sin siquiera pedir permiso y frunció el ceño al verme pegado a otra chica.

Me separé de Cande lo más rápido posible, haciendo más evidente de que estaba intentando ocultar algo.

Pero, ¿Cómo mierda hizo para entrar?, ¿Como tenía otra llave?.

Su rostro se torno de un color rojo y la vena de su frente resaltó. Estaba enojada, seguramente celosa. En este año y medio que llevamos de relación sus celos siempre fueron lo peor, y pensar en que me vio apretando el cuerpo de la chica nueva contra la pared, no creo que le haya agradado mucho.

Volví la mirada a González. Mantenía en su rostro una media sonrisa tenebrosa, podía ver en su mirada la diversión que encontraba en esta situación. No cambio mucho su postura, solo se cruzó de brazos y se limito a mirar a la que era mi Novia.

Sabía que trataría de sacar provecho de esta situación, así que tome a Aitana de la muñeca jalando de ella hacia afuera. Estaba tensa y se resistió a moverse. Pero en el momento que puede hacerla caminar e íbamos a salir, la puerta se cerro frente a nuestros ojos.

Mis mirada se encontró directo con la  de Candela que estaba bloqueado la puerta con su cuerpo.

-Correte - dije - no lo repetiré otra vez.

No sabía que era lo que queria pero no podía dejar que esto sucediera. No aquí. No ahora.

Sonrió forma irónica. Sabía que no me haría caso.

- ¿Por qué?- respondo con altanería dando un paso hasta mi.

Quería alejarla, pero tenerla así de cerca causaba cosas extrañas en mi que nadie más podía causar. Su cercanía mal o bien, me gustaba.

- Tienes miedo ¿verdad?, Acaso ¿hay algo que deba saber ?.- acusó, tomando mi menton con una de sus manos para que le sostuviera la mirada mientras acercaba a su boca a mi oído para susurrar- tranquilo, solo quiero hablar un poco.- me miró nuevamente a los ojos y se acercó inapropiadamente sin importarle que estubiera mi novia - Solo un momento, ¡Por favor, Harlan!

Su voz sonó profunda, a súplica necesitada.

Sabía que no era lo correcto dejar que se acerque, pero aún así asentí con la cabeza, como todo un tonto que accedía a la manipulación.

Me guiñó un ojo y me rodeo para llegar hasta Aitana que estaba detrás mio.

Por un momento quedé helado como estatua pensando en el grado poder que tenía sobre mi.

No podía reaccionar para más que mirar, el corazón en mi pecho comenzó a aumentar más su ritmo cardíaco al ver que cada segundo, estaba más serca de Aitana. Debía sacarla de acá. Por más que no la amara, la quería y no quería que saliera herida por mi culpa.

Tenía la desdicha de conocer a Cande y esa parte impulsiva e insensible. Además de que cuando tenía a alguien en la mira, haría todo lo posible para lograr su propósito. Ya sea malo o bueno.

Sabía que no ganaría contra ella. Nadie lo hacía. Así que cedi ante su propuesta, pero siempre y cuando, ella accediera a la mía. Usando su mismo método.

- Está bien - dije tomándola del brazo, atrayendola nuevamente hacia mi - solo... No metas a ella en esto más de lo necesario. Al menos no hoy, ¡Por favor!.

No me di cuenta el riesgo que corría Aitana al pedirle el favor de alejar a Tomás por un tiempo e involucrar la con ellos. Yo mejor que nadie sabía que si se juega con fuego, alguien siempre se quema.

Lazos de Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora